El PP vuelve a sacar el rodillo

El clima de diálogo y consenso que se había instalado en el Ayuntamiento de Alicante desde la llegada de Miguel Valor a la Alcaldía saltó ayer por los aires en un Pleno en el que hubo varios enfrentamientos cara a cara entre ediles que subieron bastante de tono y en el que, además, el PP olvidó el espíritu de pacto y pasó el rodillo de su amplia mayoría absoluta para tumbar todas y cada una de las propuestas de los grupos de la oposición.

En algunos de los casos, el equipo de gobierno se escudó para rechazar las propuestas de la oposición en que versaban sobre asuntos que ya se estaban gestionando. Es el caso de las propuestas sobre Sangueta o una petición de UPyD para dar un uso a la casa del conserje del antiguo colegio Benalúa (el PP la va a ampliar y a destinar a un uso social).

Tampoco consintió en crear las comisiones de pleno o de investigación que le pidieron acerca de varios asuntos y los grupos fueron incluso incapaces de ponerse de acuerdo en algo tan básico como la defensa de la igualdad de la mujer. Se presentaron y votaron tres declaraciones distintas.

El tono de las intervenciones tampoco fue precisamente cordial y hubo varios encontronazos que obligaron al alcalde, Miguel Valor, a intervenir varias veces para calmar los ánimos e incluso tuvo que amenazar con expulsar a algún edil. Entre las disputas más sonadas, la que mantuvieron el edil de Fomento, Carlos Castillo, y el portavoz de UPyD, Fernando Llopis, en torno a la figura de Enrique Ortiz.

Fuera del salón también se recuperó la protesta. Los auxiliares de biblioteca acudieron vestidos de luto por la 'muerte' simbólica de estos establecimientos.