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Paco Sanguino, en el escenario del Teatro Principal, con una perspectiva del patio de butacas. ::
«Quiero poner el Principal como uno de los mejores teatros de España con buenas estrategias de programación y culturales»

«Quiero poner el Principal como uno de los mejores teatros de España con buenas estrategias de programación y culturales»

director del Teatro Principal de Alicante

Eneas G. Ferri

Domingo, 6 de septiembre 2015, 00:32

Dramaturgo, director, actor y profesor de teatro, además de gestor cultural y productor. El perfil de Paco Sanguino, nuevo director artístico del Teatro Principal, augura que, al menos, el coliseo alicantino estará en manos de un experto conocedor de un sector cultural en el que lleva más de 25 años. Sin embargo, las sombras asoman por lo económico, ya que planta batalla con unas directrices más sociales frente a la vertiente comercial, la más habitual hasta la fecha en el escenario. Son tiempos de cambio en la política municipal y, con ello, parece que lo serán también en la gestión artística y administrativa de uno de los centros culturales más emblemáticos de la ciudad y de la provincia. Pese a estas presiones y sólo con unos días en el cargo, el tiempo desde que sonó su nombre como principal candidato le ha permitido marcar algunas de las pautas, mover hilos, acordar ideas con los propietarios, el Ayuntamiento de Alicante y el Banco Sabadell, y mostrarse seguro y ávido de trabajo en el nuevo cargo que ocupará, si no sucede nada extraño, al menos los próximos cuatro años.

- El pasado miércoles fue nombrado director del Teatro Principal de Alicante. ¿Qué siente al ostentar este cargo?

- El ser director no solo centro cultural, sino del edificio más emblemático de Alicante es el mayor honor que puede tener cualquier persona de la cultura en particular y, en particular, siendo alicantino, no cabe la menor duda.

- ¿Cuál es el mayor objetivo que se plantea en el cargo que recientemente ha tomado?

- Poner al teatro principal a la altura de los grandes teatros de España. Para ello hay que hacer buenas estrategias de programación y también estrategias generales de cultura. No solo tenemos la responsabilidad de programar teatro de calidad, danza, ballet y ópera de calidad, sino que además también tenemos que cubrir una responsabilidad social en cuanto a lo que significan esas artes en lo que refiere a las nuevas generaciones. Eso quiere decir que estableceremos lazos de carácter práctico con las estructuras educativas de la ciudad y con otros teatros de la provincia. El objetivo pasa por traer lo mejor de esas artes cada temporada en España y fuera, si la economía nos lo permite.

- ¿Cómo pretende conseguir estos objetivos con un presupuesto limitado que, además, parte con 125.000 euros de pérdidas en el ejercicio anterior?

- El miedo no gana batallas. Tenemos que tener estrategia al margen de estar supeditada a un capital económico. Hay un capital artístico y humano en alicante que no tienen el relieve que debería tener. Vamos a ponerlos en valor mediante un comité que participe en la programación. Yo seré parte de un equipo que represente a gente profesional y experta en las artes escénicas. Eso nos ayudará a mejorar la programación. Por otro lado, la creación de nuevo público debe ser constante. Acometer estrategias para nuevos públicos desde temprana edad es vital, por eso centro estaremos en contacto con los centros educativos y las universidades de nuestro entorno. El presupuesto final se escapa a mi control y depende del estado de Alicante, del País Valencià y de España, en general. Pero si todo va bien, los presupuestos en cultura aumentarán.

- ¿Cree que la ciudadanía alicantina está preparada para estos cambios sustanciales que propone?

- Siempre lo ha estado, estoy convencido. Público hay mucho y de diferente tipo. Así ha sido en el pasado y ahora está a la espera de cambios respecto a lo comercial que ha tenido en los últimos años. Están esperando a que la oferta general y la del Teatro Principal, en concreto, mejoren.

- ¿Qué le diría al publico desconfiado de los cambios que propone, teniendo en cuenta el cambio de color en el Ayuntamiento y siendo un cargo por asignación mediante un consejo?

- Todos los que tenemos este tipo de responsabilidades públicas queremos que la programación esté bien hecha y sea para todos los públicos. No creo que ningún director de este teatro haya sido sectario en la programación y yo no lo voy a ser tampoco. Sobre la asignación, no es lo mismo poner a gente de un partido que a personas acreditadas por una carrera profesional y un currículum.

- ¿Cómo creen que responderán las productoras y las compañías que afrontarán un Teatro Principal con la duda de si la taquilla cubrirá sus costes de representación?

- Eso depende del área económica y hasta que no esté de lleno en el cargo no podremos actuar sobre ello. Además, depende en gran medida del daño que hayan causado los 125.000 euros de pérdida que heredamos de la anterior gestión. De todos modos, si ha habido excesivo teatro comercial y hay esa deuda, tampoco nos debemos asustar demasiado. La polémica no está en si es comercial o no lo es. No está el conflicto en este tema. Estamos viviendo tiempos de crisis y dependemos de cada cosecha. Haya años buenos y malos, pero lo que nos debe importar es el futuro.

- Los propietarios le apoyan con su designación, pero si la deuda se incrementa, ¿cree mantendrían ese respaldo manifestado al carácter más social de la programación?

- Los objetivos son aumentar la calidad, el público y que el teatro sea económicamente sostenible. Si no se cumplen esos objetivos, el primero que no querrá seguir en el cargo seré yo. Ellos son dueños y harán lo que quieran.

- La anterior directora, María Dolores Padilla argumentó en el informe que le solicitó el Ayuntamiento para su continuidad que el teatro pasaba por lo comercial o no sería sostenible. ¿Qué opina de estas declaraciones?

