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José Vicente Pérez Pardo
Domingo, 9 de agosto 2015, 00:34
Los movimientos desvelados el viernes por este periódico para relevar a Emigdio Tormo como coordinador provincial de Ciudadanos se aceleran día tras día según se conocen más decisiones de la dirección 'naranja'. La última, la de colocar a la exedil popular Belén Gonzalez como asesora en los órganos autónomos de la Diputación, refuerza la opinión de un sector del partido para cambiar el giro que creen que ha dado la formación en los últimos tiempos.
Esta corriente de opinión la encabeza el portavoz en el Ayuntamiento de Alicante, Jose Luis Cifuentes, con algunos de sus hombres de confianza, como José Manuel Torregrosa. Consideran que la dirección provincial de Ciudadanos ha escorado en demasía hacia el Partido Popular desde que formalizara el pacto por el cual accedió Cesar Sanchez a la Diputación. Algo que achacan exclusivamente al pasado popular del coordinador provincial, Emigdio Tormo. El propio Tormo ya dejó caer que después de las generales podrían plantearse entrar en el gobierno provincial, algo que no han hecho hasta ahora por orden directa de la dirección nacional de Ciudadanos en Barcelona.
No es solo el pacto con los populares en la Diputación, que era casi inevitable porque la alternativa era una alianza que incluyera a Compromís y a Esquerra Unida, sino la política de altas en las agrupaciones, especialmente en la alicantina.
Tormo presentó a bombo y platillo nuevos fichajes procedentes de otras formaciones pocas semanas después de las elecciones municipales en las que Ciudadanos obtuvo en Alicante seis concejales y un 18,7% de los votos (el mayor porcentaje de la formación en una capital de provincia a nivel de España). Se trataba de dos ex concejales populares (Belén Gonzalez y Adrián Santos); del exportavoz de UPyD en el Consistorio capitolino, Fernando Llopis; y la excandidata de la formación magenta a las Europeas, Marta Martin.
En poco tiempo, Marta Martin fue la única que obtuvo los avales necesarios para encabezar la candidatura al Congreso de los Diputados y, ahora, Belén Gonzalez se ve promovida a la Diputación Provincial. Un ascenso meteórico que escuece en la organización: las críticas se sucedieron desde la misma presentación de estos afiliados, con reproches de varios militantes a la actitud de la dirección.
Estas críticas las ha recogido el sector liderado por Cifuentes. Fuentes consultadas por este periódico temen que «se acoten» o limiten las altas de nuevos afiliados al partido para que la dirección pueda controlar la organización y, además, «todas en una misma dirección». Supuestamente, hacia personas con marcado sesgo popular.
Los contactos entre Tormo y Zaplana han aumentado en las últimas fechas, tras el acuerdo en la Diputación Provincial, según las fuentes consultadas. Ambos son diputados autonómicos en Les Corts, además a poca distancia en el hemiciclo. Los populares son conscientes de que necesitarán a Ciudadanos antes o después y, por ello, es lógico que mantengan un diálogo fluido.
Sin embargo, a una parte de la formación naranja no le parece bien tanta cercanía, de ahí que Cifuentes y su hombre de confianza, José Manuel Torregrosa, hayan contactado con otras agrupaciones para intentar cambiar esta deriva. Es bien conocido el pasado socialista de ambos: Cifuentes era militante hasta unas fechas antes de las mismas elecciones municipales y José Manuel Torregrosa ha sido asesor de Salvador Ordóñez (ex secretario de Estado de Universidades en el Gobierno de Zapatero), además de participar en las campañas municipales socialistas con José Antonio Pina y Etelvina Andreu. A pesar de su relación familiar (es cuñado de Asunción Sanchez Zaplana y, por tanto, primo político de José Juan Zaplana, vicesecretario general del PPCV), Torregrosa lleva militando 15 años en el PSOE. No tanto Cifuentes, pero si desde los tiempos de Roque Moreno como secretario general del PSOE alicantino.
La preocupación de este sector es que Tormo se lleve a Ciudadanos a buena parte de los militantes populares perdedores en la pugna entre Ciscar y Miguel Ortiz por la Diputación Provincial y de crear un «PP bis», que no lleve adelante el ideario central de Ciudadanos, explicaron estas fuentes críticas.
La primera piedra de toque la tendrán en septiembre, con la constitución formal de la agrupación alicantina de Ciudadanos. Tormo quiere colocar una persona de su confianza para dirigir la organización y, para ello, lo primero que tiene que hacer el controlar el censo de militantes. Con un buen grupo de afines, ganas las asambleas o las primarias, tanto da. Sin embargo, desde el sector de Cifuentes van a vigilar este proceso y a presentar alguna alternativa (todavía sin definir si desde el grupo municipal o no); después será el turno de la dirección provincial.
La batalla se va a plantear, sin duda, pero queda por delimitar los términos; es decir, si será de ex populares contra ex socialistas o de 'vieja' contra 'nueva' política. Aquí cada uno dará su versión, pero lo cierto es que Ciudadanos se apresta a vivir su primera batalla interna en la provincia de gran calado.
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