«Los médicos se miraron, pero no dijeron nada»

Cuando la hija relató a los facultativos del hospital que su madre permaneció sin suero toda la noche «se miraron», pero optaron por callar, según declaró en el juicio. De hecho, uno de los médicos que testificó en la vista dejó claro que «los enfermeros no tienen competencia» para cambiar sus órdenes y que, de surgir problemas, «debían preguntar», como recoge la sentencia a la que ha tenido acceso este diario.

La enfermera excusó su actuación alegando estar sola con un auxiliar para 30 personas y que los familiares de la víctima insistían en las llamadas por su madre. Nada más terminar su turno, la acusada se tomó la baja, ya que «llevaba arrastrando estrés de muchos días y esto la hizo explotar», según se indica en la sentencia. Para la juez esto es una muestra más de credibilidad por lo declarado por la hija que acompañó a la mujer que perdió la vida en la UCI.

«La saturación de trabajo, las deficiencias de material o personal en la sanidad nunca puede ser la excusa del trabajador para no desempeñar o desempeñar de forma incorrecta el trabajo», como dictamina la magistrada ponente del fallo en la resolución fechada a 15 de junio de este año.