La poesía como ejercicio de resurrección

«Son importante las estrellas: Poesía y adversidad» fue el discurso que realizó Raúl Zurita, ayer, al ser investido Doctor Honoris Causa. Las estrellas, para el poeta, fueron las que le mantuvieron vivo cuando permanecía preso en un buque, detenido por la dictadura chilena y hacinado, junto a cientos de presos, donde solamente cabían unas decenas.

Desde este punto, el poeta revisó los porqués de su obra, el motivo que le ha llevado a mantener viva la memoria histórica de su país en sus versos y los recuerdos que le han llevado a escribir. «Escribir poemas fue mi forma íntima de resistir, de no enloquecer, de no resignarme. Escribo porque es mi ejercicio privado de resurrección», expresaba en una de sus últimas frases del discurso ante un Paraninfo en un silencio absoluto, absorto en la profunda voz del chileno y en el emocionante contenido de sus palabras. Considerado el poeta chileno de mayor repercusión mundial después de Pablo Neruda, al igual que ocurriera con Mario Benedetti, la UA es la primera universidad del mundo en concederle su máxima distinción a Zurita.

La ceremonia contó con la presencia de distintas autoridades académicas y políticas tanto chilenas como españolas, entre las que se encontraban los rectores de las universidades chilenas Técnico Federico Santa María y Viña del Mar, Juan Pablo Prieto y Darcy Fuenzalida, respectivamente, los embajadores de Chile en España, Francisco Marambio, y en Alemania, Mariano Fernández, además de Felipe Palau, director general de Universidades, Estudios Superiores y Ciencia y numerosos doctores, profesores y alumnos de la institución académica alicantina.

El encargado de lanzar la 'laudatio' del acto de investidura fue el catedrático de Literatura Latinoamericana José Carlos Rovira. Revisó la obra de Zurita, se adentró en el análisis de su contenido y lo comparó con grandes de la poesía y la literatura latinoamericanas, conocedor hasta el punto de la vida del poeta, que no pudo reprimir las lágrimas antes de concluir su intervención.

El emotivo y duro discurso de Zurita se adentró en la violencia y las esperanzas, las dos cuestiones que llevan a la mayoría de artistas a pintar, escribir o crear, para mitigar el dolor. Se refirió a como «el gran catastro de la adversidad y de los incontables nombres que toman las desgracias, Helena, Menelao, Héctor, Andrómaca y las cenizas de sus palacios arrasados, Auschwitz, Hiroshima, Nagasaki, Bagdad o Gaza.

El rector ensalzó la figura de Zurita y destacó la relación entre la UA y el poeta, además de anunciar como conclusión el «propósito de intensificar estas relaciones a través de la creación de un Centro de Excelencia Académica con América Latina que, además de vertebrar y coordinar las actividades mencionadas, incremente nuestra presencia y compromiso a través de la oferta de títulos, proyectos de investigación, programas de doctorado, Erasmus plus o intercambios de profesores y estudiantes».