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Debate de los candidatos a la Alcaldía de Alicante Gabriel Echávarri, Miguel Ángel Pavón, Fernando Llopis, Natxo Bellido y José Luis Cifuentes, con la silla vacía para Asunción Sánchez Zaplana, que no fue.
Sánchez Zaplana elude un debate a seis y da a sus contrincantes munición para criticarla

Sánchez Zaplana elude un debate a seis y da a sus contrincantes munición para criticarla

PSOE, EU, UPyD, Compromís y Ciudadanos hicieron de los populares el enemigo común y 'vendieron', unos mejor que otros, sus programas

Eva María Lahoz

Viernes, 24 de abril 2015, 02:16

La alergia del PP a los debates le puede costar cara. La candidata popular a la Alcaldía, Asunción Sánchez Zaplana, fue la única que rechazó participar en el histórico debate a seis organizado ayer por la Universidad de Alicante y la Cadena Ser. Un debate que finalmente fue entre cinco, aunque los organizadores, con cierta sorna, le dejaron una simbólica silla vacía a Sánchez Zaplana para evidenciar su ausencia.

Aunque no les hizo mucha falta ser muy explícitos, porque ya lo fueron los participantes: Gabriel Echávarri, candidato del PSOE, Miguel Ángel Pavón, de Guanyar, Fernando Llopis, de UPyD, Natxo Bellido, de Compromís, y José Luis Cifuentes, de Ciudadanos. Ninguno dejó perder la ocasión de atizar a la contrincante ausente, a la que acusaron de tener «miedo» al debate y de haber demostrado que no quiere ser «la alcaldesa de todos, sino de algunos», y a la que afearon que «luego vaya a centrar su campaña en meter miedo contra los nuevos partidos», entre otras lindezas por el estilo.

La candidata del PP se excusó, después de un mes de negociaciones infructuosas con los organizadores, con los clásicos motivos de agenda como consellera en Valencia. En concreto, estuvo por la noche en un acto de la Comisión de Bienestar Social, al que también acudió Isabel Bonig.

Su portavoz, Carlos Castillo, se ofreció un día antes a sustituirla, pero le negaron la opción por entender que un debate sobre la Alcaldía debía contar solo con candidatos a la misma. Pese a todo, éste decidió acudir, entre el público, «por si a alguien se le ocurre decir que el PP se ha negado a venir», explicó. Desde esta posición, nada ventajosa, le tocó asistir, sin posibilidad de réplica, a las críticas de los contrincantes políticos hacia la gestión del PP, que se centraron en el endeudamiento, los recortes, el fracaso del PGOU y el deterioro de la imagen de la ciudad por los casos de presunta corrupción. Fue el primero en irse de la sala, no sin antes estrechar la mano, uno a uno, a los participantes en el debate.

Seguramente, no será la única vez que al partido le toque sonrojarse, porque es de esperar que los demás candidatos exploten hasta la saciedad durante la campaña el presunto miedo al debate de Sánchez Zaplana.

Rifirrafes

Aunque el PP fue el blanco favorito, no solo por no estar presente, sino por estar gobernando, tampoco faltaron las pullas entre los participantes. Llopis fue el más beligerante. Ya de entrada, se mostró muy interesado en dejar claro, en varias intervenciones, que en las municipales hay que votar «a las personas», y no dudó en desligarse de la decadente jefa suprema de su partido, para atacar, de paso, a Ciudadanos: «Nos votáis a nosotros, no en clave nacional, a Rosa Díez o a Albert Rivera», dijo. Más claro, agua. Después también tuvo un rifirrafe con Pavón a cuenta de quién había hecho más propuestas constructivas en la Corporación y por sus diferentes planteamientos en materia económica.

A Echávarri también le acusó de dar la imagen de que su grupo municipal «no ha hecho nada» al haber excluido a todos los concejales de su lista. Bellido y Pavón también atacaron a los socialistas, a quienes acusaron de haber hecho una oposición «irrelevante». Echávarri le echó en cara a Bellido y Cifuentes su inconcreción y pidió a los ciudadanos que no voten «a los que ven en Madrid, sino que confíen en la gente y no en palabras vacías».

Ya en materia, en un primer bloque, los candidatos expusieron la idea que tienen de la ciudad y sus principales problemas en estos momentos. Echávarri resaltó la «pérdida de la capitalidad» y definió Alicante como «la ciudad de las oportunidades perdidas». Pavón lamentó que se ha caído a un nivel «realmente bajo, por la ruina de las arcas públicas, la corrupción o el déficit democrático», entre otras cuestiones. Llopis criticó que la ciudad «apenas ha avanzado en lo importante en los 20 años de gobierno del PP». Mientras que Bellido opinó que Alicante ha estado «muda» ante la corrupción y a la hora de reclamar lo que merece a otras administraciones. Cifuentes se limitó a mostrar su «acuerdo» con el resto de formaciones y pedirles un «acuerdo para trabajar por Alicante».

A la hora de plantear propuestas, todos ellos se extendieron con avances de sus programas electorales, menos Cifuentes, que mantuvo un nivel bastante bajo y se basó en generalidades durante todo el debate. Solo se le sacó en claro que busca «recuperar la confianza» de los ciudadanos en la política, la propuesta de un «pacto por el empleo» y que promoverá la idea del «gran Alicante» a través de sinergias con Elche. Ni una sola propuesta concreta.

Echávarri dio todas las que Cifuentes negó. Desplegó medidas contra la corrupción, de control municipal y de reactivación del empleo.

Pavón habló de «recuperar la credibilidad y la sensibilidad social», de crear «una estrategia de ciudad inclusiva» y de fomentar la recuperación del patrimonio, la rehabilitación y el pequeño comercio.

Para Llopis, los puntos fuertes son la potenciación del turismo y de la llegada de empresas a la ciudad.

Según el aspirante de Compromís, Bellido, es fundamental «la igualdad, el equilibrio y un debate serio sobre a dónde quiere ir la ciudad».

Limpieza e Ikea

En cuanto a dos de los temas claves en esta legislatura, la limpieza y la Actuación Territorial Estratégica (ATE) de Ikea, las opiniones fueron bastante coincidentes. Todos son conscientes de que no podrán rescatar la contrata de limpieza, que está atada, aunque el PSOE, Guanyar y Compromís fueron los más proclives a hacerlo en cuanto se pueda y UPyD y Ciudadanos se mostraron más prudentes.

Estuvieron de acuerdo en su apoyo a la llegada de Ikea, pero sin el macrocentro comercial vinculado. En este caso, Cifuentes fue en este tema el más contundente, al decir, por primera vez, abiertamente, que «si el macrocentro no resulta conveniente, vamos a pararlo y, si ello supone que se vaya Ikea a Elche, que se vaya». Y también coincidieron en sus posturas acerca de la necesidad de sinergias con otras ciudades y con el puerto, el puesto crucial que debe tener el turismo o la necesidad de mejorar la gestión municipal.

Aunque los turnos y los bloques estaban medidos, lo cierto es que, cosa rara en este tipo de formatos, sí que hubo debate vivo, ya que la mayoría de los candidatos supieron salirse de los apuntes que llevaban y entraron al trapo en las provocaciones que les lanzaban los demás.

Entre el público, el rector de la UA, Manuel Palomar, el presidente de Facpyme, Francisco Rovira, el concejal socialista Gabriel Moreno o la exconcejal socialista Carmen Sánchez Brufal.

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