El anciano que causó el siniestro es un juez de paz que estaba a punto de retirarse

C. PASTOR

Sábado, 16 de mayo 2015, 01:34

El hombre que causó el incendio en la Marina Alta es el juez de paz de Vall D'Ebo. Se casó con una vecina de la localidad, aunque él es natural de Jacarilla (Alicante). Tiene dos hijos varones. Trabajó como maestro. Apenas le quedan seis meses para retirarse como juez de paz. De hecho, según comentó el alcalde del municipio, Rafael Jordà, el ahora imputado barajaba desde hace un tiempo la posibilidad de dejar esta responsabilidad debido a problemas de salud. Jordà confirmó que el anciano, imputado por un delito de incendio, contaba con el permiso pertinente para la quema. Finalmente, perdió el control del fuego y las llamas afectaron cuatro términos municipales.

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La autorización con la que contaba el juez de paz especifica que no se puede llevar a cabo ningún tipo de quema en los días en los que se hayan decretado alerta por elevadas temperaturas o vientos, entre otras circunstancias. Unos requisitos que una persona de más de 80 años y con algunos problemas de memoria, quizá no tuvo en cuenta el pasado jueves por la mañana. El juez de paz se encuentra muy afectado por lo sucedido. El alcalde explicó que el día del incendio fue a visitarle a su casa y estaba en estado de «shock». Era consciente de que con su imprudencia había causado un incendio grave.

El autor de los hechos fue trasladado ayer en ambulancia al Hospital de Dénia. La decisión se tomó después de que el hombre decidiera acudir al centro de salud de Pego para recibir las curas por las quemaduras de segundo grado que tiene por todo el cuerpo. Trató de apagar las llamas con la mochila que llevaba, pero quedó atrapado. Dos jóvenes le salvaron la vida al liberarlo del fuego.

El anciano está imputado por un delito de incendio. Pero, tal y como manifestó el alcalde, no está previsto que preste declaración hasta que se recupere de las heridas. El incendio comenzó sobre las 11 de la mañana del jueves cuando el juez salió de su casa y se dirigió al campo para quemar rastrojos. Las llamas se propagaron hacia una zona colindante, repleta de cañas.

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