J. A. BRAVO
Jueves, 29 de enero 2015, 01:54
Las dietas irregulares por las que están siendo juzgados dos ex altos cargos de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Roberto López Abad -ex director general- y Juan Ramón Avilés -expresidente de la comisión de control-, «no tenían sentido». Así lo afirmaron ayer Benicio Herrán y Tomás González, los administradores que el FROB puso en 2011 al frente de la entidad, tras rescatarla con 5.249 millones de euros. En su declaración como testigos durante la vista oral que se celebra en la Audiencia Nacional, ambos justificaron así su decisión de eliminar esos pagos complementarios, que supusieron un perjuicio de casi 1,5 millones para la CAM y de los que se beneficiaron 19 exdirectivos (Avilés incluido). Era un sistema que, según Anticorrupción, ideó López Abad como número dos de la entidad.
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«Las cantidades eran varias veces más que las cobradas en la comisión central», declaró uno de los administradores del FROB para contradecir los argumentos exculpatorios de ambos acusados, que días atrás dijeron que los pagos «estaban en la línea» de lo que se remuneraba en otras entidades. «Pero aquí había pérdidas y al final hubo que venderla -insistió-».
Después llegó el turno de los peritos judiciales -del Banco de España y de PwC-, quienes pusieron en entredicho los créditos que la CAM concedió a una inmobiliaria que Avilés controlaba a través de sociedades interpuestas y varios familiares, por falta de garantías suficientes que avalaran su devolución posterior. En total, recibió 18,9 millones de euros.
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