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Manuel Buitrago
Miércoles, 25 de febrero 2015, 01:38
A los regantes del Trasvase Tajo-Segura se les agota el repertorio de protestas y de denuncias por la incapacidad del Ministerio para proporcionarles agua y por los incumplimientos del PP. El Sindicato de Regantes no dejó ayer títere con cabeza, dudando de la capacidad de la ministra García Tejerina para resolver el déficit, del poco coraje de la Confederación para defender a los usuarios del Segura, de la pasividad de la directora general del Agua para aprobar las medidas de emergencia, y de la tozudez de Acuamed para reducir el precio de la desalinización. Los tiempos del 'Agua para todos' del Partido Popular han quedado atrás. El presidente de los regantes, José Manuel Claver, solo dejó a salvo a Alberto Garre. Anunció que se echarán a calle, con una concentración en Murcia, si antes del 20 de marzo no ven soluciones.
El Sindicato envió el viernes una carta a Mariano Rajoy para pedirle una reunión urgente debido a la «grave situación» que atraviesan. La misiva es una lista de reproches al Gobierno central: un decreto de sequía que se eterniza, un precio social para el agua desalinizada que se ha quedado de momento «en agua de borrajas», un Plan Hidrológico Nacional incumplido, una estrategia para empujar a los regantes a la desalinización, y una sentencia adversa del Tribunal Constitucional sobre el Memorándum que les preocupa.
Con algunas ausencias, los miembros de la organizaciones agrarias que forman parte del Comité de la Sequía (Proexport, Fecamur, Asaja, Coag y UPA, entre otros) se reunieron por la mañana en la sede del Sindicato para analizar la situación y mandarle un mensaje a la ministra de Agricultura, que hora después iba a reunirse con los presidentes Alberto Garre y Alberto Fabra. A la pregunta de si la reunión iba a ser una foto electoral del PP, Claver contestó que dudaba del resultado. Indicó que Garre iba a defender sus reivindicaciones «con ilusión; y respecto a García Tejerina señaló: «No sé si tiene idea o capacidad para resolver el tema». Indicó que este tipo de reuniones «están disminuidas de valor». «No queremos más promesas, sino soluciones inmediata que se traduzcan en agua». Dijo que todavía están esperando a reunirse con la ministra desde que tomó posesión. «No tiene tiempo para recibirnos, cosa que no puedo comprender si se piensa que somos los regadíos más rentables de España y los que más problemas tenemos».
«Es una maldición»
Claver indicó que van a «ser educados» escuchando primero, para comprobar si hay medidas inmediatas o más promesas a largo plazo. Aguardarán hasta el 20 de marzo, o de lo contrario realizarán la primera protesta con una concentración en la calle, precedida por una macro asamblea en el Auditorio de Murcia a la que convocarán a toda la sociedad. «Luego seguiremos en escala hasta que nos atiendan. No podemos seguir así», advirtió.
Explicó que están en una situación límite en el Campo de Cartagena y el Guadalentín. No se ha acabado el agua, dijo, porque están suministrando cupos más pequeños y ahorrando para una situación peor. Claver reconoció que el Gobierno dio un paso positivo con el Memorándum que le da seguridad jurídica al Trasvase, pero se ha olvidado de las medidas complementarias para mitigar los efectos de la nueva reserva del Tajo, como la compra de caudales y el agua desalinizada a un precio razonable, entre otras. A eso se suman las medidas excepcionales del decreto de sequía que aún no se han aplicado. El Sindicato avisó de que hay grandes empresas del Campo de Cartagena que están produciendo en otros países -algunas en África-, mientras que otras se plantean abandonar porque no tienen asegurada el agua.
«Es una pena vernos de nuevo en esta situación. Parece que nos ha caído una maldición con el agua, como si fuéramos ciudadanos de tercera por tener que reclamarla y pagarla encima a un precio muy elevado. Ya está bien de historias y circunloquios», apostilló Claver. «No podemos estar cada año en el filo de la navaja, a ver si hay o no hay agua. Es como si le negaran la electricidad a cualquier empresa».
«Miedo a perder votos»
Junto con la cesiones de derechos, a las que ahora pone pegas el Ministerio, se ha dejado de lado «el tema estrella del Plan Hidrológico», añadió. «¿Cuántos años llevan hablando de un trasvase de Valdecañas, o de redotar la cabecera del Tajo? Ahora se decide que no lo van a abordar porque levanta ampollas en un año electoral, añadió. Propuso que se «ponga firme» al responsable de Acuamed para negociar una tarifa asequible de la desalinización, ya que ahora les ofrecen agua a 70 céntimos, lo cual calificó de «auténtico disparate».
Reprochó también que el Ministerio haya abandonado el 'Adif del agua', también «por miedo a perder votos». «Estamos en manos de la peor contaminación posible del agua, que es la política». Lamentó que sean unos convidados de piedra porque nadie les informa. «Si estuvieran haciendo algo, ya estarían tocandola trompeta». Criticó a la directora general del Agua porque aún «no ha pisado» los regadíos del Trasvase. «No podemos aguantar más. Le siguen soltando hilo a la birlocha y no vemos resultados», sentenció Claver a modo de ultimátum.
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