Bernat Sirvent
Viernes, 27 de febrero 2015, 01:30
«Somos conscientes de que será preciso adoptar nuevas y profundas medidas para abandonar definitivamente la crisis, que supondrán, sin duda, nuevos sacrificios colectivos». Así culminaba Moisés Jiménez Mañas su discurso institucional pronunciado ayer en IFA, poco después de ser reelegido como presidente de la patronal alicantina Coepa para otros cuatro años. Una votación que todavía fue más aplastante (98,5%) que la emitida el pasado mes de septiembre para sacar adelante los nuevos y polémicos estatutos, que excluyen, por primera vez en la historia, de los órganos de gobierno de la confederación a las importantes patronales de pymes Cepyme Alicante; la del metal Fempa; y la del pequeño comercio Facpyme.
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Las voces, con diferencia, más críticas hacia la gestión de Coepa, que sigue atravesando una delicada situación económica por las inversiones del pasado y por el desplome de las ayudas oficiales en el último lustro (lo que supondría en torno al 80% del total de recursos disponibles hasta entonces).
Ante 132 empresarios de todos los sectores salvo, precisamente, los dirigentes de las pymes, de las compañías de la industria y el comercio del metal y el comercio urbano y de ciudad, y con la presencia del presidente de la patronal autonómica Cierval, José Vicente González; de la de Valencia CEV, Salvador Navarro; y del rector de la UA, Manuel Palomar, Jiménez Mañas, empresarios del sector informático que sucedió a Modesto Crespo en la presidencia de IFA y que sustituyó a Rafael Martínez Berna (obligado a dimitir de Coepa tras el escándalo de los amaños en las contratas de obra pública aireados por la CNMC) y que ha estado muchos años ejerciendo el cargo de tesorero del comité ejecutivo, ponía el broche final a su discurso apelando a las fortalezas de la provincia (de sus empresarios y capital humano). Ahora bien, sin dejar de advertir sobre las debilidades: «Hemos pasado momentos muy complicados y aún quedan obstáculos que salvar hasta llegar a una recuperación plena», sostuvo.
En clave interna, dijo que «en los tres años transcurridos y, a pesar de los múltiples impedimentos habidos, hemos ido transformando la realidad de Coepa hacia un nuevo modelo que hemos definido entre todos los miembros de la organización. Ha sido un tiempo complejo en el que la inmensa mayoría de los que formamos parte de los órganos de gobierno hemos desarrollado una ardua labor en multitud de frentes, con implicación y compromiso».
En el discurso de Coepa, que fue un pilar fundamental de apoyo en la campaña divulgada desde la Generalitat Valenciana hace ya una década de 'Agua para todos', reapareció ayer el trasvase del Ebro. «Estamos viendo diariamente cómo se vierte absurdamente agua al mar en la desembocadura del Ebro, agua que no aprovecha nadie», dijo textualmente. La deuda financiera de Coepa ha pasado de 3,8 millones en 2012 a 35.000 euros en la actualidad, sin incluir la del IVF para el centro de formación de Babel, alrededor de 3 millones de euros.
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