JUAN PABLO LAORGA
Lunes, 30 de marzo 2015, 01:02
Mes y medio después el Lucentum volvió a ganar un partido. La última victoria fue el día de los enamorados, en la visita al ya descendido Araberri. Desde entonces, los alicantinos habían perdido los cinco encuentros que habían disputado hasta ayer, día en el que por fin rompieron la mala racha y se impusieron al Sammic guipuzcoano. A pesar de la diferencia en el marcador (77-64), no fue un partido fácil para los hombres de Kuko Cruza, ya que los vascos, inmersos en la lucha por evitar el descenso, plantaron cara en un Centro de Tecnificación que presentó la peor entrada de la temporada. Tras un primer tiempo muy igualado, no fue hasta el último cuarto cuando los locales se pusieron serios para imponer su calidad y no dar lugar a la sorpresa. Aun así, notaron la losa de la mala racha y no jugaron tan sueltos como cuando el equipo era una máquina de ganar, algo que se vio reflejado en el pobre 58% de acierto desde la línea de tiro libre y en el 26% desde el perímetro.
Publicidad
El Lucentum ganó el partido gracias a su juego interior, una cualidad que apenas se le había visto durante la temporada, pero de la que tiró ayer para aprovechar la debilidad defensiva del Sammic. Así, jugadores altos como Johan Kody o Edu Guillén se lucieron en la pintura, aprovechando las asistencias de Javi Marín y Adrián Fuentes. El pívot camerunés volvió a ser el mejor del Lucentum, mientras que Guillén sigue cogiendo peso en el equipo después de sus últimas actuaciones y llega en plena forma a la recta final de la liga regular.
El partido comenzó como el ambiente en el pabellón: muy frío. La mala racha que arrastraban los alicantinos y un rival situado en la parte baja de la clasificación hicieron que el Centro de Tecnificación recibiese a muchos menos aficionados de los que acostumbra. Ambos equipos saltaron al parqué con demasiada tibieza defensiva. Así, cada ataque en cualquiera de los dos aros acababa en canasta, pero siempre de dos, ya que, vistas las facilidades defensivas, nadie lo intentaba desde fuera. El Sammic no tardó en utilizar a su principal baza, el pívot lituano Paulius Vaitiekunas, que con solo 22 años y cinco partidos en LEB Plata ya es uno de los líderes de su equipo. Ayer se hizo inmenso en la pintura y llegó a capturar once rebotes (más de la mitad del total de su equipo), pero, por suerte para el Lucentum, no estuvo demasiado apoyado por sus compañeros.
Kuko Cruza, que volvió a sacar de inicio a su quinteto habitual (Fuentes, Marín, Joan Pardina, Álex Navajas y Samuel Domínguez), no tardó en mover el banquillo. En el primer cuarto, Kody sustituyó a Domínguez y Guillén a Navajas. Al final, los dos suplentes, terminaron por jugar más que los titulares gracias a sus propios méritos. Sin embargo, José Luis González y Sergio Vidal tuvieron menos minutos que en las jornadas anteriores.
Durante los primeros veinte minutos se vio a un Lucentum superior a su rival, pero sin terminar de dar un paso al frente para distanciarse en el marcador. Tanta especulación hizo que los de Kuko Cruza, a pesar de mostrarse superiores, solo consiguiesen llegar al descanso con un punto de ventaja (40-39).
Publicidad
En el segundo tiempo cambió la historia. El intermedio sirvió para que los locales saliesen más concentrados a la cancha en el tercer cuarto. El Lucentum por fin puso a funcionar su maquinaria defensiva y, en ataque, siguió teniendo las mismas facilidades para anotar. La pareja formada por Marín y Kody se puso las botas, el maño asistía y el camerunés machacaba en la pintura, era la jugada más repetida del partido y el Sammic no sabía cómo pararla.
En los visitantes solo daba la cara Vaitiekunas, además de algún chispazo de Garrett, pero no eran suficientes para evitar que el Lucentum se fuese en el marcador. La mejoría en la defensa local provocó que los vascos solo anotasen diez puntos en el tercer cuarto. Así se llegó al parcial decisivo con los alicantinos ocho puntos por delante en el luminoso (57-49).
Publicidad
Nada más comenzar el último cuarto, el Sammic dio sus últimos coletazos. Astigarraga anotó cinco puntos consecutivos, a los que les sucedió un triple del base norteamericano Devon Peltier, lo que provocó la euforia en el cuadro vasco, que en un momento había reducido la diferencia hasta los tres puntos. Pero el Lucentum aprendió de la debacle que sufrió la semana pasada en el último cuarto del encuentro ante el Amics Castelló y volvió a ponerse serio. Fuentes tiró de galones y tomó el control del partido para evitar una nueva remontada en contra. Gracias al base malagueño y a Javi Marín, el equipo consiguió enfriar a su rival. Un triple de Edu Guillén a falta de minuto y medio para el final supuso el 71-62, en ese momento los vascos bajaron los brazos y los alicantinos se dieron cuenta de que por fin iban a romper una racha de cinco derrotas consecutivas que había mermado su seguridad.
Al final, 77-64 y 14 días sin competir (la próxima jornada el equipo descansa) para reflexionar sobre cómo afrontar los tres últimos partidos de liga regular.
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.