Un hombre mata a su mujer en Orba y se entrega a la policía alemana

Gisela, una ciudadana alemana de 69 años y residente en el pequeño municipio de Orba, se ha convertido en la segunda víctima de la violencia de género en lo que llevamos de año. Su marido, Arnold B., de 53 años, asfixió presuntamente a su mujer en la vivienda de la pequeña localidad de la Marina Alta donde residían y posteriormente viajó a Alemania, donde se entregó a la policía y confesó el crimen. La Guardia Civil se hizo cargo de las pesquisas para esclarecer las circunstancias en las que se produjo el suceso después de recibir un aviso de Interpol con el testimonio del homicida confeso, para el que se ha pedido su extradición.

Los investigadores hallaron el cadáver en torno a las cuatro de la madrugada del domingo al lunes en el chalé en el que residían desde hace aproximadamente un año. El domicilio se encuentra en la urbanización El Capsó, una zona poblada por residentes extranjeros, principalmente británicos y alemanes. Los vecinos no sabían nada de lo ocurrido, pues es un área residencial en la que casi nadie se conoce.

Una patrulla del cuartel de la Guardia Civil de Pedreguer, situado a tan solo diez kilómetros de Orba, se personó en la escena del crimen. La mujer presentaba evidentes signos de violencia aunque, según confirmaron las fuentes consultadas, el presunto autor de su muerte no empleó arma alguna para cometer el crimen. La primera inspección del cadáver por parte del equipo forense que acudió a la vivienda, situada, en el número 3 de la calle La Solana, indica que Gisela pudo ser asfixiada. Los agentes del Instituto Armado investigan ahora si el individuo se valió de sus propias manos para acabar con la vida de su pareja, aunque están pendientes del resultado de la autopsia para determinar con exactitud las causas de la muerte.

El cuerpo fue localizado en una pequeña estancia de la casa que la pareja usaba de trastero. Las actuaciones desarrolladas hasta ahora reflejan que la mujer llevaba allí entre dos y tres días, según fuentes cercanas al caso. Una vez cometió el crimen, Arnold decidió abandonar rápidamente el país y tomar un vuelo desde El Altet con destino a Berlín. Cuando ya se encontraba en casa, el hombre puso rumbo a la comisaría más cercana y confesó a la policía germana que había asesinado a su esposa en España.

Arnold y Gisela formaban una pareja que se había dejado notar poco en la zona. No constan denuncias previas por episodios de violencia de género u orden de protección sobre la mujer y tampoco consta que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad hayan tenido que acudir en alguna ocasión al domicilio por hechos de esta índole, por lo que nada hacía sospechar el fatal desenlace.

Una comisión del Juzgado de Instrucción 2 de Dénia se desplazó hasta el lugar de los hechos para proceder al levantamiento del cadáver una vez quedó constatado el óbito. No obstante, es el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Dénia el que coordina la investigación judicial del violento suceso, según informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.

Por lo investigado hasta el momento, los agentes desconocen cómo pudieron desencadenarse los hechos. Sin embargo, lo que sí llamó la atención de los investigadores fue el elevado número de cervezas vacías desparramadas por toda la casa, por lo que tratan de averiguar si el marido actuó después de ingerir una importante cantidad de alcohol, según fuentes próximas al caso.

Agentes de la Policía Nacional se desplazaron ayer hasta el aeropuerto de Alicante-Elche para comprobar que, efectivamente, allí se encontraba estacionado el vehículo del homicida confeso. En uno de los aparcamientos de las instalaciones de El Altet dieron con el coche de Arnold.