«Llegué a ser concejal siendo Nino y me voy siendo Nino»

Cruzar una calle de Alicante con Andrés Llorens puede ser una tarea complicada. A cada pocos pasos alguien le da saluda, se para, le comenta. Ha sido toda una institución en la ciudad, primero desde su puesto en la Gestora de Hogueras y, los últimos 16 años en el Ayuntamiento, donde ha llegado a ser vicealcalde. Apartado por su imputación en el conocido como 'caso Magallanes' solo espera explicarse ante el juez y que todo quede aclarado. Volverá a su profesión en la banca, aunque del Ayuntamiento ha sacado muchos amigos, alguna que otra lección en la vida y un festival de bandas con su nombre. Esta noche estará en la plaza Sèneca y oirá los acordes del pasodoble que le han dedicado. Seguro que entonces respira hondo y suspira.

- Echa la vista atrás, cuando entró. ¿Qué balance hace de su paso por el Ayuntamiento?

- La primera legislatura pensé que eran cuatro años y fuera, sinceramente, y he estado cuatro legislaturas más. ¿Que me hubiera gustado seguir? Evidentemente. ¿Que me hubiera gustado no salir como he salido? Evidentemente también, pero han sido 16 años, que son cuatro años más de los que estuvo José Luis Lassaletta, que parecía era lo más. Hay más vida, antes de la política y después de la política.

-¿Se arrepiente de algo?

-No me arrepiento de mi forma de actuar, de mi responsabilidad. Al contrario, va con mi forma de ser: ser responsable, ser accesible a la gente, ser uno más. Llegué a ser concejal siendo Nino y me voy siendo Nino. En todas estas semanas de despedidas múltiple, lo que más ha agradecido la gente es que mi forma de ser no ha variado en este tiempo. Siempre he procurado ser uno más, por el hecho de ser concejal no estar por encima de nadie e intentar recibir a todo el mundo y solucionar los problemas que se planteaban. No siempre lo he conseguido, pero siempre he intentado escuchar e intentar solucionarlo.

- ¿Le funciona el móvil igual?

- Ha descendido, pero curiosamente me han llamado de algunas comisiones y barracas de Hogueras para que les echara una mano o que le diera algún consejo. En la medida que he podido, lo he hecho.

- ¿Pensaba que algún día sería vicealcalde de Alicante?

- Jamás, jamás. Yo iba en el número cinco de la lista cuando entré con Díaz Alperi, pero no se me pasaba por la cabeza ser vicealcalde. Luego, las circunstancias fueron las que marcaron. A raíz de que Díaz Alperi se apartó a la Alcaldía y se la cedió a Sonia Castedo las circunstancias empujaron a eso.

- ¿Lo ha buscado o se lo ha encontrado?

- Nunca he sido pretencioso ni ambicioso, que eso en la política está a la orden del día. He procurado que lo que tuviera que llegar fuera por mi trabajo, por el día a día, por mi forma de actuar. Creo que ha sido un reconocimiento a esa trayectoria.

-La gente parece que está con usted, incluso en La Florida. Le han apoyado en el juicio que tiene abierto por el 'caso Magallanes' (está imputado por prevaricación en la adjudicación de unas obras en esta plaza).

- No me sorprendió porque ya me lo ha manifestado en varias ocasiones. La presidenta, Felicidad Sánchez, y la gente de su asociación pueden tener una idea política distinta a la mía, o al partido en el que yo estoy, pero ellos siempre han sido muy respetuosos tanto cuando han criticado como cuando han alabado una cosa bien hecha. No se trataba de criticar ni de defender porque sí, porque me cayeras mejor o peor. Y a mí, en este tema, ya hace varios años ya me comentaron que no iban a entrar en el juego de nadie y, hablo con sus propias palabras, eran conscientes de que yo no tenía la culpa y que al margen de sus ideologías, cuando no había razón, no había razón. Lo tenían claro y lo iban a decir donde hiciera falta. Es algo que yo he agradecido, porque no todo el mundo se moja y dice las cosas con la libertad que ellos han hecho.

- ¿Se ha sentido alguna vez como un muñeco de feria, puesto en el escaparate para que le golpeen?

- Había una obsesión de algunos por quitarnos de en medio. En mi caso, lo he notado y lo he sentido así. Por el tema de la plaza Magallanes y por otras cuestiones. Yo era consciente de que era una persona conocida, popular, y política y electoralmente en el momento oportuno podía hacer daño. Lo que interesaba políticamente era quitarme de en medio y esa actitud la han puesto en práctica en muchísimas ocasiones.

- ¿Le ha defraudado alguien en concreto?

- He notado... (duda) me he notado indefenso por parte de mi partido. En mi caso, se me ha reconocido y me han dicho verbalmente en algunas ocasiones altas instancias del partido que estuviera tranquilo, que era un tema administrativo y que lo mío no entraba en la 'línea roja'. Pero, luego, a la hora de la verdad, se ha manifestado claramente que sí que entraba porque a mí no me han dejado estar en ninguna lista. Pero no es eso lo que me puede defraudar, sino que el partido no ha salido abiertamente a defenderme, tibiamente en alguna ocasión, pero no como a mí me hubiera gustado.

- ¿Quiere poner nombres y apellidos a esas personas?

- Hablo de las altas esferas, que me podían haber defendido y no lo han hecho. He notado mucha soledad en estos cinco años con este tema de la plaza Magallanes, que desde luego han sido una condena. A nivel mediático y personal ha sido muy duro.

