Un coche patrulla de la Guardia Civil se dirige a la finca de Villena donde se produjo el crimen.

Una fatal confidencia

La Guardia Civil cree que el joven, que ya habría sufrido brotes psicóticos con anterioridad, mató a su amigo por «venganza» y que después se arrojó a las vías del tren

Luis Candela

Viernes, 2 de enero 2015, 00:33

La investigación que dirige la Guardia Civil por el crimen de la casa de campo de Las Virtudes, la pedanía de Villena que quedó conmocionada la víspera de Nochevieja por el macabro suceso que acabó con la vida de dos de sus vecinos, continúa atando cabos. Según ha podido saber este diario, las pesquisas policiales del Instituto Armado practicadas hasta el momento podrían haber llevado a las primeras conclusiones, que apuntan cada vez con más consistencia a que el joven arrollado por el tren, Miguel G., acabó con la vida de su amigo, Juan N., movido por la venganza cuando ultimaban los preparativos de la fiesta de fin de año en la imponente finca de la familia del primero.

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Horas después de que el cadáver de Juan N., un joven de 28 años e hijo de un conocido cirujano de Villena, apareciera con múltiples heridas ocasionadas por un hacha, el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Serafín Castellano, ya apuntaba que su amigo Miguel G., de 26 años, pudo ser el autor del horrible crimen y que después se arrojó a las vías del tren cerca de la estación de Caudete, en Albacete.

Castellano también reveló que el presunto autor del crimen podría padecer «algún tipo de trastorno de la salud», que al final ha pesado y mucho en el trágico final de los dos protagonistas de este trágico sucesos.

Los dos jóvenes habían protagonizado una discusión semanas antes, según fuentes cercanas a la investigación, las cuales precisaron que el presunto homicida habría revelado a su amigo que quería matar a su novia. Lejos de guardar el secreto, Juan relató las preocupantes palabras de su amigo a la familia que, consciente de sus episodios psicóticos, decidió internar al chaval, estudiante de Farmacia -profesión que desempeñaba su padre- en la Unidad de Salud Mental de Elda.

Los agentes de la Policía Judicial y el equipo de Criminalística de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante creen que ese bien podría ser el detonante del crimen. Por ello, los investigadores de la Benemérita tratan de determinar si Miguel actuó por venganza fruto de un brote psicótico.

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Los hechos se produjeron en torno a las siete de la tarde del lunes, según informaron fuentes cercanas a la investigación. Los muchachos se encontraban en una de las muchas estancias de la vivienda cuando la víctima recibió un hachazo en la cabeza que resultó mortal. Sin embargo, el muchacho presentaba muchas más heridas producidas por el arma blanca. Su cuerpo sin vida apareció tendido en el salón.

La tragedia sacudió con fuerza a dos familias con una conocida amistad que se había transmitido a sus hijos. Ambos habían forjado una estrecha relación tras años juntos, por lo que el mazazo resultó todavía más duro en el entorno de los dos fallecidos el pasado 29 de diciembre. Los vecinos de La Virgen, como también se conoce a la pedanía que alberga el Santuario de las Virtudes, no daban crédito, precisamente por esos estrechos lazos.

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El alcalde de Villena, Francisco Javier Esquembre, quiso transmitir sus condolencias a las familias y el apoyo municipal «que pudiera hacer falta deseando que en medio de tanto sufrimiento puedan encontrar algo de paz», según recogía su perfil de Facebook horas después de conocerse la tragedia.

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