El pequeño comercio exige reducir el centro anexo a Ikea y que no sea «más de lo mismo»

La extensa ronda de reuniones del alcalde, Miguel Valor, con asociaciones de comerciantes para tratar de alcanzar un acuerdo en torno a la llegada de Ikea, pasó ayer por un encuentro con los responsables de la Federación Alicantina de Comercio de la Pequeña y Mediana Empresa (Facpyme), que, como todas las anteriores, mostraron su voluntad de llegar a un consenso con el Ayuntamiento.

No obstante, los representantes del pequeño comercio a nivel provincial dejaron claro cuáles son sus líneas rojas, que son, por un lado, su exigencia de que se reduzca la superficie comercial vinculada a la tienda de Ikea, ya que a su juicio es exagerada y rompería el equilibrio comercial en la ciudad. Por otro, que esta nueva superficie comercial «no contenga una oferta igual a la que ya disponemos en Alicante, porque si no es más de lo mismo», explicó el secretario de Facpyme, Francisco Rovira, tras el encuentro.

En el primer punto, parece haber consonancia con Alcaldía, ya que Valor ya ha deslizado en varias de las reuniones mantenidas con los comerciantes que está dispuesto a ir de la mano con ellos en la petición de reducción de la superficie comercial. Algo que previsiblemante negociará con la propia multinacional Ikea cuando se reúna con ella. Pese a que la cita se anuncia desde hace dos semanas, desde el Ayuntamiento señalaban ayer que todavía no está cerrada la fecha de este vital encuentro, en el que seguramente también estén presentes responsables de la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente.

El segundo punto, el de la oferta comercial, es más peliagudo, porque la capacidad de la administración para decidir a qué se dedica el suelo comercial es limitada. En cualquier caso, Facpyme entiende que crear un nuevo centro comercial en Rabasa «es la clonificación del sector. Da igual la ciudad de España en la que estés porque las marcas son las mismas, por lo tanto no aporta nada nuevo. A lo mejor, habría que reorientarlo o repensarlo hacia otro tipo de negocio que no fuera este», pidió.

Fue la quinta reunión con comerciantes para abordar el asunto de Ikea, y la primera en la que, además de Valor y de la concejal del ramo, Belén González, estuvo presente también la edil de Urbanismo, Marta García-Romeu.

A la espera de la exposición

Las citas son, en cualquier caso, encuentros que apenas sirven para tantear las posturas de los comerciantes. La auténtica negociación no podrá comenzar en serio hasta que no salga a exposición pública el proyecto y se conozcan sus términos, lo que parece que va a retrasarse más de lo previsto inicialmente.

En la de ayer, además de fijar sus líneas rojas de cara a un posible planteamiento conjunto de alegaciones con el Ayuntamiento, Facpyme dejó caer que, a su juicio, convendría paralizar la Actuación Territorial Estratégica (ATE) para la llegada de la multinacional Ikea a la ciudad de Alicante hasta después de las elecciones autonómicas y municipales de mayo.

Rovira aseguró que su federación plantearía la conveniencia de la retirada de la ATE hasta después de las elecciones, aunque acto seguido resaltó que será difícil, dado que la Conselleria de Infraestructuras «tiene que seguir el trámite administrativo porque les pueden meter en el juzgado si incumplen la normativa de la ATE».

«No pueden paralizar una cosa que has comenzado como un proceso administrativo», explicó el secretario de la federación.

No obstante, considera que «ya que el antiguo Plan General de Ordenación Urbana se ha aparcado, lo prudente y más razonable sería esperar a que fuera un poco en consonancia con el nuevo diseño de ciudad. Con el modelo nuevo de ciudad», apuntó. «Es una recomendación», puntualizó.

Sobre la salida a exposición pública de la ATE, Rovira explicó que, tal y como informó la pasada semana este diario, ahora parece ser que están notificando catastralmente a los propietarios del suelo, y por eso se ha retrasado. Desde Alcaldía les dijeron que «en breves semanas saldrá», sin especificar más al respecto.