El acusado es conducido ante el juez para declarar.

Quince años de prisión por matar a su compañera de piso

Un jurado popular encontró culpable al hombre de 66 años que después del crimen se bajó al bar a jugar al dominó y a beber alcohol

Luis Candela

Jueves, 12 de febrero 2015, 01:41

Miguel L.R. deberá pasar 15 años entre rejas por el asesinato de la fue su compañera de piso durante seis meses. El penado convivió con Ana María en un inmueble del alicantino barrio de El Pla, en el que mantuvieron peleas a diario desde la llegada de la mujer. Sin embargo, la solución por la que optó este hombre de 66 años para zanjar las disputas surgidas entre ambos fue asestarle más de una decena de cuchilladas en el cuello que acabaron con su vida. La mujer de 47 años no tuvo opción ante el agresor, como dictaminó un jurado popular, quien declaró culpable del crimen a Miguel, a quien ahora la magistrada que presidió el juicio en la Audiencia Provincial de Alicante le ha impuesto la condena de prisión. El Ministerio Público tuvo que aumentar su petición de cárcel tras el veredicto del tribunal, cuyos miembros calificaron los hechos de asesinato y no de homicidio.

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El procesado reconoció los hechos desde el primer momento, cuando agentes de la Policía Nacional lo detuvieron el 4 de enero. «La maté, pero el primero que lo lamento soy yo», indicó. Sin embargo, pese a su espontáneo arrepentimiento, Miguel llegó a decir que la víctima era un «bicho» y para justificar por qué cometió el macabro crimen, el condenado afirmó que fue «en defensa propia» y fruto de un «arrebato».

Las letradas de las acusaciones particulares, ejercidas por los hijos de la fallecida, Cristina Rodríguez y María Teresa Sabater, repelieron el argumento y defendieron en todo momento que la mujer fue víctima de un asesinato.

Las discrepancias se remontaban a meses a trás, pero fue el día de año nuevo de 2014 cuando los dos protagonizaron una discusión en la que el hijo del dueño del domicilio en el que residían tuvo que mediar para que no llegaran a las manos. Miguel reprochó a la mujer que se hubiese llevado a dos hombres al piso, así como que le hubiese robado unos 50 euros. El constante abuso de alcohol por parte de ambos tampoco ayudó a calmar las aguas, revueltas desde el primer momento.

Dos días después, Miguel optó por cortar por lo sano. Según sostiene el Ministerio Público, la noche de autos se dirigió a la habitación con un cuchillo y, sin dar a su compañera de piso ninguna opción para defenderse, la cosió a puñaladas con tal brutalidad que el arma blanca se quedó atravesada en el cuello de la víctima. «Se me fue la olla», se defendió el condenado, quien acto seguido se fue al bar a beber unas copas y jugar al dominó.

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Horas más tarde volvería a la escena del crimen, donde ingirió un bote de pastillas para quitarse la vida. Las asistencias médicas llegaron antes y le salvaron la vida. En cuanto a Ana María, los facultativos solo pudieron confirmar el óbito.

Por su parte, el abogado de la defensa, Luis Miguel Sepúlveda, mantuvo en todo momento que los hechos son constitutivos de un delito de homicidio, en el que concurrirían algunas atenuantes, lo que rebajaría la pena. Por ello, el letrado aseguró que recurrirá el fallo ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), pues su patrocinado reconoció siempre ser el autor, aunque no de un asesinato. «Yo la maté, pero no la asesiné», declaró el penado.

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Debe pagar 330.000 euros

La magistrada ponente de la sentencia cuantifica además las indemnizaciones que deberán percibir los dos hijos que deja la mujer, uno de ellos menor de edad, en la cantidad de 190.000 euros para el pequeño y en 140.000 euros para el mayor.

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