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Los siete detenidos por el tiroteo aguardan, entre fuertes medidas de seguridad, su turno para declarar en la Audiencia Provincial.

«Fue como una película del Oeste; disparaban a las cabezas»

Los miembros de los clanes se acusan entre sí por la refriega de julio de 2013 en la que dos procesados resultaron heridos y por el que la Fiscalía pide penas que suman en total 150 años

Luis Candela

Martes, 24 de marzo 2015, 02:05

La Colonia Santa Isabel se convirtió el 7 de julio de 2013 en el peor de los escenarios de las viejas películas del Oeste. Esa noche, en torno a las diez, en la barriada de San Vicente del Raspeig, una supuesta deuda de unos 500 euros llevó a que dos clanes iniciaran un tiroteo en medio de la calle que causó heridas de bala a dos de los protagonistas, en uno de los casos con graves consecuencias. Ayer arrancó en la Audiencia Provincial de Alicante el juicio contra siete personas, tres miembros del clan conocido como 'Los Gallego' o 'Los García' y otros cuatro de 'Los Wenceslao', por esta espectacular escaramuza que de milagro no terminó en un baño de sangre mucho más cruento.

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El Ministerio Público reclama penas que en total suman 149 años y seis meses de prisión para los siete acusados por lo ocurrido, A seis de ellos les acusa de tres intentos de asesinato y tenencia ilícita de armas. Así, el fiscal responsable del caso solicita 24 años entre rejas para los tres miembros del clan 'Los Gallego', representados todos por el letrado Aitor Esteban Gallastegui, quienes sostuvieron ante el tribunal de la Sección Décima que quisieron zanjar la disputa sin armas.

Mientras tanto, la Fiscalía pide otros 25 años para tres miembros de 'Los Wenceslao' y dos años y medio a un cuarto integrante de esta familia, quienes se encuentran defendidos por Miguel Ángel Garijo, Joaquín Lacy y Laureano del Castillo. Uno de los tiradores confesos de este bando relató cómo las balas silbaban, pero no solo de su lado. «Fue como una película del Oeste, disparaban a las cabezas para cargarse a los niños», declaró ayer. Hasta 21 vainas de proyectiles se recogieron tras la batalla.

En la primera de las sesiones, que contó con un amplio dispositivo de seguridad para evitar posibles enfrentamientos entre rivales, les tocó el turno a los acusados. En el banquillo, dos bandos con versiones muy diferenciadas que habrán de probarse a lo largo de un juicio custodiado por un buen número de agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Los primeros en declarar fueron 'Los García', cuyo cabeza de familia recibió un balazo en la espalda que le dejó un mes en coma, según relató ayer.

Atendiendo a su testimonio, el hombre acudió solo con uno de sus hijos, el que estaba enfrentado con un miembro del otro clan, precisamente para solucionar el entuerto, como declaró. Sin embargo, el Ministerio Público mantiene que se dirigió hasta el bloque 14 de la Colonia junto con dos de sus vástagos y que la intención no era la de solventar la riña pacíficamente hablando, sino que acudieron armados.

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«Estaba en el bar bebiendo», indicó el procesado víctima de un balazo en la espalda, «y nos avisaron de que venían a por mi hijo», por lo que decidieron acudir al encuentro de los rivales para hablar con la madre. No obstante, y según dijo ayer, «discutimos» y comenzó la refriega. Ante esto, 'Los Gallego' «nos escondimos, pero le dieron a mi hijo» y cuando se lo llevaba a cuestas «me dejaron a mí muerto».

Mientras tanto, el otro hijo, al que los otros procesados reconocen en la escena, aseguró que fue después, tras cerrar su bar. Resulta complicado por estos testimonios determinar por qué la fachada del clan rival se encontraba repleta de agujeros de bala, así como los vehículos estacionados en el lugar. Pese a ello, esta parte sostuvo que «nunca hemos tenido un arma». El hijo enfrentado con el otro clan declaró que todo se debió a una deuda de «500 euros de cobre», aunque la investigación policial indica que podría tratarse de un asunto de droga.

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Diametralmente opuesta resulta la versión ofrecida desde la bancada de 'Los Wenceslao'. Dos de sus miembros reconocieron haber pegado tiros «de cobertura y para asustar» cuando sus oponentes llegaron al lugar. «Estos señores vinieron pegando tiros», según declaró uno de los participantes en la refriega, cuyos movimientos quedaron registrados por el GPS de la pulsera que le mantenía alejado de su expreja.

Este implicado llegaba de un vis a vis en Picassent con su furgoneta, cuando recogió a su primo y pasaron por donde se inició la disputa. «Bajamos del coche y vi los tiros. Allí había siete u ocho personas de mi familia. Había disparos a diestro y siniestro», declaró este procesado, quien aseguró que incluso vio un arma con mira láser. Después huyó con su primo en el vehículo con el que llegaron, aunque al final optaron por entregarse. Ayer el hombre pidió perdón por cómo actuó y «por el daño que haya podido causarles a los otros».

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El juicio prosigue mañana con la declaración de los agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil que intervinieron en las detenciones tras el suceso y se pondrán sobre la mesa del tribunal los informes balísticos.

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