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A por las siguientes 4.670 millas

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Hoy se celebra la regata en el puerto de Abu Dhabi, desde donde zarpará mañana la flota con destino Sanya, en China, para completar la tercera etapa

iñigo aristizabal / efe

Viernes, 2 de enero 2015, 16:25

Hoy, a partir de las 11.00 hora española, comenzará la regata en el puerto de Abu Dhabi, prólogo de la salida de la tercera etapa de la Volvo Ocean Race entre esta ciudad y la de Sanya (China), que dará salida mañana. Al día siguiente de Navidad todas las tripulaciones volvieron al trabajo a una semana vista de la partida de una nueva etapa de la Volvo Ocean Race, algunas con cambios importantes en las tripulaciones, especialmente en el Mapfre español, en el que el campeón mundial y olímpico Xabier Fernández relevará a Iker Martínez, que debe seguir con su programa de preparación olímpica, como patrón. Además, el medallista olímpico gaditano Rafa Trujillo debutará en el equipo como trimmer.

Y es que para Iker no habrá más Volvo por el momento. Su proyecto de vela olímpica le llevará este mes a Miami, donde entrenará con su nueva compañera de Nacra 17, Marina López. Hasta el Mundial del pasado mes de septiembre, el hondarribitarra había competido en este barco junto con Tara Pacheco, llegando a ser campeones de Europa, pero la pareja se rompió.

Cuenta Iker que, «desde antes de empezar la vuelta al mundo, el equipo siempre supo que yo quería seguir con la vela olímpica. Ahora he empezado con Marina y, aunque seguro que la primera temporada será dura, tenemos tiempo para intentar llegar a los Juegos Olímpicos de Río». Serían sus cuartos, quintos contando que en Sydney2000 estuvo con Xabi como sparring.

Para Iker, compaginar tareas no es algo nuevo. Lleva muchos años saltando de un barco pequeño a uno grande y viceversa. Ahora se siente preparado para una nueva transición y la afronta con un buen sabor de boca tras la segunda etapa de la Volvo Ocean Race. «Ha ido muy bien. Veníamos de una etapa en la que parecía que íbamos a hacer un discreto sexto puesto y acabamos en un peor y cruel séptimo. En Ciudad del Cabo fue la primera vez en la que pudimos sentarnos y evaluar nuestra situación. Hicimos una reflexión, un par de cambios en la alineación y trazamos un plan que funcionó».

Transcurridas dos semanas de la etapa, el Mapfre era líder. «Si vas primero después de un par de días puede ser por suerte o por lo que sea, pero si vas primero después de dos semanas, no es casualidad. Ahí se confirmó que tenemos potencial y estoy seguro de que la línea seguirá siendo ascendente en las próximas etapas».

Pero entonces surgió la opción estratégica más comentada en lo que llevamos de regata, cuando el Mapfre se fue más hacia el Este y sus rivales siguieron un rumbo Norte que terminó siendo el bueno. «Tomamos la decisión con los datos que teníamos y al final no salió bien. Nosotros no queríamos separarnos de la flota, pero llevábamos 12-14 millas de ventaja a los tres siguientes y éstos sí se veían entre ellos, por lo que hicieron lo que hacían los de al lado. Una pena que no saliera bien, pero es lo que tiene este deporte».

Ahora los tres primeros tienen cuatro puntos y el Mapfre, quinto, acumula once. «El problema es que son tres barcos los que te sacan mucha ventaja, no solo uno. Porque en esta etapa el que iba líder solo nos sacó un punto, pero por la igualdad que hay se han colocado los tres líderes empatados. Pero nuestro objetivo no era ganar la Volvo, porque llegamos muy justos de tiempo. Ya dijimos que después de dos etapas fijaríamos el objetivo y éste ahora es hacer podios y, si es posible, ganar alguna etapa».

Después de la segunda, a Iker le costó casi una semana recuperar. «Como no voy a hacer la próxima etapa, fui uno de los que se quedó en Abu Dhabi para ayudar al equipo de tierra en todo lo que hay que hacer, que es mucho. Aunque ya no estaba en regata, seguía a tope y me ha costado más de lo normal».

Tres menos en el barco

Parte del cansancio se debe a que en esta edición hay menos tripulantes en los barcos, ocho en lugar de los once que solía haber. Sigue estando el tripulante de prensa, que se encarga de documentar la travesía y enviar fotos, vídeos y declaraciones al exterior pero que no puede ayudar en la navegación.

