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Luis Cotayna, director del hostal Chameleon, en Alicante.
El primer hotel para los 'millenials'

El primer hotel para los 'millenials'

Una familia emprendedora abre en Alicante un alojamiento alternativo y de 'mochila'

Bernat Sirvent

Viernes, 20 de marzo 2015, 01:00

Una familia emprendedora de Alicante acaba de abrir en el barrio de San Blas, en la popular calle de Pintor Gisbert de la capital, un hotel que se adapta a las necesidades y demandas de sus clientes, los 'millennials', una suerte de generación que no es exactamente la de los 'mochileros' al uso, sino la de trotamundos vinculados al entorno urbano alternativo, las redes sociales, los idiomas, el ecologismo, la bicicleta, el viaje por todo el planeta con bajo coste de hospedaje...

De ahí el sugerente y sonoro nombre con que, en inglés, el idioma que más hablan sus clientes de los primeros tres meses de vida, han bautizado el establecimiento: Chameleon Hostel&Lounge, tal y como explica a este diario su director, Luis Cotayna, quien está al frente del negocio junto a su hermana Rocío. La finca contaba ya con la estructura hecha con el objetivo de destinarla a viviendas, pero el estallido de la 'burbuja' inmobiliaria dejó el edificio a medio acabar.

La familia tuvo la brillante idea de reconvertir el uso residencial en hotelero y, pese al poco tiempo que lleva abierto, «estamos muy contentos», comenta Luis Cotayna. Se trata del primer hotel de sus características en Alicante para esta nueva generación de jóvenes viajeros y bien formados de toda Europa y prácticamente el único hostal con habitaciones colectivas y privadas construido en origen en toda la Costa Blanca y en la Comunitat Valenciana. El perfil de clientes se ajusta al 'millennials' al haber nacido entre la última década del siglo XX y la primera del XXI. Cliente pegado al 'smartphone' y las nuevas tecnologías, a los programas Erasmus, al conocimiento de la ciudad, de su jolgorio y también de su cultura. Que usan la bicicleta para los desplazamientos internos. Con alimentación vegetariana, pero no únicamente. Entre los primeros clientes, un alemán que hizo en Alicante parada y fondo en su viaje en bicicleta a Granada y un suizo de Zurich que iba a pasar las Navidades a Lisboa con su madre y llevaba pedaleando tres meses en bici. Pero también grupos de medio centenar de estudiantes universitarios de Holanda que vinieron una semana a Alicante a celebrar el fin de la carrera.

«Estamos muy satisfechos, porque el formato responde a nuestras expectativas, con un 70% de clientes extranjeros y, de ellos, más de la mitad son mujeres que viajan solas, cada vez la mujer viaja más sola en Europa», destaca el empresario Luis Cotayna, quien se expresa en un inglés perfecto con sus clientes al haber estudiado una larga estancia en EE UU. Clientes mayoritariamente de 18 a 25 años de toda Europa, especialmente nórdicos (suecos, finlandeses, noruegos) y holandeses.

Los precios son asequibles, una de las premisas del nuevo viajero: quince euros habitación compartida con literas (el diseño es muy activo y vital) y 35 euros habitación privada, con baño y desayuno en ambos casos incluidos. Se da la circunstancia de que el famoso 'tardeo' alicantino también está sirviendo de base para el negocio. Jóvenes que proceden del norte e interior de la provincia y que optan por hacer noche a un precio módico antes que jugársela con el coche tras haber ingerido alcohol. Otro perfil de cliente asiduo de Chameleon es el de profesionales de 30 años, sobre todo músicos que trabajan en academias de Alicante y residen fuera.

Cupcakes para desayunar

Tiene cocina y comedor colectivo en ambiente relajado y luminoso. Televisión, wifi, oferta gastronómica al estilo inglés para el desayuno (cupcakes). El hotel dispone de 50 plazas distribuidas en dieciséis habitaciones en cinco plantas, con una terraza en planta baja para los huéspedes que lo piden por ser fumadores (todo el edificio está libre de humos por ley y por concepto) y un solarium en el ático, con mobiliario de terraza para descansar. No existe ni una sola barrera arquitectónica en Chameleon, que, además, es sostenible energéticamente con placas solares en la azotea, desde donde se pude otear hasta la isla de Tabarca.Es un hotel tranquilo y sostenible, como enuncian las puertas de los servicios: «Tómatelo con calma y ahorra agua», en un territorio árido como la Costa Blanca. Con una sola tarjeta, el huésped puede usar todos los servicios de Chameleon, uno de cuyos iconos es su fachada: cambia de color durante el día, se adapta al nuevo turismo y a la nueva economía. Todo con aire acondicionado. «Estamos muy ilusionados por la respuesta que hemos tenido, tras un año agotador para acabar el edificio y equiparlo, y tres meses de arranque del negocio», indican los Cotayna, felices, en su Chameleon.

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