Secciones
Servicios
Destacamos
ANTONIO PANIAGUA
Martes, 22 de septiembre 2015, 02:16
Ignacio Martínez de Pisón se adjudicó ayer el Premio Nacional de Narrativa por su novela 'La buena reputación' (Seix Barral), una obra en la que entrevera la historia de una familia judía que vive en Melilla con los avatares del Protectorado de Marruecos. El autor aceptará el galardón, dado que «los premios no lo conceden los gobiernos, sino jurados y críticos que representan a la sociedad». Metódico y obsesivo a la hora de construir sus ficciones y guiones cinematográficos, Martínez de Pisón trabaja en dos proyectos: uno en el que concurre un imitador del cantante Demis Roussos y otro que cuenta las vicisitudes de un estafador austriaco en la posguerra.
En el libro Martínez de Pisón cuenta una historia insólita y poco conocida por los españoles: el éxodo que emprendieron miles de judíos sefardíes afincados en territorio marroquí y, más concretamente en Melilla, a raíz de la descolonización y la subida al trono de Mohamed V. Unos marcharon a Israel, país en el que veían la tierra de sus antepasados, y otros se instalaron en España. Lo curioso de la 'operación Yazhim', como se llamó el rescate urdido por los servicios secretos israelíes, es que en ella participó el régimen de Franco, quien nunca se cansó de denunciar la «conspiración judeo-masónica». Los hechos son sorprendentes, pues en la España del nacional-catolicismo, a los judíos de Melilla se les permitía la libertad de culto y practicar su religión.
«Una sociedad tiene que saber de dónde viene para llegar a conocerse. Las heridas, no obstante, tardan en cicatrizar. Han pasado cinco siglos desde el decreto de expulsión de los judíos y todavía nos duele la amputación», argumenta.
Para el escritor es un honor tomar el testigo del recientemente fallecido Rafael Chirbes, quien se llevó el año pasado el premio que ahora recae en él. «Chirbes es una de las personas que con más lucidez ha meditado sobre los errores de la Transición». Crítico con el nacionalismo, prefiere abstenerse y no entrar en derroteros políticos, aunque piensa que a España le hubiera ido mejor si hubiese perdido la Guerra de la Independencia.
El hombre es contumaz, cosa que demuestra la historia, sobre todo cuando «la geopolítica se impone a nuestras vidas y nos hace perder el control y funcionar como títeres». «Melilla puso su valla en los años noventa y ahora Hungría está poniendo la suya. Es triste ver cómo la utopía benéfica que tenía que ser la Unión Europea se convierte en esto».
La novela, que permitirá al escritor embolsarse 20.000 euros, aborda de modo tangencial el tema de la identidad colectiva. Durante la gestación de 'La buena reputación' el narrador no fue ajeno al debate sobre la independencia de Cataluña, un conflicto con ciertas similitudes con el del relato. En la novela premiada hay judíos que sienten que sus raíces están el recién creado Estado de Israel y musulmanes de Melilla que quieren adquirir la nacionalidad española. Una circunstancia que demuestra que las identidades muchas veces no son unívocas ni determinadas por las fronteras, sino personales y ahormadas por la biografía sentimental. En este sentido, reconoce ser poco proclive a las exaltaciones identitarias. «Soy un aragonés que pasó la infancia en Logroño, creció en Zaragoza y vive desde hace treinta y tres años en Barcelona».
Esta obra, heredera de un realismo que aúna la crónica socio-política con los avatares sentimentales de los personajes, se inscribe dentro del ciclo de novelas familiares de Martínez de Pisón, categoría a la que pertenecen también 'La ternura del dragón' y 'Carreteras secundarias'. Al prosista le cautivan los grandes temas universales y atemporales, y la familia es uno de ellos. No en balde, dice el novelista, la Biblia y tragedia griega están repletas de historias familiares.
'La buena reputación' es una de las novelas más ambiciosas de este narrador zaragozano que ha ofrecido en su obra un retrato coherente de la España de la segunda mitad del siglo XX, aunque también se ha interesado en la Guerra Civil. Nabokov decía que la «literatura está en el detalle». Fiel a ese axioma, Martínez de Pisón es capaz de perder horas con tal de capturar esas aparentes nimiedades que confieren verosimilitud al relato. Si tiene que investigar qué marca de cigarrillos se consumía en 1956, lo hará hasta la extenuación.
'La buena reputación' indaga en el devenir de las clases medias, como hizo su admirado Galdós, si bien el autor no condena a la pequeña burguesía, sino que tiende a exculparla. Mientras tanto no se aparta de su máxima: escribir con sencillez y crear personajes complejos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.