Cuenta el hondarribitarra que «siendo menos, todos tenemos que hacer más de todo y conviene ser lo más polivalente posible». Antes como patrón estaba en una rutina distinta a la de los turnos pero «ahora el único que está fuera de guardia es el navegante. Yo soy uno de los conductores y tengo que estar más involucrado. Con menos hombres es más intenso y más cansado».

Ahora ya está en casa y ha disfrutado de estas fechas con la familia, aunque con la vista puesta en Miami y esos entrenamientos y competición del Nacra 17. «Seguro que cuando empiece la tercera etapa estaré super pendiente del tracking para ver cómo van mis compañeros».

Entre ellos estará, lógicamente, Xabi Fernández que, después de pasar la Navidad en casa, ya está en Abu Dhabi para partir mañana hasta la localidad china de Sanya. «He estado en Ibarra desde el día 18 y estos días en casa me han servido para cargar las pilas a tope. Desde que salí de Alicante no había visto a la familia y a los niños y eso es algo que cada vez cuesta más».

Xabi será el nuevo patrón

La ausencia de Iker motiva que Xabi sea el nuevo patrón del Mapfre para la próxima etapa, la que empezará mañana en Abu Dhabi y llevará a los seis barcos hasta Sanya, en China, con 4.670 millas por recorrer y una estimación en torno a los veinte días.

Patrón y navegante son los dos roles más importantes en estos barcos y Xabi es consciente de que «tendré más responsabilidad que hasta ahora. En las otras etapas siempre estaba Iker para tomar la última decisión y ahora me va a tocar a mi, pero estoy tranquilo porque sé que tenemos un grupo que me va a ayudar en todo momento».

El propio Iker bendice a Xabi, porque «en la Barcelona World Race (vuelta al mundo a dos sin escalas) nos solapábamos en todas las funciones, por lo que tengo máxima seguridad en que el grupo va a seguir mejorando. Creo que Xabi lo va a hacer muy bien. Hemos preparado en conjunto esta transición y hemos utilizado también la etapa dos para intentar hacer este acople lo más eficaz posible».

Fernández no abandonará su rol de trimmer, «para poder ayudar en las dos guardias y asegurarnos entre todos que el barco va al cien por cien en todo momento». Como decía antes Iker, más trabajo para todos y poco tiempo de descanso.

Un descanso que el de Ibarra considera fundamental en estas largas travesías. «En una etapa de veintitantos días hay de todo. Hay borrascas, vientos muy fuertes y momentos de tensión. Pero también hay tiempos muertos, cuando llegan las calmas. Es importante descansar bien para estar perfecto en tu siguiente guardia. Hay gente que se lleva un mp3 o lee o ve alguna película en el ipad, pero yo prefiero simplemente descansar».

Esas calmas y el frío es lo que menos le gusta al de Ibarra. De lo segundo no han tenido mucho todavía, pero sí de lo primero. «Aunque parezca que estás parado, intentas como sea que el barco vaya un poco más rápido. O cada uno revisa el material que le compete o aprovechamos también por si hay que subir al mástl».

«Conversaciones de besugos»

En esas horas muertas es donde surge las «conversaciones de besugos», como les llama Xabi. «Hoy en día con los smartphones ya no hay discusiones. Se acaban en un segundo. Pero en el barco no tenemos internet para eso y da gusto que a veces nos liamos la manta con conversaciones peregrinas. De cualquier tema, el que surja. Muchas son de deporte, también de geografía porque sacamos los temas según por dónde vamos y hablamos de si India tiene más populación que China, o de cualquier cosa. Y ahí nos pasamos un buen rato...».

En ese contexto se entiende la competición que ha inventado Francisco Vignale, el tripulante encargado de mandar información al exterior. «Lo ha llamado Los juegos del hambre. Cada día nos hace algunas preguntas que se le ocurren o que nos mandan los seguidores y el premio es un bombón de chocolate. Suelen ser de cultura general, deporte, geografía...».

Esa especie de trivial es «muy típico de los anglosajones. En el barco tenemos a un inglés y también hay dos franceses, un brasileño y un argentino. De la mezcla de nacionalidades surge un pequeño choque cultural, que es a la vez enriquecedor. Aunque yo con algunos hable en español, el idioma oficial para las maniobras es el inglés».

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