JUAN CARLOS FERRIOL
Domingo, 26 de abril 2015, 09:04
Pocos fenómenos han generado un interés tan significativo en los últimos años como la irrupción de Podemos y Ciudadanos en el escenario político español. Las elecciones europeas de 2014, primero, y las andaluzas del pasado mes de marzo, después, se han encargado de constatar el fin del bipartidismo y el nacimiento de un nuevo escenario político. Los grandes partidos, PP y PSOE, miran con preocupación el vigor que las encuestas atribuyen a estas formaciones, y que coincide con un significativo deterioro de sus expectativas de voto.
Publicidad
El análisis más simple puede hacer pensar que Podemos y Ciudadanos se nutren precisamente de ese voto que populares y socialistas se están dejando por el camino. La formación de Pablo Iglesias viene demostrando la frescura y la capacidad para atraer electores que el PSOE no parece haber recuperado desde el decretazo de Rodríguez Zapatero en 2010. El partido de Albert Rivera, por contra, aprovecha la lentitud del Gobierno de Rajoy para conseguir que la recuperación económica llegue a las familias. Al carecer de trayectoria de Gobierno, ninguno de estos jóvenes partidos se ha visto salpicados por investigaciones judiciales relacionadas con casos de corrupción.
Pero lo simple no es necesariamente lo real. Rafael Romero Villafranca es Catedrático del Departamento de Estadística e Investigación Operativa de la Universidad Politécnica de Valencia y Doctor Ingeniero Agrónomo. Este investigador científico, que también es miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, ha desarrollado un método que permite medir la movilidad electoral. Es decir, cómo se producen los trasvases de votos entre citas electorales.
Un estudio basado en un modelo matemático
El estudio realizado -basado en la construcción de un modelo matemático que permite estimar los valores de los trasvases de votos que mejor se adaptan a los resultados electorales reales- toma como base las elecciones autonómicas para la Junta de Andalucía de 2012 y lo compara con los comicios celebrados en esa autonomía el pasado 22 de marzo. En las primeras, el PSOE no fue la fuerza más votada, y gobernó gracias a un acuerdo con IU. Pero en los celebrados hace poco más de un mes, a pesar de la victoria, tanto Podemos como Ciudadanos irrumpen con fuerza en el panorama político andaluz.
¿De dónde salen esos votos? ¿Se nutre Podemos del desgaste socialista -120.000 menos entre la cita de hace tres años y la del 25 de marzo-? ¿Aporta el PP a Ciudadanos la mayor parte de esos 500.000 votos que los populares se dejan por el camino?
Publicidad
La respuesta, en ambos casos, es negativa. El estudio parte de la leve caída del censo electoral y de la reducción de la abstención, que pasó de 2.565.000 a 2.236.000 personas -la opción electoral más importante, con un 37,6%. Y estima que unos 265.000 electores que votaron al PP en 2012 (el 16,8%) ha optado en 2015 por la abstención. También se han inclinado por esta opción el 12,2% de los antiguos votantes de IU (55.000 votos) , el 12,9% de antiguos votantes del Partido Andalucista (10.000) y la inmensa mayoría de los jóvenes nuevos votantes, que según este estudio optaron por no acudir a votar.
Solo el 3,7% de votantes del PSOE se fue a Podemos
El PSOE liderado por Susana Díaz ganó las elecciones con el apoyo del 22,4% del censo. El estudio de este catedrático valenciano revela que sólo el 3,7% del electorado socialista de 2012 se pasó a Podemos y un pequeño porcentaje al Partido Andalucista. Por contra, la inmensa mayoría de sus votantes de 2012 que aún están en el censo se mantuvo fiel a este partido. No solo eso: un pequeño porcentaje de votos procedentes del PP también fue a parar a las filas socialistas.
Publicidad
El voto al PP se quedó en casa y no fue a Ciudadanos
El análisis de los resultados del PP es probablemente el que ofrece más pistas sobre lo sucedido. La formación encabezada por Juan Manuel Moreno Bonilla obtuvo 420.000 votos menos que hace tres años -que se incrementarían hasta los 500.000 si se suman las bajas en el censo electoral-. De esa cifra, casi dos terceras partes, exactamente el 63%, fueron a parar a la abstención, siendo muy pocos los votantes que se pasaron a los nuevos partidos. El estudio que sirve para certificar estas conclusiones sostiene que sólo el 67,7% del total de los votantes del PP en 2012 se mantuvieron fieles a su partido, mientras que el 16,8% decidió abstenerse, el 5,5% causó baja en el censo, y el resto se dispersó entre diversos partidos: IU, el 3,7%, PSOE, el 2,1%, UPyD el 1%, y el resto un 2,4%. Queda claro que el salto de votantes del PP a Ciudadanos resultó imperceptible.
Rivera se nutre de la abstención y de UPyD
¿De dónde recibe los votos la formación que lidera Albert Rivera? El estudio de Romero Villafranca estima que procede de antiguos abstencionistas. Ciudadanos obtuvo el pasado 22 de marzo un total de 370.000 votos. Y su principal fuente de apoyos, exactamente el 50,4% del total, fue la bolsa de antiguos abstencionistas. En segundo lugar, el partido de Rivera recibe apoyos de los antiguos votantes de UPyD, que en las pasadas autonómicas proporcionaron a Ciudadanos el 33,1% de sus votos.
Publicidad
El estudio de esta catedrático revela que el 14,2% de los votos de esta formación tiene su origen en exvotantes de Izquierda Unida. Romero Villafranca estima que ese trasvase puede obedecer a la decepción de parte del electorado de la coalición con el resultado del acuerdo de gobierno mantenido la pasada legislatura con el PSOE, y su significativa decisión de saltar a una opción que podría considerarse como contraria. ¿Y del PP? El estudio señala que apenas el 2,2% de los votantes del PP en 2012 decidió el pasado 22 de marzo depositar su papeleta a favor de Ciudadanos. El dato hace pensar que para el votante popular, la formación que dirige Rivera es considerada más como un adversario político que como una opción cercana desde el punto de vista ideológico.
Podemos solo recibe el 12% de partidos de izquierda
¿Y Podemos? El partido de Pablo Iglesias obtuvo 590.000 votos. Pero en su gran mayoría no se trata de exelectores de los dos partidos mayoritarios. El 68,4% de los votos procede de electores que tres años antes ya habían optado por la abstención. Otro 12% sí que llega de formaciones de izquierda (PSOE e IU), Un 9,3% del Partido Andalucista y un 10,3% de otros partidos minoritarios.
Publicidad
El estudio de este catedrático certifica que IU se dejó por el camino 165.000 votos entre una y otra cita electoral. Y que sólo el 49,2% del votante de 2012 se mantuvo fiel a su partido. El 12% se fue a Ciudadanos y sólo el 3,2% a Podemos.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.