- Todos los directores defienden su política de gestión. Lo extraño sería que dijera lo contrario. Yo creo que lo que hemos de hacer es tratar de mejorar a partir de la situación en la que estamos.

- El presupuesto asignado por el Ayuntamiento de Alicante y el Banco Sabadell, los propietarios del Principal, es de 240.000 euros para el año, sin tener en cuenta los 125.000 euros de pérdidas del anterior. ¿Lo considera adecuado?

- Hemos de ser conscientes de que es presupuesto bajo para este tipo de teatro. Con ello debemos dar la mejor programación posible. No se trata de excusarse en el presupuesto, sino de trabajar y sacar el mejor rendimiento con lo que tenemos.

- ¿Si compara el presupuesto con otros teatros de perfil similar, ve el Principal menospreciado?

- En general, tomando una media de los prepuestos de teatros similares, el del Principal estaría por debajo. Para este tipo de teatro es algo superior. Los hay con un presupuesto muy superior, aunque debemos reconocer que también los hay todavía más bajos. Pero insisto, no debemos excusarnos en esto, sino trabajar mucho como hace todo el mundo en este país.

- Especialmente trabaja duro el sector de la cultura, al afrontar una situación dedicada con impuestos y una industria venida a menos. ¿Qué valoración hace de este contexto?

- Es obligado decir que lo que está haciendo el Gobierno con el IVA a la cultura es más una estrategia para hundir la estructura cultural que otra cosa. Parece una 'vendetta' de la administración hacia la cultura por cosas del pasado. Creo que está de acuerdo conmigo cualquier persona, sea de izquierdas o de derechas. Insisto, cualquier persona sea de izquierdas o de derechas.

- Uno de los temas dentro de los cambios que pretenden los propietarios es una mayor apuesta por el teatro en valenciano. ¿Hay público en Alicante para poder cumplir con este objetivo?

- Sin duda que lo hay. Pero la taxonomía que usaremos no es la de teatro en valenciano. El teatro que venga al Principal será teatro de calidad. Si un autor valenciano gana un Premio Max tendrá que venir al Principal, cosa que hemos de empezar a hacer. Existen muy buenas producciones valencianas que pueden venir a este tipo de teatro, no tengo duda. Pero se tienen que programar un fin de semana, no un martes, porque para la gente es imposible ir al teatro en Alicante sin que sea en castellano. Pero la cuestión no es el valenciano o el castellano, es tener teatro en muchas lenguas, como pasaba en Alicante en los años ochenta. Ya tengo en mente obras que se hacen en el sur del Mediterráneo y que se hace en otras lenguas, por ejemplo.

- De nuevo programa el Aula de Cultura de CAM, obras de formato medio, el Arniches, con producciones propias que suelen ser también de tamaño medio, y la Universidad de Alicante, que sí que propone obras en valenciano, normalmente de pequeño o mediano formato. ¿El Principal seguirá siendo referente de grandes producciones o se une a estas propuestas?

- Lo primero que haremos es coordinar nuestra propuesta con otros teatros de la ciudad, para que la ciudadanía pueda asistir a una oferta variada y elija lo que prefiera. Esto manifesté a la Concejalía de Cultura y manifestaré a cada uno de los promotores de la ciudad para optimizar la programación de cada uno de ellos. Comenzaremos a coordinar, también, con otros teatros de la provincia para abaratar costes y que las compañías visiten distintos teatros, sin prioridad de uno u otro. Es una estrategia para abaratar costes, mancomunando las producciones y no ejerciendo centralismo desde Alicante. Los teatros de la provincia tienen total colaboración con el Teatro Principal, ya no solo en la coordinación de la ciudad. Mi figura es tratar de coordinar con todos, con el resto de salas municipales y también con la provincia para optimizar. Es una de las estrategias con las que aumentar público y optimizar las finanzas.

- ¿Esta figura de coordinación es una propuesta suya o parte desde los propietarios o la Concejalía de Cultura?

- Es una conclusión en el proceso de trabajo. Me gusta pensar que soy más un coordinador de un equipo de personas que trabajan por la programación de artes escénicas. Espero que en un futuro establezcamos las bases de puestos de trabajo institucionalizados en la gestión de la cultura. Espero que mi labor sea entendida como una transición hacia un nuevo modelo de trabajo. Vengo del sector, soy profesional de teatro y mi perfil y mi trayectoria acreditan este trabajo, no vengo de otros sectores por ser de un partido.

- ¿Cómo pretende alcanzar este cambio de modelo en la gestión?

- Hay que hacer una transición de los antiguos modelos de responsables culturales a los que demanda la sociedad hoy en día. El riesgo que corremos es que si vamos muy deprisa podemos tropezar y caer. Hay algo que es importante y es que un responsable público debe dejar legado. Los políticos o los cargos asignados por ser del partido se preocupaban más de qué cargo iban a tener después que por lo realmente que hacían y la responsabilidad que tenían. Me gustaría dejar como legado que la programación cultural esté mucho más en manos de los profesionales del sector y de la ciudadanía, finalmente. Ahora que además tenemos medios tecnológicos para articularlo. Aunque si soy sincero, el legado que más me gustaría tener es la creación de una escuela superior de arte dramático en Alicante.

- ¿Realmente es viable gestionar la programación con tantas voces participando?

- Hay más agentes en la actualidad y la sociedad del conocimiento hace que su participación sea mucho más sencilla. Mi proyecto en estos cuatro años irá por ahí, en abrir la programación a la ciudadanía, en cuanto a la responsabilidad social del cargo que ocupo.

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