El joven atropellado por el tren pudo haber matado al de Villena con un hacha

Los vecinos de la pedanía villenense de Las Virtudes sintieron que fue una noche fría, pero no tanto como lo sería el amanecer, manchado por la tragedia ocurrida en un chalé cercano al Santuario de la Patrona. La Guardia Civil investiga desde la madrugada del martes la muerte a hachazos de un joven de Villena, de 28 años de edad, que se disponía a preparar la fiesta de Nochevieja junto a su amigo de toda la vida.

Precisamente su compañero, un joven de 26 años de edad, es quien el Instituto Armado investiga como posible autor de la macabra muerte. Este chico fue arrollado por un tren en el término municipal de Caudete instantes después del asesinato.

Los hechos se produjeron en torno a las siete de la tarde del martes, según informaron fuentes cercanas a la investigación. Los muchachos se encontraban en una de las muchas estancias de la vivienda, un imponente chalé ubicado en una parcela de más de 25.000 metros cuadrados. El inmueble pertenece a la familia de Miguel G., de 26 años e hijo de un conocido farmacéutico de la localidad, quien al parecer se encontraba con Juan N., de 28 años, hijo de un reconocido cirujano de Villena, ultimando los preparativos de la cena de fin de año.

Alrededor de la casa del número 61 de la vía Cabezo de la Virgen se ubican muy pocas viviendas, pues se halla en un paraje poco poblado a escasos 200 metros de Las Virtudes, pedanía de Villena de casi 240 habitantes. En esos instantes, como reflejan las primeras investigaciones, la víctima, Juan N., recibió varios hachazos, el primero en la cabeza, y varios más por todo el cuerpo.

El cadáver, según indicaron las citadas fuentes, fue descubierto pasadas las cuatro de la madrugada por los familiares, quienes se dirigieron a la casa de campo alertados por la noticia del atropello de uno de ellos. El cuerpo del joven sin vida se encontraba tendido en el salón de la finca y avisaron a los servicios de emergencia.

Lo que hallaron los investigadores en la casa de campo de La Virgen, como también se conoce a la pedanía, resultó ser una auténtica carnicería. Según las primeras pesquisas llevadas a cabo por los agentes del puesto del Instituto Armado y de la Policía Judicial, el joven J. N. recibió primero un golpe de hacha en la cabeza. Sin embargo, la víctima presentaba múltiples hachazos que, incluso, seccionaron alguna parte del cuerpo, según relataron fuentes conocedoras de la investigación. Así, los servicios funerarios trasladaron al mediodía el cadáver del joven del chalé.

Minutos más tarde de las 19.00 horas, el hijo de los propietarios de la casa de campo apareció arrollado por un tren Talgo en el término municipal de Caudete, localidad de la provincia de Albacete que linda con Villena. El incidente pasó casi inadvertido cuando se produjo, en torno a las 19.40 horas del martes. El suceso mantuvo parados a cinco trenes que cubrían la ruta entre la Comunitat Valenciana y Madrid y, según relató el maquinista del convoy, oyó un ruido que le hizo detenerse.

Unos 400 pasajeros de cinco trenes se vieron afectados por el siniestro ocurrido en Caudete cuando el tren Talgo, con origen en Barcelona y destino Cartagena, a su paso por esa localidad, ha arrollado mortalmente a una persona que había invadido la vía férrea. Este hecho enrarece más si cabe las circunstancias del crimen. Los primeros indicios apuntan a que el joven de 26 años trató de quitarse la vida arrojándose a las vías, aunque no se descarta ninguna hipótesis por el momento.

Un equipo de Criminalística de la Benemérita se desplazó hasta la escena del crimen para tomar muestras que revelen lo que sucedió en el salón de la gran casa, que cuenta con cuatro habitaciones, piscina y una espaciosa terraza. Por el momento no se descarta ninguna línea de investigación, pues se trata de los primeros pasos de la misma. Además, con los únicos moradores de la vivienda en esos momentos fallecidos, tan solo las pruebas pueden arrojar más luz sobre los dramáticos hechos acaecidos.

Los vecinos de Las Virtudes no daban crédito ayer a lo ocurrido. Conocedores de los chavales y de su amistad, los residentes de la partida de Villena hablaban ayer del suceso todavía sin creerlo. Hace escasos días, el pasado fin de semana, un grupo de chavales ya se había reunido en la casa de campo, según pudo saber este diario, y todo parecía casi listo para disfrutar de la Nochevieja con amigos en un lugar ideal, pues aun con la música alta no se molesta a nadie y no es necesario coger el coche después de haber tomado alguna copa.

Los habitantes de La Virgen conocen bien a los dos fallecidos, pues se trata de hijos de familias conocidas en Villena. Por eso mismo no comprendían que uno de los dos pudiese haber acabado con la vida del otro. No obstante, sí que resulta notorio que M.G. había protagonizado algunos altercados previos que habían llamado la atención de los vecinos de la zona, que describieron algunas de las conductas del chaval «un tanto agresivas».

En el lugar no se recuerda nada semejante. Para encontrar registros de una tragedia hay que remontarse a finales de los años 60, cuando dos chicas jóvenes cayeron a un pozo de agua al resquebrajarse los tablones que hacían de tapadera cuando se refugiaban de la lluvia. No obstante, las gentes de La Virgen no son capaces de rememorar una muerte violenta como la de la víspera de Nochevieja.