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Personal de la Ong prepara los lotes de comida antes de empezar uno de los repartos especiales de este mes de agosto.
La necesidad no tiene vacaciones

La necesidad no tiene vacaciones

Alimentos Solidarios atiende a sus 268 beneficiarios durante este mes

Francisco Reyes Prieto

Domingo, 9 de agosto 2015, 00:35

La necesidad no descansa ni en vacaciones. La Ong torrevejense Alimentos Solidarios sigue haciendo posible que decenas de familias no pierdan la esperanza después de haber quedado tocadas por los efectos de la crisis, de un despido, de la falta de recursos, o incluso que algunas de estas unidades familiares sigan el camino con los ingresos más que justos, pero afrontando algunos de los gastos más esenciales y puedan disponer de lo más básico como es la comida. Después de haber transcurrido más de cinco años desde que abrieron sus puertas e inauguraron el primer catering social de la ciudad salinera, la demanda no cesa, tal y como afirma el responsable de las cocinas, Antonio Jesús Sánchez. De lunes a viernes, en estas instalaciones muchos voluntarios que solo reciben a cambio la recompensa de la satisfacción de poder aportar su trabajo a esta noble causa, elaboran menús que son recogidos por 268 beneficiarios que disfrutan de ellos en la más estricta privacidad, logrando hacer posible que una de las máximas de la filosofía de este colectivo se haga realidad, como es la estimulación de la dignidad aunque se atraviesen momentos difíciles.

Aunque durante este mes de agosto los fogones de las cocinas de Alimentos Solidarios Torrevieja no se enciendan por descanso de muchos de sus voluntarios y porque otros tantos se desplazan de la ciudad a sus puntos de origen, dado que la mayoría de ellos son torrevejenses de adopción, la atención a los beneficiarios no se detiene. Los martes y viernes, de diez a doce de la mañana, se abren las puertas de la sede que el Ayuntamiento de Torrevieja cedió en su día para que los voluntarios que contribuyen con su trabajo puedan entregar lotes de alimentos y otros productos que también son indispensables en la vida de un hogar, pues como se suele decir, no solo de pan vive el hombre.

En estos lotes, además de productos perecederos y otros con una fecha de caducidad más prolongada como tomates, embutidos, artículos de charcutería, legumbres, yogures, confituras, y otros tantos entre los que no falta incluso una refrescante horchata veraniega, se unen otros como detergentes, champú, gel y otros. Esta semana ha tenido lugar la primera de estas entregas contando con el trabajo de una docena de voluntarios, que también sumaron otros productos, excedentes de varios supermercados de la ciudad que acordaron su entrega al colectivo y que son recogidos también por el personal de la Ong.

También es cierto que no llegan a cubrir todas las necesidades de las familias, pues como reconoce Antonio Jesús Sánchez, en los últimos meses se ha producido una mayor demanda de productos para recién nacidos como potitos, leches infantiles, y pañales, «que no siempre entran en las donaciones que recibimos, pero que sería muy necesario que en estos momentos también nos hicieran llegar esta clase de material».

En estos días iniciales de agosto, Alimentos Solidarios Torrevieja también ha posibilitado que las familias de beneficiarios con niños a su cargo hayan recibido unos lotes especiales de productos ya que como explica la presidenta de la Ong, Concha Sala Maciá, «aunque el Ayuntamiento hace el esfuerzo de dar cabida a niños de familias de escasos recursos en el comedor de la escuela de verano, no todos los niños de las familias que habitualmente son atendidas por nosotros continúan la alimentación que durante el curso escolar tienen en sus colegios». Por este motivo hace ya varios meses que la directiva de Alimentos Solidarios decidió realizar una entrega especial para estos niños, consistente en un vale de productos cárnicos por valor de 30 euros por niño a canjear durante este mismo mes de agosto.

En total han sido 47 familias de las que dependen 98 niños. Además se refuerza a estas unidades familiares con leche y galletas, «por lo que algunos que tienen hasta cinco y seis hijos necesitaron hacer varios viajes para poderse llevar todo», como detalla Antonio Jesús Sánchez, que también resaltó el hecho de que a las pocas horas de haberse producido la entrega ya se hubieran canjeado más de 600 euros en la carnicería.

La acogida a esta nueva ayuda que se realiza como suplemento de la etapa de vacaciones escolares «ha sido extraordinaria», según señalan algunos de los voluntarios que participaron en este reparto singular que les hace satisfacerse más aún por estar dedicado a los niños. Concha Sala admite que «además de la solidaridad de toda Torrevieja que en algunos momentos puede llegar a ser desbordante, el éxito de Alimentos Solidarios se ha conseguido gracias a los voluntarios que, por turnos, llevan adelante una tarea inmensa de cocina, almacén, reparto, recogida de productos con la furgoneta que en su día sufragó el Rotary Club y también en administración y oficina se hace una grandísima labor, pues todo suma para poder seguir llevando esta empresa que ha ido creciendo al mismo tiempo que hemos ido recibiendo una mayor demanda».

La asociación funciona gracias a la subvención que anualmente recibe del Ayuntamiento de Torrevieja, en respuesta al proyecto que se elabora y en el que se justifican todos y cada uno de los gastos que se producen en relación a esta ayuda. Pero existen muchos otros gastos que se logran afrontar gracias a las numerosas donaciones de productos que se realizan durante el año por parte de personas y colectivos, así como también los voluntarios de la Ong «se ponen manos a la obra» cada vez que tienen que atender una de las barras que se ponen en fiestas y acontecimientos locales que sus organizadores ceden a esta causa. Sala Maciá detalla que Alimentos Solidarios siempre está abierta a recibir la ayuda de nuevos voluntarios que quieran unirse «pues nuevas manos siempre son necesarias para los muchos trabajos que se realizan a diario». La historia de esta Ong que levanta la admiración de los torrevejenses seguirá, incluso en vacaciones, hasta que llegue el 1 de septiembre y sus fogones vuelvan a prenderse.

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