'La Loli' recupera su esplendor

Tras la tempestad llega la calma, tras las nubes aparece el sol y tras las lágrimas las sonrisas. Así es como se podría definir, a día de hoy, el sentimiento de las costaleras de la Virgen de los Dolores de Santa Cruz, popularmente conocida como 'La Loli'. Hace un año vivían uno de los momentos más difíciles que recuerdan desde que bajó por primera vez la Virgen de la Ermita a la ciudad, y de eso ya han pasado 22 años. La imagen no pudo volver en procesión a lo más alto del barrio porque algo había fallado y no era seguro transportarla. Sin embargo, ahora enfrentan un nuevo Miércoles Santo con las energías y las ganas renovadas.

«Dejar a la Virgen pasar la noche en la Concatedral fue una decisión muy difícil», recuerda María del Carmen Más, capataz del paso, que reconoce que «haber hecho lo contrario e intentar subir las escaleras hubiera significado poner en riesgo la integridad de la imagen y, por su puesto, la de las costaleras».

Todavía recuerda cada detalle de la procesión del año pasado y los momentos de nervios y tensión que vivió a la hora de tomar la decisión tan importante de no concluir la procesión.

La mala fortuna quiso que un problema imposible de identificar dejara en vilo la imagen, que corría riesgo de caerse en cualquier momento y mucho más en la subida por las empinadas escaleras del barrio de Santa Cruz.

«El problema fue que se quebró el pedestal donde está subida la imagen», explica la capataz, que desde el principio sabía que no había ningún olvido, ni fallo humano.

«Era algo imposible de controlar. Nosotros fijamos el pedestal al trono con hasta ocho tornillos de precisión, como siempre», recuerda María del Carmen con angustia.

Unos momentos muy duros que ahora se presentan lejanos porque las ilusiones están, de nuevo, puestas en la procesión de este año.

«La imagen está en perfectas condiciones. Tras recogerla de la Concatedral y analizar el problema se solucionó rápidamente», apunta la capataz, que asegura que las costaleras han estado muy pendientes de todos los pasos que se han dado respecto del arreglo, y eso que ellas se encuentran de un año para otro. «Si no hubiera sido por el compromiso de las costaleras con su Virgen el día después, el Jueves Santo, no se podría haber subido la imagen», recuerda, orgullosa.

Novedades

A pesar del regusto amargo que dejó la última salida procesional, la Hermandad ha trabajado para que este año su Virgen de los Dolores luzca más hermosa que nunca. Y es que, por primera vez desde su bendición, allá por el año 1994, la imagen ha cambiado parte de su vestimenta y su ajuar. «Este año la imagen estrena corona y saya», explica la capataz.

La corona labrada en Sevilla en la orfebrería de Antonio Santos - R. Campanario, la lucirá la Virgen sólo en las salidas procesionales y además de embellecer el ajuar y a la imagen, la hará menos pesada. Junto a la corona, la Virgen de los Dolores también lucirá un nuevo vestido. «Un traje confeccionado en rojo y dorado y donado por nuestro gran amigo y colaborador, José Espadero», detalla María del Carmen.

Aunque no son los únicos cambios que se notarán en la procesión de este año. Otras modificaciones las agradecerán las más de 200 costaleras de la Virgen de los Dolores. «Han cambiado los varales, que han sido realizados por Miguel Cutillas», explica la capataz, y añade que esto es una mejora sustancial ya que antes eran redondos y ahora son cuadrados, lo que mejora el agarre a los hombros de las costaleras.

«Además, este año procesionaremos con banda de música», adelanta María del Carmen, que al mismo tiempo reconoce que «seguramente eche de menos la música de la 'dolçaina i el tabal' que hemos llevado hasta ahora».