Francisco Reyes Prieto
Miércoles, 22 de julio 2015, 01:13
La velada de anoche en el recinto de las Eras de la Sal llevó al Certamen Internacional de Habaneras al ecuador de su competición en lo que fue una de las jornadas más multiculturales de las que se van a celebrar hasta el sábado.
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Corales de cuatro países de Europa y Asia estuvieron presentes en el tornavoz, actuando frente al jurado que este año estrena posición, situados junto al proscenio. Abrió la velada el Coro Femenino del Conservatorio del Valle de Sousa (Portugal), que dejó muy buen sabor de boca en ambas modalidades transmitiendo alegría y una gran sonoridad en sus interpretaciones.
Su actuación sirvió para poner en práctica una nueva versión de la habanera obligada, 'Torrevieja en mi corazón' de Mario Bustillo, la cual ya ha comenzado a hacerse familiar entre los muchos abonados que acuden cada noche al recinto, aunque la obra es ya muy popular gracias a las muchas veces que la ha interpretado el Orfeón Municipal Ricardo Lafuente, bajo la dirección de su autor.
El joven coro femenino portugués provocó sorpresa por su calidad y apunta a que el vecino país luso se abre un hueco de prestigio en los certámenes de Torrevieja, ya que el pasado abril el Coro Gregoriano de Lisboa se alzó con el primer premio del vigésimo primer Certamen Juvenil de Habaneras. En el apartado de piezas de libre elección acertaron con una de las obligadas recientes que más huella ha dejado, 'Mi Querida Torrevieja' de José Francisco Sánchez, y con la que se vino en llamar la primera habanera ecológica de la historia, 'Dicen que se muere el mar' que con letra y música del sacerdote navarro Joaquín Madurga, hace una encendida defensa de la conservación de los océanos. En la sección de polifonía escogieron dos obras netamente folclóricas, 'Lenga, Lenga', popular portuguesa con arreglos de Ricardo Fraguas, que también versionó 'La Tarantella', el típico ritmo napolitano que gustó a los espectadores. Además las componentes del coro ofrecieron coreografías distintas en cada una de las interpretaciones y colocados en semircírculo le dieron el aire de olas del mar a las habaneras y se atrevieron con más pasos en las siguientes obras.
Brillante colofón a la velada
Si la apertura de la noche fue buena puede decirse que todavía mejor fue el cierre a cargo del Coro de la Universidad de Manila (Filipinas), un país que en los últimos años destaca y copa en la mayoría de las ediciones en las que participa algunos de los más destacados premios.
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Su actuación era esperada, más aún al estar avalada por un impresionante historial desde que fue fundado en 1992. Con probabilidad hicieron la mejor versión de la habanera obligada que se ha escuchado hasta el momento a las órdenes de su director titular, Emmanuel de Leon, y su éxito fue redondo con las habaneras libres, para lo cual escogieron dos de las más importantes de la historia del certamen, 'Tú', que fue la primera obligada en 1955, de los hermanos Fernan y Eduardo Sánchez de Fuentes, y 'Por el mar' de Isabel Pareja y Manuel Moreno Buendía.
La obra evoca los sentimientos de una persona que sin haber nacido en Torrevieja afirma rotundamente que no se apartará de ella jamás. En cuanto a las polifonías, hicieron gala de una extraordinaria complejidad en cada una de ellas, 'De profundis' de John August Pamintuan y 'Dayo, dayo kupita' de Nilo Alcalá. El mundo coral filipino sigue cada año con gran entusiasmo el desarrollo del certamen torrevejense y con seguridad también lo hará en esta edición dado que esta agrupación universitaria presentó anoche su candidatura a optar a alguno de los premios que se concederán en la velada del próximo viernes.
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La noche la completaron otros dos coros que tuvieron correctas, aunque discretas actuaciones en concurso. Por un lado el Coro Kivi Youth, de Lituania, que se esforzó en la ejecución de sus obras y puso en valor lo mejor de si, incluso aplicando también coreografías a sus interpretaciones en los miembros de su reducida agrupación. En habaneras ofrecieron la obra de los autores torrevejenses Mari Paz Andréu Latorre y Armando Bernabeu Andréu, 'Dejadme'. Los dos autores, madre e hijo, estuvieron como cada noche en el recinto y escucharon con emoción esta canción que narra los últimos momentos de vida del padre de la letrista. El coro lituano también ofreció una de las obligadas que más se recuerdan, 'Volver, soñar' de Evaristo Pérez García.
Por su parte, en la reanudación de la velada tras el clásico descanso en el que el público hace sus quinielas y deja en los corrillos los más sabrosos comentarios de las actuaciones en concurso, intervino el Coro de Cámara Continuo de Sopot (Polonia). Su actuación tuvo un mayor nivel con obras como 'El sabor de una habanera', que también fue obligada, de los también autores torrevejenses María Teresa Lorenzo y Armando Bernabeu. En polifonía ofrecieron 'Male Wariacje' con letra y música de Stanislaw Wiechowicz.
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