Bienvenido, primer crucero

Los primeros cruceristas que llegarán a Torrevieja en el mes de septiembre apenas pisarán la ciudad, puesto que tendrán preparadas lanzaderas para bajar del barco y viajar al Centro Comercial de La Zenia y a Cartagena y pasarán por la ciudad como el cortejo de Míster Marshall por el Villar del Río de Berlanga. Este hecho ha puesto en pie de guerra a los comerciantes, a los que el enfado va a más después de una reunión mantenida con el alcalde y la concejal de Comercio de la que ayer dieron cuenta y en la que acusaron al regidor de no tratarles como debería. La presidenta de la Asociación de Pequeños y Medianos Comerciantes, Caridad Salmerón, explicó, acompañada por varias componentes de su junta directiva y en presencia de algunos destacados profesionales de la ciudad, la reunión con los responsables municipales a la que acudieron tanto miembros de Apymeco como dos componentes de la asociación de hostelería «con el fin de preparar la llegada del primer crucero a Torrevieja».

Salmerón señaló que antes se habían reunido con dos directores de cruceros para tratar de poder ofrecer una buena programación para el pasaje de este barco que arribará a aguas salineras el 22 de septiembre. La presidenta de Apymeco dijo llevarse una gran sorpresa al conocer en la reunión con el alcalde, de la que dijo que «la tuve que solicitar por primera vez desde que soy presidenta por escrito», que las lanzaderas que traerán el pasaje al puerto, «no llegará a la zona de Marítimas Torrevieja-Tabardos, como estaba previsto en un principio sino al puerto Marina Salinas», y señaló que «desde allí, la mayoría de los 800 pasajeros cogerán autobuses que los trasladarán a Cartagena o al Centro Comercial Zenia Boulevard». Caridad Salmerón mostró su disconformidad y señaló que «nos respondieron diciéndonos que la programación del crucero ya estaba cerrada y que para los alrededor de cien pasajeros más mayores que se quedarán en Torrevieja, se les pondrán a disposición trenecitos para que recorran la costa y lleguen hasta el auditorio». La presidenta de Apymeco dijo que replicó en la reunión argumentando que «lo deseable es que los pasajeros estuvieran por el centro y el alcalde nos dijo a mí y a uno de los representantes de hostelería que lo que queríamos era vender gambas o gafas». Salmerón explicó también que «el alcalde nos dijo que además este crucero ya estaba cerrado y que la reunión con la naviera ya se había realizado con el anterior gobierno», algo que según la presidenta de los comerciantes le hizo ponerse en contacto con Eduardo Dolón, quien se lo desmintió. Ayer también el edil popular, Joaquín Albaladejo lo negó con rotundidad.

Caridad Salmerón explicó que una de las razones que recibió del alcalde y la concejal de Comercio para que las lanzaderas del pasaje no lleguen a la zona de Marítimas Torrevieja en el puerto es que «es una zona que está sucia» e indicó que «yo he comprobado que no es así», asegurando que el alcalde le dijo que «el centro de Torrevieja está hecho una porquería y los museos son una mierda». La responsable de Apymeco manifestó que «ninguno de los que estábamos allí nos merecíamos el trato que nos dio el alcalde» y añadió que «yo creo que la concejal Manuela Osuna nos entiende, pero no tiene mando».

Además de las cuestiones relativas al crucero la presidenta de Apymeco planteó además otras como la regulación de los horarios de los centros comerciales, ante la posibilidad de que pueda ampliarse hasta las doce de la noche. También sacó a colación que se conforme el Centro Comercial Urbano «dado que el anterior gobierno del PP abrió una partida económica para ello», así como la necesidad de cambiar las direcciones de tráfico de entradas y salidas a la ciudad y también que planes se tienen para revitalizar el mercado La Plasa. Apesadumbrada, Salmerón dijo que «el verano está siendo malo y encima nadie quiere ayudar a los dos motores económicos de Torrevieja», y por ello dejó las puertas abiertas a un relevo diciendo que «si alguien quieren entrar en Apymeco con nuevas ideas lo puede hacer cuando quiera».