«Cercana» y con un espíritu dialogante

Asunción Sánchez Zaplana usará su espíritu dialogante y la «cercanía» que le ha acompañado en su carrera política para tratar de convertirse en alcaldesa de Alicante tras las elecciones municipales del 24 de mayo.

Desde hace meses estaba en todas las quinielas. Sánchez Zaplana fue la primera apuesta del presidente de la Generalitat Valenciana y del PPCV, Alberto Fabra, para Alicante después de casi dos años y medio al frente de la Conselleria de Bienestar Social y más de 13 de concejala en la ciudad al frente de Acción Social.

En 1999 fue incluida por primera vez en la lista municipal del PP de la mano del exalcalde Luis Díaz Alperi y, desde entonces, Sánchez Zaplana ha desempeñado sus responsabilidades públicas con buena nota y, sobre todo, con discreción y entre el «aprecio» tanto de sus adversarios políticos como de buena parte de los representantes de los sectores sociales con los que le ha tocado negociar.

Pese a la delicada materia que siempre ha llevado entre manos, no se le recuerdan apenas rifirrafes con los partidos de la oposición, de izquierdas, con los que a menudo ha alcanzado acuerdos.

Los comicios de mayo depararán la previsible fragmentación del escenario político y Sánchez Zaplana podría necesitar de su dilatada capacidad negociadora para alcanzar consensos en torno a un hipotético pacto de gobierno.

De ser elegida alcaldesa, Sánchez Zaplana sustituiría en el cargo al veterano Miguel Valor y se convertiría en la segunda mujer que preside la corporación alicantina tras Sonia Castedo, que dimitió las pasadas Navidades a través de la red social Facebook a raíz de su imputación en dos de las piezas separadas del caso Brugal.

Licenciada en Ciencias Químicas por la Universidad de Alicante y máster en Agente de Igualdad por la de Valencia, Sánchez Zaplana (Alicante, 1965) está afiliada al PP desde hace más de dos décadas.

Ha estado vinculada al voluntariado social juvenil desde hace 25 años y ha participado activamente en el equipo directivo del Movimiento Scout Católico. Además, se ha mantenido ligada al mundo de la inclusión social y de la cooperación y ha participado en proyectos solidarios en Bolivia, Perú y en los campamentos saharauis.

Su etapa en la Conselleria de Bienestar Social ha coincidido con un momento muy delicado, cuando se habían aplicado los recortes. La titular logró reconducir la situación con las asociaciones y colectivos. Sin embargo, la ley de la dependencia y el copago le han pasado factura.