Cárcel por dar una paliza a su hijo porque no quiso pelear con dos amigos

Al padre de un adolescente de 13 años no le sentó nada bien que dos amigos del muchacho se burlasen de él a sus 49 años de edad. Por ello, y según recoge la sentencia de un juzgado de lo Penal de Alicante, le propinó una paliza al menor que le ha supuesto una condena de 9 meses entre rejas, así como el alejamiento del chaval a un mínimo de 200 metros durante dos años, por un delito de maltrato en el ámbito familiar. El fallo, además, ha quedado refrendado por la Audiencia Provincial, por lo que ya no queda posibilidad de recurrir la sentencia.

Los hechos se remontan al 4 de marzo del año pasado, cuando padre e hijo iniciaron una discusión en el domicilio familiar de Aspe. El hombre le recriminó al chico que dos de sus amigos le dijeran cosas por la calle y se rieran de él. Por ello, el penado pidió al chaval que les pegara, tal y como ha quedado probado por sentencia. El chico le contestó que cómo iba a hacer eso, lo que irritó al padre.

En el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal 8 de Alicante, la víctima relató que la situación en casa había sido siempre similar a causa de que el padre consumía alcohol y drogas de forma habitual, como indicó en la vista oral, por lo que pensaba «que se ha quedado mal». Tras la negativa a golpear a sus compañeros, el padre le propinó «diversos manotazos a la altura de la cara» y dos patadas en el pecho que lo lanzaron contra la pared. Por ello, el menor se dio un golpe en la cabeza contra el pico de un cuadro.

Como consecuencia de la agresión, la víctima sufrió lesiones consistentes en dolor en la cabeza por el chichón al golpearse con el cuadro, la rodilla y el codo, como recogió el médico al día siguiente de los acontecimientos. El abuelo, que también residía con los protagonistas de la agresión, escuchó cómo el joven se quejaba y le espetó a su padre que lo iba a denunciar. Así, abuelo y nieto acudieron juntos a la Guardia Civil. En la vista celebrada a finales del año pasado, la víctima relató que a pesar de ello él quiere a su padre y que busca «que lo entienda y que cambie».

Por su parte, el procesado reconoció la discusión que mantuvo con su hijo, pero en ningún momento admitió los golpes propinados al menor. Según su versión, el joven se habría golpeado jugando al fútbol porque el día de los hechos no hubo parte médico. El juez no vio entonces creíble el relato del suceso, ya que «resulta más verosímil la versión del menor», que además corroboran el informe médico y lo dicho por el abuelo.

El tío del menor de 13 años, hermano del agresor, confirmó que la situación en la vivienda resultaba complicada. De hecho, él no se llevaba excesivamente con el condenado por el abuso de sustancias como el alcohol sobre todo y creía que también cocaína. Además, admitió que se produjeron discusiones en otras ocasiones entre padre e hijo. Incluso, reconoció el tío de la víctima, que hubo «alguna bofetada» previamente a la paliza del 4 de marzo.

Apelación

El condenado recurrió la sentencia ante la Audiencia Provincial de Alicante, alegando que hubo error en la valoración de la prueba por no constar el parte de las lesiones el mismo día de los hechos, así como que el consumo de alcohol le afectó a sus capacidades. Sin embargo, la Sección Segunda desestima tales argumentos. Señala el tribunal que «el magistrado» llega a la «convicción necesaria para confeccionar el relato de hechos probados», por lo que el tribunal no cuestiona «el grado de credibilidad ofrecido por unos y otros en la vista oral».

Asimismo, sobre el segundo argumento presentado por la defensa del hombre de 49 años, el tribunal entiende que «el acusado era plenamente consciente de lo que hacía cuando agredió a su hijo menor», como se manifiesta en el informe forense incorporado a la causa.