Detenido un británico tras confesar que mató a su pareja sentimental a bastonazos

Un hombre de nacionalidad británica ha sido detenido en San Miguel de Salinas acusado de la muerte de su mujer, cuyo cadáver fue encontrado ayer en avanzado estado de descomposición en un solar de Algorfa.

El propio verdugo de Rosemary, quien ayer confesó que acabó con su vida a bastonazos, fue quien hace medio año, el 15 de septiembre de 2014, denunciaba su desaparición. Un día después, la Guardia Civil inició una investigación para encontrar a esta mujer británica, de 76 de años, cuyo cadáver apareció ayer en torno a las 8.20 horas en un solar pegado a la CV-940, en término municipal de Algorfa. Su actual pareja fue quien indicó a los agentes de la Benemérita dónde estaba oculto, entre rastrojos y restos de leña, el cuerpo de su esposa.

En la denuncia que presentó hace casi seis meses, el ahora detenido aseguraba que no había vuelto a ver a la mujer desde que la dejó en un cajero de Ciudad Quesada, en el vecino municipio de Rojales, para formalizar unos asuntos bancarios. Los agentes del Instituto Armado siguieron las pistas que el sospechoso les dio, falsas en vista de los hechos, pero al final pudieron dar con la resolución del enigma.

La Guardia Civil se presentó en el domicilio del asesino confeso en San Miguel de Salinas, en el que Rosemary pasó muchos de sus días, y practicó la detención del presunto homicida, según confirmaron fuentes cercanas al caso.

Los agentes sometieron al sujeto a un duro interrogatorio y al final se derrumbó y reconoció su crimen. El arrestado confesó que la emprendió a garrotazos con la mujer hasta que acabó con su vida, según señalaron fuentes cercanas al caso. Antes, las discusiones entre la pareja eras frecuentes, tal y como pudo saber a raíz de la investigación la Benemérita. La última, en casa del ahora detenido, acabó de forma trágica.

La pareja residía desde hace unos meses tanto en la casa del asesino confeso en San Miguel de Salinas como en la de ella, en Ciudad Quesada, donde residía desde hacía más de una década. Después de enviudar, la víctima mortal recaló en tierras alicantinas procedente de la localidad de Hull, en el Reino Unido.

El Juzgado de Instrucción número 4 de Torrevieja mantenía abierta una investigación desde que en septiembre se perdiera el rastro de Rosemary, según informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV). Ante las nuevas evidencias, será el juzgado de Violencia sobre la Mujer de la misma localidad el que continúe con la instrucción de caso, sobre el que pesa un escrupuloso secreto de sumario.

Hasta el lugar donde ocultó el cuerpo se personaron tanto agentes de la Policía Científica de la Guardia Civil como de la Policía Local de Algorfa. El cadáver se encontraba envuelto en plástico, en avanzado estado de descomposición, y en una zona anexa al aparcamiento del mercadillo El Zoco, una zona muy concurrida por los residentes europeos que optan por hacer allí sus compras los domingos por la mañana.

El ahora detenido quiso deshacerse de su expareja en un lugar apartado, muy cercano a la urbanización Doña Pepa y a escasos metros de la autopista AP-37.

La familia de Rosemary se había volcado en su búsqueda desde que el pasado mes de septiembre se tuvieran las últimas noticias sobre su paradero. Sin embargo, pese a las batidas por urbanizaciones cercanas y los esfuerzos en redes sociales, los allegados no habían logrado dar con la mujer de 76 años, a quien definían como una persona «fuerte e independiente». El trágico desenlace de la historia ha supuesto un mazazo para sus allegados.