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El tripartito busca usos alternativos para frenar la avalancha de cierres de quioscos

Cinco establecimientos reconvertidos hace poco en cafeterías se suman a los muchos de prensa que han bajado la persiana por no resultar rentables

E. M. L.

Miércoles, 29 de julio 2015, 00:56

La ciudad de Alicante se queda sin quioscos. Cinco más han venido a engrosar la larga lista de los que han cerrado sus puertas desde mediados de 2013, momento en el que el Ayuntamiento decidió cambiarles las condiciones de concesión e incrementarles los cánones.

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El tripartito estudia ahora dar un nuevo uso a los quioscos que, cada vez en mayor número, están bajando la persiana por tratarse de un negocio que ya no es rentable en muchas ocasiones.

La Junta de Gobierno Local aprobó ayer dar luz verde definitiva a la renuncia de la empresa que gestionaba cinco quioscos de golosinas y de bebidas situados en varios puntos de la ciudad. Se trata de Proyectos Designio SL.

La mayoría de estos quioscos eran originalmente de prensa, pero el Ayuntamiento permitió su reconversión en cafeterías sin terraza para darles una salida a estos elementos urbanos, después de que en abril de 2013 12 de los 46 quioscos de prensa de la ciudad y 3 de los 6 de golosinas quedasen desiertos en el concurso que se convocó para adjudicar las concesiones.

De los que quedaron vacíos, en mayo de 2014 se adjudicaron como cafeterías o tiendas de golosinas ocho, cinco de los cuales cierran ahora sus puertas. Ha sido la propia empresa la que ha decidido cerrarlos y pedir la cancelación de la concesión, por no resultarle rentables. El Ayuntamiento se quedará, eso sí, con las garantías definitivas depositadas por cada uno de los quioscos.

Estos pequeños establecimientos son propiedad municipal, pero el tripartito no volverá a sacar a concurso su concesión como cafeterías, tiendas de golosinas o quioscos de prensa porque, destacó el portavoz, Natxo Bellido, «no son los primeros que renuncian, por lo que está claro que es una concesión que no funciona, pese a que algunos de ellos están ubicados en puntos muy céntricos».

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Lo que harán, señaló, es «ver qué actividad alternativa se les puede dar que sea atractiva». El declive de esta actividad comenzó en 2013, cuando Ocupación de la Vía Pública, entonces en manos de la edil Oti García Pertusa, del PP, decidió subir el canon que debían pagar los concesionarios de quioscos.

Además, en una nueva ordenanza, les quitó los ingresos por la publicidad ubicada en el exterior de las casetas, y les obligó a que si querían explotar esta vía de ingresos pagasen otro canon más al Ayuntamiento. Por último, les exigió renovar su imagen para unificar la de todos los quioscos de la ciudad.

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A cambio, les permitía vender pequeños objetos tales como pilas y regalos de pequeño formato, souvenirs y artículos de playa.

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