El PP aclama a Bonig como nueva presidenta del partido en la Comunitat

El PP de la Comunitat abrió ayer una nueva etapa. Isabel Bonig, hasta la fecha coordinadora general de los populares en la región, recogió el testigo cedido por Alberto Fabra, cuyo liderazgo terminó de derrumbarse con el batacazo electoral del pasado 24 de mayo. Con la presencia de la secretaria general, Dolores de Cospedal, la cúpula del PP autonómico saludó la llegada de un nuevo líder, consciente de que la etapa que acaba ha supuesto un debilitamiento evidente de la organización y la pérdida de su hegemonía electoral.

La proclamación de Bonig mostró la unanimidad con la que el PP regional recibe el cambio de líder. La intervención de Bonig, tras ser propuesta por Fabra como nueva presidenta, fue interrumpida por aplausos en varias ocasiones. Algunos cargos del partido aseguraban al término de la reunión que no se recordaban muestras de entusiasmo similares en una reunión de la dirección popular.

Bonig llega al cargo arropada por la dirección nacional -así lo atestiguó la presencia de Cospedal- y por la de los tres presidentes provinciales. Tanto José Císcar como Vicente Betoret y Javier Moliner intervinieron en el transcurso de la junta directiva para, además de agradecer su labor al presidente saliente, mostrar su respaldo inequívoco a la nueva presidenta. La propia Cospedal, durante su intervención, aludió a esa complicidad mostrada por los barones provinciales del PPCV, junto con Rita Barberá, como un elemento clave a la hora de concretar el relevo en la dirección del partido. Una actitud, vino a decir, que terminó de convencer a la dirección nacional respecto a la necesidad de relevar a Fabra y de que fuera Bonig su sucesora.

Según alguno de los asistentes, la cara de Fabra cuando la secretaria general aludió al tiempo que los presidentes provinciales llevaban impulsando su relevo era todo un poema. La número dos de la dirección nacional aprovechó su intervención para mostrar su agradecimiento al ya expresidente popular por su labor a lo largo de la última legislatura. Cospedal remarcó que a Fabra «le ha tocado ejercer la presidencia en momentos muy complicados» en los que «ha sido capaz de mantener la sociedad del bienestar». No era día para críticas. Cospedal mostró su cara más amable con el ya exlíder popular después de una legislatura en la que la calle Génova ha marcado distancias en repetidas ocasiones con su gestión, e incluso mantuvo en el aire hasta el último momento su designación como candidato para el 24-M.

Malestar con Génova

La secretaria general del PP dijo conocer la opinión de algunos alcaldes del partido en la Comunitat, que en privado -y en ocasiones, también en público- han mostrado su discrepancia hacia la actitud mantenida por la calle Génova con el PPCV, uno de los históricos graneros de voto popular. Cospedal admitió que algunos señalan a la cúpula nacional por los malos resultados del 24M. Pero también recordó que cuando la marca PP ha sido la que «tiraba del carro», los alcaldes se han aprovechado de ello.

Por su parte, la nueva presidenta del PPCV mostró su intención de «abanderar la mejora en la regeneración democrática». Bonig, que es la primera mujer en presidir el partido a nivel regional, recalcó que no es una presidenta de transición, y manifestó su voluntad de seguir en el cargo. «Yo soy la presidenta del PPCV y tengo la firme voluntad de liderar el partido», sentenció. Con un congreso regional a la vuelta de la esquina -casi con toda seguridad, a lo largo de la primera mitad de 2016- la alusión a que ejercerá el cargo con todas las consecuencias deja entrever que la nueva líder tiene la intención de optar a la reelección en el cónclave que celebrarán el próximo año los populares. «Cuando estoy en un proyecto, me entrego hasta el final», advirtió.

Por su parte, el presidente saliente, Alberto Fabra, con evidente gesto de abatimiento, aludió a los motivos de su marcha. «El partido tiene que seguir con fuerza, renovar mensajes, ideas, actitudes y tambien caras. Y yo era el primero que tenia que dar el paso atrás». El expresidente manifestó de nuevo su deseo de que se produjera una transición tranquila.