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El secretario de la Cámara, Andrés Sevila, habla con Carlos Castillo durante el Consejo Social de ayer.
El Ayuntamiento retira su apoyo a la ATE de Ikea e insta a Ortiz a reelaborar el proyecto

El Ayuntamiento retira su apoyo a la ATE de Ikea e insta a Ortiz a reelaborar el proyecto

Valor se rinde a la evidencia del masivo rechazo al macrocentro comercial y plantará batalla a la propuesta estrella de la era Castedo

Eva María Lahoz

Jueves, 16 de abril 2015, 01:43

El empresario Enrique Ortiz y sus socios de Alicante Avanza se han quedado sin apoyos a su macroproyecto urbanístico en Rabasa, la Actuación Territorial Estratégica (ATE) que incluye una tienda de Ikea y una gran superficie terciaria. El Ayuntamiento de Alicante, que lo defendió a capa y espada en la era Castedo basándose en el impacto positivo que la instalación de Ikea tendría en el empleo y la economía local, le ha dado definitivamente la espalda.

El equipo de gobierno se ha rendido a la evidencia, el rechazo frontal de todos los sectores consultados al macroproyecto comercial que se pretende instalar en Rabasa y ayer anunciaba que va a pedir «una revisión completa» del proyecto a la Conselleria de Infraestructuras, que lo tramita, a los promotores y a Ikea.

El coordinador del proceso de alegaciones iniciado por el Ayuntamiento, el edil Carlos Castillo, explicó ayer, una vez conocidas las líneas generales de los informes que se han recabado sobre la ATE, que «parece claro que el proyecto tiene difícil encaje fiscal, territorial, urbanístico, viario, medioambiental y con el modelo de ciudad recogido en el Plan de Competitividad».

Es por ello que, aunque aún no se han terminado de elaborar algunos de estos informes, el Ayuntamiento considera que tiene ya información suficiente para avanzar en qué línea irán sus alegaciones, línea que, además, tendrá ocasión de trasladar a los promotores en la reunión que mantendrá con ellos el equipo de gobierno el lunes.

Castillo señaló que el Consistorio mantiene su interés en la llegada de Ikea, por lo que su postura no va a limitarse a la oposición frontal al proyecto, sino que también se plantearán «alternativas», con el objetivo de «ayudar a perfilar un proyecto viable, que no aleje el interés (de Ikea) pero que tenga encaje» en las expectativas municipales.

En este sentido, señaló que los promotores tienen la opción de adaptar su proyecto a los límites que se imponen desde el Ayuntamiento, para que salga adelante sin complicaciones, o esperar a que se presenten las alegaciones y que «la Conselleria se pronuncie», aunque dudó de que vaya a hacerlo en sentido contrario al que manifiesta el Consistorio. Lo que es lo mismo que decir que, o bien Ortiz y sus socios cambian el proyecto, o bien no será aprobado.

Primar el parque tecnológico

Una de las alternativas que les van a ofrecer será la de potenciar la parcela del parque tecnológico y darle más relevancia que a la comercial, no solo en tamaño sino también intercambiando su ubicación, para que el parque quede más cerca de la Universidad y de su propio parque científico. Es la única forma de que, según todas las fuentes consultadas, el proyecto tenga realmente encaje en el marco de las ATE, figura urbanística excepcional reservada a proyectos singulares y de gran proyección e impacto.

Y es que todos los colectivos e instituciones consultados hasta el momento en el proceso de participación coinciden clamorosamente en dos puntos clave. Por un lado, en su postura favorable a la llegada de una tienda de Ikea a la ciudad. Por otro, en su rechazo a la fórmula elegida por los promotores para implantarla.

Coinciden también en los motivos del rechazo, que parten de la misma base de la admisión de este proyecto como ATE, ya que ni la Cámara de Comercio, ni la Universidad de Alicante, ni los grupos políticos de la oposición, ni los colegios profesionales, ni los técnicos municipales, entre otros muchos colectivos, creen que esta decisión del Consell sea correcta.

Los más claros en su postura al respecto han sido los miembros de la Cámara, que ayer presentaron el informe del que ya dio cuenta ayer este diario a los integrantes de los consejos Social y de Comercio de la ciudad. No hubo, entre la multitud de colectivos representados en estos consejos, ninguna voz discordante sobre este punto.

También hay consenso sobre el exceso de oferta comercial que presenta la ATE, sobre la indefinición del proyecto y sus carencias en múltiples aspectos como el estudio de viabilidad económica, la creación (y destrucción) de empleo, los accesos y conexiones con la ciudad o la concreción del impacto ambiental.

El Colectivo de Comerciantes por Alicante y los grupos de la oposición, que son los que desde el principio han rechazado este proyecto tal y como está planteado, ya desde el plan Rabasa, manifestaron ayer su satisfacción por el reciente respaldo masivo a sus ideas, sobre todo por parte del equipo de gobierno.

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