J. M. O.
Jueves, 13 de agosto 2015, 00:46
Amparo Villar se topó de golpe con la tragedia. Su marido, Emilio, de 41, fallecía víctima de las llamas del incendio de Torremanzanas tres años atrás. En ese momento, «estaba embarazada de 20 semanas y fue un golpe muy duro. Me entró un ataque de ansiedad y me dieron pastillas, aunque me dijeron que sólo las tomara si lo veía necesario. Entonces me di cuenta de que la capacidad del ser es increíble, conseguí relajarme y pensé que no podía perder lo que llevaba dentro. Mi hija me dio la fuerza que necesitaba para seguir adelante», asegura.
Publicidad
No ha sido un camino sencillo. Investigaciones interminables, un juicio que esperan con ahínco, una «negligencia que necesitamos que se cierre» y un dolor inmenso por la pérdida del ser querido. Pese a todo, Amparo lo supera poco a poco. «Hace tres años era imposible ver un vídeo del incendio para descubrir qué pasó. Soy ingeniera forestal y los miró para conocer qué ocurrió exactamente. El tiempo te ofrece una perspectiva diferente y ahora ya puedo verlos para conocer lo ocurrido», continúa.
Ir al lugar de la tragedia fue complicado. «La primera vez que estuve en la zona me quedé completamente helada. No podía reaccionar, entre otras cosas porque yo también he sido brigadista». Ella es plenamente consciente de lo que significa llegar hasta un incendio y luchar cuerpo a cuerpo con las llamas.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.