Eva María Lahoz
Jueves, 11 de junio 2015, 01:15
No esperaba Miguel Valor tener la oportunidad de presidir otro Pleno después del celebrado en el mes de abril, pero la obligación de la Corporación municipal de aprobar en una sesión el acta de la anterior obligó a convocar ayer una de urgencia. Consciente, esta vez sí, de que sería la última, el alcalde en funciones aprovechó para hacer balance de los cinco meses que ha ostentado el cargo.
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De lo que más se enorgullece Valor es de que se le vaya a recordar como uno de los alcaldes que más decisiones ha tomado en un tiempo tan limitado, entre las que destacan la retirada del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), el acuerdo sobre la Actuación Territorial Estratégica de Ikea en Rabasa y la no renovación de varias contratas polémicas, para abaratar su coste. También el haber sido quien devolvió las palabra consenso al diccionario municipal tras una legislatura muy tensa.
Valor llegó a la Alcaldía en enero, después de que Sonia Castedo dimitiese a finales de diciembre presionada por sus imputaciones judiciales en los casos PGOU y Rabasa.
De estos meses de gobierno, el primer edil destacaría «el consenso, la unidad del grupo popular y la colaboración extraordinaria de la oposición», resaltó ayer.
Y como legado asegura que deja «la retirada del Plan General de Ordenación Urbana, el consenso con los comerciantes sobre Ikea, sobre el que se ha dicho que sí, pero con condiciones y el rescate de algunas contratas para que se resolvieran más baratas».
Es consciente de que también se deja en el tintero varias cosas, entre ellas algunos de los proyectos que anunció en su investidura, como «el pirulí de telecomunicaciones o el paseo de la avenida de Niza», pero aseguró que el grupo popular presentará las mociones que hagan falta para que salgan adelante en la nueva legislatura. «Siguiendo con el consenso» , dijo, se aprobarán «por el bien de Alicante», confió.
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Sobre el futuro inmediato de la ciudad, con un tripartito en ciernes, Valor se sale de la línea seguida en las últimas semanas por el PP, que es la de demonizar esta opción, para asegurar que a él «todo lo que sea consenso me encanta» y añadir que incluso «lo ideal sería que estuvieran los cinco grupos municipales, pero eso es impensable ahora». En cualquier caso, el alcalde en funciones destaca que esa ya no es su función y que él ha hecho lo posible por «pacificar» el Ayuntamiento en el tiempo que se le ha concedido.
Bromeó sobre la incertidumbre que genera la organización del Pleno de investidura, previsto para este sábado, sin que se sepa aún quién es el alcalde, pero se limitó a esperar que «gobierne quien gobierne, que sea lo mejor para Alicante».
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Pese al consenso siempre defendido por Valor, lo cierto es que ayer se produjo una imagen bien distinta en el Salón de Plenos. Y es que, aunque todos los ediles aplaudieron al alcalde en funciones tras el breve discurso que les dirigió, después los grupos no quisieron hacerse una foto juntos, como sí hicieron en el Pleno de abril, pensando que era el último. Y es que la denuncia de EU por destrucción de documentos ha caldeado los ánimos en las dos bancadas.
Valor es de los pocos que continúa en la nueva Corporación, en la que solo repiten siete concejales.
Respecto al Pleno de investidura del sábado, se confirmó que habrá pantalla gigante en la plaza de la Santísima Faz (a las espaldas del Ayuntamiento), que costará 3.500 euros, y que podrán intervenir en la sesión todos los grupos municipales.
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