El Orihuela sufre para doblegar al Ribarroja

Gran paso en la cuenta provisional del Orihuela, que se distancia del quinto clasificado, pero que no mejora en nada su juego. Los amarillos resolvieron el encuentro de ayer, en casa ante el Ribarroja, con una acción aislada y sufrieron frente a uno de los colistas del Grupo VI. Los partidos en Los Arcos salen adelante, pero el dominio y las sensaciones distan mucho de que provengan del que está llamado a ser uno de los gallitos del grupo dado que el empate estuvo muy cerca de no ser por Emilio, que volvió a salvar los muebles.

La primera acción de los locales llegó de un disparo de Tonino, que probó desde lejos en lo que supuso un acercamiento tímido. Hasta ese momento la presión del rival había dejado el centro del campo sin comunicación con la delantera amarilla. El Ribarroja saltó con una gran presión y con ganas de aprovechar las dudas de unas nuevas ideas en el banquillo oriolano, que lo ocupó el tándem técnico compuesto por Javi Navarro e Ignacio Camacho.

Los entrenadores del cuadro escorpión apostaron por la continuidad con algunas modificaciones. En el equipo titular dieron entrada a Álvaro Moreno, Iván y Ernesto porque Antonio cumplía sanción. En lo esencial las órdenes eran controlar el balón con criterio sin rifarlo en la medular. El encuentro se presentaba para un equipo con motor diesel, porque el calor apretaba en el terreno oriolano, con un césped que ha rejuvenecido con la llegada de la primavera.

Los valencianos trataron de parar el juego con faltas y aprovechar las acciones a balón parado. De esa guisa Manu disparó un libre directo en el 27 que Emilio atajó con confianza al coger el balón con los guantes. La partida estaba de parte de los rojiblancos, que jugaron más tiempo en campo contrario que en propio. El cuarto clasificado no terminaba de reaccionar tras el golpe de mano dado por la directiva el pasado martes al fulminar a Paco Onrubia. Aún así el juego de ataque siguió siendo pobre.

Cuando peor estaba el panorama Picó remato un balón muerto en la frontal del área pequeña. El delantero resolvió con templanza y puso de cabeza la pelota fuera del alcance de Anselmo. El conjunto de la Vega Baja recuperó el ánimo con una acción aislada que vino desde la banda de Tonino y los locales dieron un zarpazo cuando más lo necesitaban. El gol sorprendió tanto que parte de la grada pensó que se había producido en fuera de juego.

A raíz de este tanto la afición se acordó del concejal de Deportes, Luis Galiano, y los escorpiones tuvieron sus mejores minutos del partido. El Ribarroja tuvo que cambiar a su lateral diestro por lesión y por primera vez se apreció juego dinámico del Orihuela frente a sus rivales. Solo cinco minutos de acción fueron un bagaje demasiado corto.

En el comienzo de la segunda parte el central Jorge derribó a Picó dentro del área, pero el colegiado no señaló nada. El planteamiento siguió igual que en el primer acto a pesar de la entrada de Kike Espinosa. Los amarillos no conseguían dar balones controlados a los delanteros y los visitantes apenas sacaron oportunidades con su juego.

La monotonía la rompió Espinosa con una gran internada desde la banda derecha. El jugador penetró dentro del área y remató en carrera, pero el guardameta atajó el peligro. El cuadro oriolano solo llegaba con acciones individuales a puerta contraria. Faltaba continuidad en la posesión de juego y claridad en la zona de tres cuartos de campo.

El encuentro se reavivó con un primer contraataque de Tonino que no decidió bien ante Anselmo en un mano a mano. Un minuto después, en el 73, Raúl controló dentro del área regateó a Urzáiz pero el guardameta local sacó lo que ya se cantaba el empate. También estuvo providencial Emilio en la recta final al sacar un primer remate a bocajarro de Fabasso. La ocasión fue doble porque Faus remató el rechace con la suerte de que Urzáiz bajo palos despejó un gol que estaba cantado.