Un turista francés muere tras ser corneado por un toro en Pedreguer

Nunca pudo imaginar que uno de los toros que estaba grabando con su teléfono móvil iba a acabar corneándole en el costado y en el pecho, levantarle por los aires y ensañarse con él hasta acabar con su vida. El turista francés Oliver E. López, de 44 años, se desplazó el martes por la noche desde Oliva hasta Pedreguer con su pareja y el hijo de ésta para ver por primera vez las centenarias entradas de 'bous al carrer' de la conocida como 'catedral dels bous', que celebra las fiestas de Sant Bonaventura.

Una vez allí, su pareja se quedó en uno de los 101 palcos instalados para ver las 17 entradas que había programadas este año. El menor de 14 años se posicionó detrás de las barreras de la plaza dels Porxens, mientras que Oliver saltó al ruedo en busca de la mejor instantánea, pese a las advertencias del público y del personal que vela por la seguridad en estos actos.

En ese momento, sobre la una menos cuarto de la madrugada, uno de los seis morlacos, de 600 kilos de peso, quedó rezagado y le cogió de lleno al resbalarse cuando intentaba huir del astado. Primero le empitonó en el costado, lo levantó por los aires, le volvió a meter uno de los cuernos en el pecho y posteriormente siguió el ensañamiento hasta que algunos de los presentes lograron meter el cuerpo corpulento de este turista dentro de las barreras dels Porxens. Pero ya había fallecido. De inmediato, «la gente se volvió loca porque sabía que estaba muerto al ver cómo tras clavarle los cuernos lo lanzaba por los aires», comentó Pepa Costa, miembro de la Comisión de Fiestas de Sant Bonaventura, quien insistió en que fue un descuido.

Acto seguido el médico certificó su muerte e inmediatamente se suspendieron los actos taurinos de esa noche. El consistorio decretó dos días de duelo, banderas a media asta y anuló las entradas de bous al carrer hasta mañana jueves. El cuerpo fue trasladado hasta el Instituto de Medicina Legal de Alicante, donde le hicieron la autopsia.

El alcalde de Pedreguer, Sergi Ferrús, recalcó que fue un «despiste» del turista que recibió «dos cornadas de muerte» y recordó que desde hacía 40 años que no se había producido una muerte debido a las extremas medidas que se aplican. También Isabel Costa fue testigo de la cogida mortal y relató que lo vio en el aire, «el toro le pegó muchas veces, lo tiró contra la barrera y lo mató». Jaime Miralles remarcó que «estaba haciendo fotos, el toro le empitonó porque le perdió la cara al toro». Víctor Mallol presenció la cornada en la plaza del Porxens, frente al quiosco, y vio cómo «el toro se ensañó con él en presencia del hijo de su pareja».

En Oliva, en la Vía Ronda, donde desde hace 10 años pasaba sus vacaciones, nadie daba crédito a lo ocurrido. El fallecido, según los vecinos, tenía un hijo de una relación anterior que no estaba en España. Todos se mostraron conmocionados y solo indicaron que acudía cada verano al apartamento propiedad de la familia de su pareja.