Álvaro Pérez, durante su declaración, ayer en el TSJCV.

El Bigotes en una grabación sobre Rajoy: «Es un gilipollas y un mierda»

El exgerente de Orange niega que le regalara un reloj a la expresidenta de Les Corts y aduce que lo consiguió para su mujer después de «hacer de pedigüeño» ante Correa

SP

Sábado, 11 de julio 2015, 01:05

Si cada persona fuese sometida a un escrutinio público de sus llamadas, es posible que terminase alejada de aquellos que son sus seres más queridos. Hablar mal de aquellos que tenemos cerca es casi un deporte nacional en España, lo que puso en evidencia a Álvaro Pérez, El Bigotes, durante su declaración de ayer en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat (TSJCV) con motivo del juicio por los contratos de la Generalitat con la trama Gürtel para el montaje de su expositor en Fitur.

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Con el fin de dilucidar el nivel de sus vínculos con altos cargos del PP tanto a nivel nacional como autonómico, durante el juicio se emitió la grabación de una conversación telefónica en la que alude al actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en los siguientes términos: «Cuando dejé de trabajar con Aznar, me dejó una temporada con Rajoy, que es un gilipollas y un mierda». Pérez delcara con una pena de 10 años de prisión en juego por delitos de tráfico de influencias, cooperador necesario de malversación de caudales y cohecho. En un momento del interrogatorio, cuando se le estaba preguntado por su relación con Camps se escuchó una conversación en la que, además de reconocer que era «muy, muy amigo de Camps desde hace 20 años», desvelaba su hiriente opinión sobre el actual presidente del Gobierno central.

Reloj en la muñeca

El exgerente de Orange Market volvió a negar ayer que regalase ningún reloj a la exconsellera de Turisme Milagrosa Martínez, mientras que sí se lo entregó a su mujer: «Francisco Correa -supuesto cabecilla de la trama Gürtel- quería hacer un regalo a su mujer y yo hice de pedigüeño y saqué otro para la mía ». El letrado de Martínez le exhibió a Pérez una factura de una joyería, de fecha 9 de enero de 2006, con dos relojes, y le preguntó para quién eran (Fiscalía sostiene que uno de ellos se lo regaló a Martínez). Al respecto, dijo: «Correa quería hacer un regalo a su mujer y yo hice de pedigüeño y saqué otro para la mía». Al momento, agregó que su pareja «lleva años con él en la muñeca, no se lo ha quitado nunca más».

Pérez incidió en que nunca mandó un fax, un email o una carta a Martínez, y tampoco le llamó; también subrayó que con Such no tuvo ninguna relación: «Para nada, en absoluto». También negó que tuviera su teléfono particular: «Podía tener el corporativo como mucho», reconoció. Asímismo, Pérez, quien volvió a referirse a su forma «muy peculiar» de hablar, reconoció que solo hablaba con las conselleras cuando se trataba de «algo importante». Interpelado por si desde conselleria les explicaban el motivo por el que les adjudicaban Fitur, respondió: «Cuando te adjudican algo es porque eres el mejor».

El acusado también aprovechó para quejarse porque le hayan «llamado la atención» por tener en cinco años cinco concursos (de Fitur) con «una calidad extrema», mientras que hay otras empresas «a las que no se les ha dicho nada y han obtenido 100 concursos en un año». «Esto me ha producido un sufrimiento absoluto. Te hace sufrir...», lamentó Pérez , quien aseguró que, «a veces, el llanto de mi soledad en casa, cuando he estado leyendo informes de la causa o del inspector de la Udef, me han llamado la atención porque soy incapaz de hacer determinadas cuestiones». Por último, subró que «todo lo que se pidió en Fitur, se hizo. Y todo lo que se hizo, es lo que se ha facturado». La sesión se retomará el próximo viernes, día 17, con la declaración de Francisco Correa. De esta manera correrá el calendario y el día 3 de agosto será el turno de otro supuesto cabecilla, Pablo Crespo.

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Relación «amable»

A lo largo de su declaración, Pérez insistió en que no utilizó los contactos que mantenía con altos cargos del PP para conseguir el concurso de Fitur; que no empleó «jamás» su relación «amable» y «amistosa» con el expresidente Camps ni con otros miembros del partido.

Entre 2004 y 2008 esa relación creció pero nunca llegó a ser «una relación íntima», según Álvaro Pérez, quien en un momento de su declaración explicó que la famosa conversación telefónica en la que el expresidente le llama «amiguito del alma» es un diálogo «entrañable» el 24 de diciembre, día de Nochebuena. Pérez aseguró que a lo largo de su vida ha «alardeado» de muchas cosas y «exagerado» otras. «En muchas conversaciones verá que soy exagerado en todo», afirmó, y en esa tendencia a la hipérbole quiso disculpar sus excesos verbales y la sensación de que era amigo de todo el mundo. Excepto de Rajoy.

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