Fernando Amat
Lunes, 21 de septiembre 2015, 00:32
Al Orihuela le queda grande al campo de Los Arcos esta temporada. Así lo demostró ayer un conjunto amarillo que no supo sacar una victoria en casa ni con buen juego. El equipo oriolano se cuela al fondo de la clasificación tras un pésimo arranque de liga donde no ha logrado hacer valer sus aspiraciones de estar, a final de temporada, en los puestos que dan acceso a la promoción para a Segunda B. El dominio local solo estuvo en la posesión del balón, porque no sumó ocasiones de gol y solo un escaso punto.
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El cuadro local saltó al campo con las ideas claras, dominio del esférico y ataques por las bandas. El control del balón no se transformó en ocasiones de gol. Los amarillos apretaron en tres cuartos de campo pero sin llegar a rematar a la portería de Ximo. Por contra, el Villarreal C respondió al juego oriolano con rápidos contraataques que finalizaban en las botas de Mario, la referencia de ataque. El castellonense lideró el juego ofensivo de los suyos, con jugadas individuales que hicieron daño a los de Gabi Correa. El guardameta Emilio y la defensa amarilla frenaron al mejor jugador visitante que luchó cada uno de los balones que le llegaban. Al Orihuela le tocaba convencer a su afición después de dos malos resultados en casa. Los escorpiones han mejorado con el paso de las semanas pero no llegaron a materializar su dominio en la portería contraria. El entrenador realizó varios cambios en el tercer partido que se jugaba en ocho días. Fabián y Franco entraban para sumar los tres primeros puntos en casa, aunque no fue suficiente.
Sobre la media hora de juego, de nuevo Mario pudo adelantar a su equipo con un tiro cruzado que salió cerca del palo largo. El ariete del submarino amarillo ya había realizado tres tentativas de gol. Incluso desaprovechó una cuarta minutos después.
Los visitantes se crecieron conforme transcurrían los minutos. Cada vez que enlazaban una jugada de ataque lo hacían con mejor criterio. El dominio visitante llegó hasta tal punto que el Orihuela no pasó de su centro del campo en los minutos finales del primer tiempo. Correa pidió más intensidad en la presión para recuperar el balón, pero la gasolina de los amarillos se agotaba, las piernas pesaban en casa.
Para modificar el rumbo del encuentro Correa sacó en el inicio de la segunda mitad a Ginés. El murciano pudo anotar en los primeros instantes de la segunda parte. El delantero erró en un mano a mano con el portero rival, que le adivinó la dirección del balón. Los escorpiones salieron decididos a mover el marcador contra los jóvenes villarrealenses. El mérito del equipo de Carlos Salvachua residía en su juventud, e hicieron frente al cuadro oriolano con jugadores con dieciséis años.
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A los diez minutos de la reanudación Emilio salvó a sus compañeros de otro desastre en Los Arcos con dos grandes paradas. El banquillo amarillo vio necesario que entrara Coco para contrarrestar el mejor juego de ataque del Villarreal C. El extremo zurdo pudo lucirse en el 63 con un buen disparo de rosca. El jugador era un pilar fundamental para desatascar un encuentro que no llegaba a buen puerto. Solo Chema acabó con la parsimonia local. El centrocampista remató un balón franco dentro del área tras recibir un buen pase de Juanjo, pero el balón salió fuera cuando el portero local ya estaba vencido. De nuevo la suerte no estuvo de cara en casa. Una internada de Chema por la banda derecha finalizó con un gran pase al área pequeña donde se encontraba Ginés, que no llegó a remachar por unos pocos centímetros.
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