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José Císcar.
Un paso atrás para impulsarse

Un paso atrás para impulsarse

La renuncia de Císcar a presidir la Diputación le devuelve a la lucha por el PPCV

José Vicente Pérez Pardo

Domingo, 19 de julio 2015, 01:11

La renuncia del presidente del Partido Popular en la provincia de Alicante, José Císcar, a ser candidato para la Diputación supone cerrarle las puertas a la institución, pero, ni mucho menos, un paso atrás en su carrera política. Ahora, fuera definitivamente de la posibilidad de quedarse en el Palacio de la avenida de la Estación, se le abre la posibilidad de disputar la portavocía del grupo popular en Les Corts y, por ende, la presidencia del PPCV. Se une, pues, a la pugna con la castellonense Isabel Bonig y la valenciana María José Catalá, la favorita de Alberto Fabra.

El expresidente de la Generalitat será proclamado senador territorial el próximo día 22 de julio, por lo que abandonará 'de facto' la política autonómica. Aunque todavía mantiene la presidencia regional, y la dirección nacional no es favorable a realizar congresos extraordinarios, dirigentes del PPCV se preparan para un relevo en la cúpula del partido.

Muchos entienden que será el momento de que Fabra abandone la presidencia a la par que la portavocía popular en Les Corts. Esta sustitución «será rápida», apuntaron fuentes populares, para comenzar el próximo curso político (que arranca nada menos que con unas elecciones generales) con el partido bien armado y dispuesto a la batalla. Quien se quede con la portavocía en la Cámara autonómica tendrá muchas posibilidades de ocupar la presidencia, aunque sea de manera interina hasta el congreso ordinario del PPCV en abril.

Ahí Císcar podría jugar sus bazas. Ha situado estratégicamente a sus personas de máxima confianza (José Juan Zaplana, Eva Ortiz, Juan de Dios Navarro, Elisa Díaz) en Les Corts hasta conformar un núcleo afín muy importante en el grupo popular de la Cámara. No hay que olvidar que Alicante ha aportado los mismos diputados autonómicos que Valencia, y más que Castellón.

La primera intención de Císcar era mantenerse en la Diputación Provincial de Alicante como la principal referencia institucional del PP en toda la Comunitat Valenciana, para lo que necesitaba el aval de la dirección nacional. A tal fin acudió a la convención política de Madrid celebrada el pasado fin de semana Sin embargo, allí podrían haberle sugerido que dejara su lugar ante el veto de Ciudadanos (que no fue capaz de desarmar, aunque al final estaba seguro de que cederían) y se centrara en el partido.

Sugerencias

El miedo de los populares a perder la Diputación si Ciudadanos no cedía y la posibilidad que le abrían de liderar el PPCV pudo convencer al final a Císcar para dejar su sitio a César Sánchez, una operación que tenía planificada desde hacía semanas. Dejaba a un hombre de su confianza al cargo y se dedicaba al partido, tal y como le había indicado la dirección nacional. Fue este, precisamente, el argumento utilizado por el presidente provincial para ceder su sitio a César Sánchez en la Diputación. «Voy a centrarme en cuerpo y alma al partido los próximos meses», dijo Císcar en la rueda de prensa en la que anunció su renuncia a la institución. Pero no dijo si a nivel provincial o autonómico.

De hecho, abandona sus puestos en la Diputación Provincial y en el Ayuntamiento de Alicante, pero no en la Cámara autonómica. Para algunos, es una señal de que Císcar no ha dicho su última palabra.

Otro guijarro en el camino. Dejó caer que presentaría cambios importantes en la formación provincial en la convención que se celebrará a finales de mes. Una cita convocada por Císcar abierta a toda la militancia en la que se discutirá de todo: desde las elecciones primarias hasta la limitación de mandatos. Es decir, justo lo que demanda la militancia popular crítica y a la que la dirección ha respondido abriendo el partido.

Cambios

Pero esta cita no servirá únicamente para esto. De paso, en un movimiento no se sabe si premeditado o a raíz de los acontecimientos, Císcar también quiere abordar ahora una «profunda reestructuración orgánica» de la formación, explicaban a este periódico fuentes populares. Éstas irían encaminadas a lograr «una mayor relación entre las instituciones y el partido», lo que en la práctica situaría a César Sánchez en un nuevo cargo en la dirección provincial (actualmente el alcalde de Calpe es vicesecretario general del PPCV). Por ahora, según las fuentes consultadas, Císcar mantendría la presidencia provincial por ahora y dejaría a Sánchez en una inmejorable posición para el futuro relevo.

Este futuro es una incógnita. Los acontecimientos pueden acelerarse en las próximas semanas si Fabra renuncia a encabezar el PPCV, como parece que le han reclamado, y esa convención de finales de mes podría ser algo más. «Paso a paso», explican desde la organización, «Pepe mide muy bien sus tiempos».

Un ejemplo de este compás especial de Císcar ha sido, según explican sus colaboradores, la pugna que ha mantenido con el ripollismo. El presidente provincial ha cumplido con uno de los mandatos que tenía de la dirección nacional cuando tomó las riendas del partido: cerrar la etapa de Ripoll en la organización. Le ha costado cuatro años, desde que descabalgó a Joaquín Ripoll de la Diputación situando en su lugar a Luisa Pastor hasta el viernes pasado, cuando derrotó a Miguel Ortiz en la comarca de la Marina Baja.

No resultó como deseaba. Primero estuvieron negociando durante meses para integrarlos, pero, tras el abierto enfrentamiento que tuvo en la junta directiva provincial, demostró una posición de firmeza con la recogida de avales y las votaciones. De hecho, el levantamiento del sector ripollista les traerá consecuencias. La dirección provincial tiene orden de Madrid de liquidar los vestigios del ripollismo en próximas fechas. «No habrá tregua», indican desde la organización.

Cuando esta operación se complete, previsiblemente en la confección de las próximas candidaturas al Congreso de los Diputados, Císcar se asegurará el control total del partido en la provincia. Y, por allá entonces, quizás algo más. Pocos manejan los tiempos como José Císcar, quien es partidario de dar un paso atrás pero solo para tomar impulso.

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