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Francisco Reyes Prieto
Lunes, 6 de abril 2015, 00:43
La representación de la resurrección de Jesucristo en la mañana del Domingo de Pascua no se entendería en Torrevieja sin la salida a las calles de la imagen de su patrona, La Purísima Concepción o sin la auténtica representación de su hijo, Jesús Sacramentado, teniendo como testigo de excepción de todo ello al discípulo predilecto, San Juan Evangelista.
Así, con la naturalidad de la tradición, discurrió cuando despuntaban los primeros rayos de sol, la escenificación del encuentro de Resurrección en las cuatro esquinas de las calles Fotógrafos Darblade y Concepción, donde se concentraba una gran cantidad de público desde antes que amaneciese. Antes de que dieran las ocho de la mañana, la hora prevista para la salida de la procesión, los abanderados y capirotes de oro, Mariano Montesinos y Patricio Montesinos, ya tenían plantada la bandera de la Junta Mayor en la calle Caballero de Rodas con la cofradía sanjuanista formada a sus espaldas, todos ellos vestidos de blanco ya que cambian su habitual capa roja por la blanca. Y a la hora en punto salía de templo de la Inmaculada a hombros de sus costaleros entre los que se encontraba el alcalde, Eduardo Dolón, la renovada imagen de San Juan, restaurada por su autor, el prestigioso imaginero murciano, José Hernández Navarro.
Después hacía su aparición La Purísima a hombros también de costaleros y cubierta por una mantilla negra, en esta ocasión la más reciente de su ajuar, de los años ochenta del pasado siglo, luciendo la medalla de oro de Madrina de Honor de la Junta Mayor de Cofradías y la más pequeña de las cruces pectorales que posee, sobre sus manos. Este cortejo avanzó hasta alcanzar la calle Azorín y en sentido contrario lo hizo el Santísimo bajo palio portado por el párroco de la Inmaculada, Manuel Martínez Rocamora, camino de la calle Clemente Gosalvez. Frente a frente, ya en la calle Fotógrafos Darblade se produjo el encuentro y el instante en el que todos los asistentes contuvieron su emoción, al ver como Bernardo Mínguez Conesa, siguiendo la tradición de su bisabuelo, Bernardo Parodi Torres, despojó a la virgen de su luto a los sones del himno nacional, al mismo tiempo que La Purísima era alzada hacia el cielo mientras que desde los balcones eran lanzados infinidad de pétalos florales y los habituales aleluyas de este día.
A ambos lados del paso de la patrona se situó el grupo de costaleras que por tercer año consecutivo estaban impacientes porque el paso descansase sobre sus hombros. para poder realizar el camino de regreso hacia el camarín inmaculado. Lo hicieron a las órdenes también de una mujer capataz, Amparo Cos Boj, quien a pesar de haber salido ya de cuentas para dar a luz a su primer hijo reunió las fuerzas suficientes para cumplir la misión encomendada por la Asociación Hijos de la Inmaculada. Las dos procesiones se convirtieron en una sola, interpretando constantemente las dos bandas de música participantes, la Unión Musical Torrevejense y la Ciudad de Torrevieja Los Salerosos, la Marcha Triunfal, una pieza musical característica de este día.
Una de las notas destacadas del Encuentro 2015 fue la presencia de más de una veintena de fotógrafos, ávidos de captar la mejor instantánea de la virgen, ya que la Junta Mayor ha convocado para el próximo año el concurso de carteles anunciadores de la Semana Santa, con una fotografía de La Purísima, al cumplirse el 29 de mayo de 2016 el cincuenta aniversario de la coronación canónica de la patrona de los torrevejenses. A buen seguro se va a producir una gran participación en este concurso que más que otra cosa, ofrecerá el prestigio de ser el autor de un cartel que quedará en la retina de la historia.
Conforme iba avanzando la procesión en dirección a la iglesia de la Inmaculada iba dejando atrás el rastro de una gran Semana Santa que ya es parte del recuerdo.
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