- ¿Teme algo?

- No, no, no.... Yo estoy muy tranquilo porque sé que yo no hice nada conscientemente que estuviera mal hecho. Eso lo tengo claro y un juez así lo reconoció. Pudo haber alguna falta administrativa, pero el PSOE no fue por esta vía, sino por la penal. Pero lo archivaron, pero insistieron ante la Audiencia, que lo único que ha dicho es que se termine la instrucción y que otro juez decidiera. Estoy sumamente tranquilo, porque sé que no he hecho nada mal conscientemente y lo único que espero es que llegue el momento para poder explicarlo porque cada día que pasa, cada semana, es mucho peor.

- ¿Ha notado que ha bajado la presión, de que no iba con usted, sino con su cargo?

- Eso es lo que llevo analizando hace algunos días. De que yo era un objetivo para quitarme de en medio y sabían que era de las pocas personas que estaba en el grupo popular que podía tener un tirón electoral, conocido a través de la Fiesta, valorado y querido, como así es como yo me siento, podía hacer mucho daño. Y, en ese sentido, los que querían eso lo han conseguido.

- ¿Le han utilizado a usted para ir contra Sonia Castedo?

- Siempre he tenido una muy buena relación con Sonia Castedo, y sobre todo lealtad desde el principio. Primero, con quien confió en mí para estar en una lista municipal. A mí me quisieron utilizar para ir en contra de él desde otro sector distinto a Díaz Alperi y no lo consiguieron porque, para mí, la lealtad es algo muy importante. Luis me ofreció ir en la lista cuando yo era presidente de la Gestora y eso se lo agradeceré siempre. Y luego Sonia, que confió conmigo para ser número dos en la lista y, luego, para ser vicealcalde. Con ella solo puedo tener palabras de agradecimiento. Hay quien dice que mi lealtad a Sonia me ha perjudicado. No sé si me ha perjudicado, o no, porque creo que actué como tenía que actuar y no me arrepiento de nada en absoluto.

- ¿Le ha tentado el diablo? ¿Le han pedido que implique a Sonia Castedo a cambio de seguir?

- No, jamás. Nunca, nunca. Tampoco hubiera podido hacer nada, porque no tengo elementos para decir nada en ese sentido.

- ¿Se va del Ayuntamiento como entró?

- Me voy como entré. Sigo siendo el mismo Nino de hace 16 años. Vine del mundo de la banca y he pedido mi reingreso, al mismo puesto de trabajo que dejé hace 16 años y al que ahora vuelvo a tener. Con muchos más amigos, con mucho más cariño de la gente y con la conciencia tranquila de haber trabajado con mucha honestidad, con mucha cercanía, dejándome la piel. Para mí no han habido sábados ni domingos. Cuando ha habido un problema, algo que solucionar, siempre he procurado estar. Me voy muy tranquilo, muy satisfecho y muy contento.

- Usted ha manejado las grandes contratas del Ayuntamiento de Alicante y siempre, o casi siempre, aparecía la figura del constructor y empresario Enrique Ortiz.

- Todo lo que suene a Enrique Ortiz parece que todo estaba podrido y había que hilar muy fino, cuando si era la mejor oferta a juicio de los técnicos, tenía que ser así. Si no, hubiera sido una ilegalidad. De las dos legislaturas que yo he estado en Atención Urbana, en la primera yo no sabía, no conocía a los técnicos, y era un periodo de aprendizaje y empezar a funcionar. Y ya estaba Enrique Ortiz. Y en la segunda etapa, que ya tenía un conocimiento amplio, entendí que había que rejuvenecer por un lado todo el cuadro directivo, dar oportunidades a técnicos que estaban en segundo plano. Renovamos toda la estructura desde el jefe de servicio y hemos puesto unos mecanismos de control que eran los máximos que los técnicos podían ser. Enrique Ortiz ha participado; en algunas cosas era la mejor oferta, en otras no. Es verdad que en las grandes contratas sí, pero es la decisión de los técnicos que han valorado.

- ¿Está podrido el Ayuntamiento de Alicante?

- En absoluto. Yo creo que la oposición en esto cuatro últimos años, sobre todo Esquerra Unida, ha tenido un discurso desde el primer día hasta el último que siempre ha sido el mismo. Les ha funcionado, ahí tenemos los resultados electorales, que no son atribuibles a EU, pero que ahí está. Su discurso les ha funcionado. Ahora podrán determinar si está podrido, o no, el Ayuntamiento de Alicante. Una cosa es verlo desde fuera y criticar todo lo que haga falta, incluso con invenciones y falsas insinuaciones y mentiras; ahora tendrán que actuar. Es muy fácil ver los toros desde la barrera.

- Ahora que habla de toros, ¿le han pegado a usted alguna cornada de la que todavía se duela?

- Algunas hay, siempre. Pero si alguien ha pretendido hacerme daño no lo han conseguido. En política no te puedes fiar de los de fuera, pero tampoco de los tuyos. No es algo generalizado, pero alguna vez sí que ha pasado.

- ¿Qué va a poder hacer ahora que no ha hecho en estos 16 años?

- Levantarme a las diez de la mañana y la libertad para hacer lo que me pida el cuerpo hasta que me incorpore a mi puesto de trabajo.

- ¿Es feliz?

- Sí, soy muy feliz.

-Eso es lo más importante.