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La política, decía Churchill, hace extraños compañeros de cama. Ayer, primero en Les Corts y después en el Jardín Botánico de Valencia, se escenificó un acuerdo que convierte en compañeros de cama a los tres partidos de izquierda que consiguieron representación parlamentaria en las urnas. En principio, los que se encaman son socialistas y nacionalistas, ya que Podemos, aunque respalda el programa de gobierno -conocido como Acuerdo del Botánico-, no entrará en el Consell.

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Ximo Puig y Mónica Oltra, el matrimonio político surgido de las urnas, realizaron ayer una exhibición de guiños, sonrisas, besos y abrazos. Mientras, desde la menguada bancada popular y con cara de circunstancias, Alberto Fabra, José Císcar y Rita Barberá, entre otros, observaban atónitos el desembarco de los parlamentarios del tripartito y también de los de Ciudadanos, con Carolina Punset al frente, que confundió el Palau de la Generalitat con la sede de Les Corts.

Puig y Oltra han pasado en apenas 48 horas de tirarse los trastos a la cabeza por separado a hacerse arrumacos y carantoñas cogidos de la mano. Y es que ya se sabe: lo mejor de las discusiones de pareja son las reconciliaciones. Groucho Marx, con su fina ironía y tan facundo como el propio Churchill, , puntualizó con sarcasmo la cita de político británico: «No es la política la que hace extraños compañeros de cama, sino el matrimonio». En este caso, político. Ya veremos cuánto dura un enlace llamado, a priori, a traer el cambio a la Comunitat.

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