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Luis Candela
Martes, 30 de junio 2015, 01:36
María Laura A.S. solo abrió la boca para indicar al tribunal que no iba a declarar. La mujer de 33 años acusada de acabar a golpes con la vida de su hijastra de 5 años, que estaba a su cargo, prefirió guardar silencio. Ayer arrancó en la Audiencia Provincial de Alicante el juicio por estos hechos ocurridos en febrero de 2014. En el banquillo de los acusados se sentó la presunta homicida, sobre quien pesa una petición de 15 años y medio de prisión. El Ministerio Público sostiene que la víctima sufrió malos tratos habituales desde que ella y su pareja, el padre biológico, se hicieran cargo de la pequeña y acusa a María Laura de propinarle una paliza el 3 de febrero que la niña no pudo soportar.
En la fecha del suceso, la acusada, una mujer con numerosos antecedentes de violencia familiar contra su madre y su hijo (de 12 años) cuando solo era un bebé, alegó que se trató de un accidente en la bañera a consecuencia de un ataque epiléptico sufrido por la menor. Al menos, eso dijo a la persona del 112 que la atendió cuando avisó de que la pequeña se encontraba tirada en el suelo y sangrando en el domicilio del alicantino barrio de San Gabriel, como se recoge en la documentación obrante en el sumario del trágico hecho.
Risueña, que nunca faltaba a clase y que se comportaba bien es como retrataron a la chiquilla fallecida los testigos que pasaron en algún momento por la corta vida de la menor de tan solo cinco años de edad. Sin embargo, la Fiscalía sostiene que la joven fue sometida a malos tratos y finalmente a una «brutal agresión» por la que hubo que ingresarla en la UCI Pediátrica del Hospital General de Alicante, donde falleció.
El juicio se inició ayer con la petición del abogado de la defensa de anular las actuaciones. Considera el letrado Manuel Maza que el proceso debía haberse enjuiciado por el cauce del tribunal del jurado por el delito de homicidio. Sin embargo, el tribunal de Sección Tercera rechazó la medida. Asimismo, la Sala se negó a llamar a declarar al hijo de la acusada, quien fue testigo directo del incidente, de quien ya se tiene el testimonio recogido.
Acto seguido, apareció en la sala la madre biológico de la pequeña víctima. Nada más ver a la acusada, la mujer la increpó entre llantos. Una vez se pudo serenar, la testigo explicó que su expareja y María Laura cuidaban de su hija porque ella no tenía recursos, así como tampoco sus padres. De ahí que la menor ya hubiese estado interna en el Hogar Provincial.
Mientras, el exnovio de la acusada, con quien mantenía el contacto, relató cómo la pequeña le había dicho en una ocasión que no quería ir a casa de María Laura. Además, este hombre sufrió la furia de la mujer, quien le propinó un puñetazo en la vivienda. Su error fue reírse de una broma que hizo el hijo de la acusada sobre el padre biológico de la víctima. De hecho, este testigo mantuvo una buena relación con el chaval, con quien se mensajeó la noche del suceso. En este intercambio de notas de texto, le reconoció que «mi madre ha pegado» a la niña. «Si digo la verdad, la condenan», consta igualmente en un mensaje que obra en la causa, como confirmó el testigo.
Según el informe de los forenses, la menor sufrió lesiones en ambos brazos, piernas y glúteos, en el abdomen, la espalda y en la cara de una agresión propinada con una percha anterior a la que resultó fatal. Según se describe en el informe del fiscal, la madrastra volvió por sus fueros y la noche del 3 de febrero asestó otra paliza a la pequeña. Esta vez dirigió sus golpes a la cabeza y las lesiones provocaron la muerte a la pequeña, según consta en el informe forense.
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