Urgente Suspendida por la lluvia la corrida con Talavante, Ortega y Tomás Rufo
Inundación de un paso subterráneo en San Vicente.

El fuerte calor de este verano ha disparado el riesgo de gota fría a partir de septiembre

Los expertos alertan de que el fortísimo calor de julio y agosto ha provocado que haya más vapor de agua en la atmósfera, «combustible» necesario para las grandes precipitaciones

Pedro López

Lunes, 24 de agosto 2015, 08:19

La atmósfera en el Mediterráneo está cargada de vapor de agua, el «combustible» necesario para cargar las tormentas que provocan las gotas frías en los meses de septiembre y octubre. Las altísimas temperaturas registradas en julio y agosto, que han convertido este verano en el más caluroso de las últimas décadas, disparan las posibilidades de que este otoño la provincia de Alicante y el litoral mediterráneo se vean azotados por este fenómeno meteorológico que tantos estragos ha provocado.

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  • grados centígrados alcanza el agua del Mediterráneo en algunos puntos. Los expertos estiman que a partir de 26 grados se dan las condiciones para lluvias torrenciales.

  • litros por metro cuadrado pueden llegar a caer en dos o tres días si se dan todas las condiciones para la formación de tormentas.

  • años hacía que la temperatura del mar y la temperatura ambiente no eran tan elevadas en el litoral mediterráneo.

Aunque no se trata de sembrar la alarma, es cierto que las probabilidades de que la gota fría vuelva a visitar la Comunitat Valenciana han aumentado. El calor ha hecho que el mar alcance temperaturas elevadas en la cuenca mediterránea, por lo que en el caso de que se registre este fenómeno «será más potente, ya que hay más vapor de agua en la atmósfera y es el combustible necesario para ello», explicaba hace unos días el portavoz de la delegación territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la Región de Murcia, Juan Andrés García.

El hecho de que el verano haya sido muy caliente no siempre garantiza que en otoño se vayan a registrar lluvias torrenciales, pero sí que crea las condiciones idóneas. De momento, la temperatura del agua superficial en el Mediterráneo occidental, en concreto en las costas de la Comunidad Valenciana, Cataluña y Baleares, ha alcanzado el valor máximo de los últimos 50 años. En algunas zonas, como es el caso de la provincia de Alicante, la temperatura del agua supera los 30 grados, un registro que los expertos consideran que es una auténtica bomba de relojería.

Una temperatura tan elevada hace que el aire se cargue cada día de millones de litros de agua evaporada, a la espera de que las corrientes de aire frío en algura, que suelen llegar al Mediterráneo procedentes del norte de Europa a partir de septiembre, tengan el efecto detonador y enciendan las tormentas especialmente violentas por su capacidad de descargar enormes cantidades de agua en un periodo de tiempo muy corto.

Advertencias

El Centro Europeo de Predicción a Plazo Medio (ECMWF) ya ha advertido de que en las próximas semanas se registren lluvias torrenciales por todo el Mediterráneo. por su parte, el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), con sede en Valencia, estima que el riesgo de este año es muy elevado.

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¿Qué es lo que podría ocurrir en las próximas semanas? Teniendo en cuenta que las condiciones climatológicas son las idóneas para que se produzca una gota fría, las trombas de agua en cualquier punto de la Comunitat Valenciana y en las regiones vecinas podrían llegar a descargar hasta 600 litros por metro cuadrado en apenas dos días. Se trata de registros similares a los que en 1982, 1987 y 1997 provocaron riadas e inundaciones en las provincias de Alicante y Valencia.

En estos momentos, según los datos de Aemet, la temperatura del agua en el Mediterráneo se sitúa en unos 27,5 grados, aunque hay puntos en los que esta cifra se supera, como son las zonas del litoral de la Región de Murcia y también en puntos del sur de las Baleares, justo enfrente de la costa alicantina. No obstante, en todos los casos se superan los 26°, umbral que los expertos sitúan como el de la formación de trombas.

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A los efectos de las fuertes precipitaciones que podrían producirse hay que añadir el estado de los cauces de ríos y barrancos de la Comunitat, y en concreto de la provincia de Alicante. Muchos de ellos, como los del Vinalopó y el Segura, están repletos en muchas zonas de cañas y vegetación que, en caso de lluvias torrenciales, impiden la circulación del agua y agravan todavía más los efectos de la gota fría.

De momento, en los útimos días se han registrado algunas tormentas importantes, la última el sábado en la zona interior del norte de la provincia de Valencia, aunque en ningún caso se trataría de episodios de gota fría ya que para ello debe registrarse un descenso térmico en altura, que aún no se ha producido.

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