EFE
Domingo, 29 de marzo 2015, 01:00
Una maleta, una máquina de escribir, una lechera, un pañuelo de seda y un juguete que hizo para su hijo son algunos de los objetos personales de Miguel Hernández que desde ayer se pueden contemplar en el museo dedicado al poeta y a su mujer en Quesada (Jaén).
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El museo, denominado 'Miguel Hernández / Josefina Manresa', fue inaugurado por el consejero de Educación, Cultura y Deporte en funciones de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso, que afirmó que «servirá para transmitir valores y principios a las nuevas generaciones, a la vez que nos ayudará a todos a no olvidar de dónde venimos y cuánto sufrimos».
El museo comparte edificio con el dedicado al pintor quesadeño Rafael Zabaleta, en la localidad natal de la mujer de Miguel Hernández, Josefina Manresa. Incluye el museo una zona de recepción y acogida que ilustra al visitante sobre la importancia del autor y su evolución personal y literaria a través de sus etapas cronológicas vinculadas a sus libros: 'Perito en lunas' (1933), 'El rayo que no cesa' (1936), 'Viento del pueblo' (1937), 'El hombre acecha' (1938) y 'Cancionero y romancero de ausencias' (1939-41).
A partir de ahí el museo se divide en cinco salas temáticas que muestran los poemas manuscritos, mecanografiados, documentos de la época, correspondencia, libros, fotografías, prensa y objetos personales del poeta. Así, se encuentra la sala del poeta pastor, la del poeta enamorado, la del poeta soldado, la del poeta mártir y la del poeta mito.
Vinculación con la ciudad
Josefina, que fue para Miguel además de novia, amante, esposa y madre de sus hijos, musa de inspiración poética y guardiana de su legado en los duros años de la clandestinidad, nació en Quesada porque su padre, guardia civil, estaba destinado allí, y a pesar de trasladarse muy joven a Orihuela, decía: «De Jaén, andaluza, me consideré siempre, durante toda mi vida».
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La pareja también vivió en Jaén capital, en plena Guerra Civil, ya que Miguel Hernández fue destinado como comisario de cultura para dirigir el periódico Altavoz del Frente Sur. Tras la muerte de Miguel Hernández en la cárcel de Alicante en 1942, Josefina dedicó toda su vida a velar por el recuerdo y la difusión de la obra de su marido, un legado que próximamente se podrá ver en el museo quesadeño.
Luciano Alonso ha señalado que el poeta de Orihuela no solo representa una de las mayores cumbres de la literatura española del siglo XX, sino que «es un símbolo de nuestra memoria histórica. En la inauguración estuvo Francisco Reyes, presidente de la Diputación de Jaén, que adquirió el legado del poeta en 2013 por tres millones.
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