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Una paciente en tratamiento oncológico se maquilla ayer en el taller que ha puesto en marcha el Hospital de Sant Joan.

Volver a verse guapas

El Hospital de Sant Joan ayuda a mujeres con cáncer a mejorar su autoestima

Esther Brotons

Jueves, 24 de septiembre 2015, 01:18

Se quitan los pañuelos de la cabeza y se miran al espejo. En una sala del Hospital de Sant Joan ayer se puso en marcha un programa pionero en la provincia que busca mejorar la autoestima y la confianza de las mujeres con cáncer para restablecer su imagen, que está trastocada por los efectos secundarios, y ayudarlas en la lucha contra la enfermedad. Siete pacientes, de diferentes edades y en tratamiento, se pusieron en manos de especialistas. Entraron con un poco de timidez, ilusión, pero también con valentía y expectantes. Les esperaba un grupo de voluntarias expertas en cosmética con un neceser de productos de limpieza e hidratación encima de la mesa.

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«Hay gente que puede pensar que es un tema frívolo, pero para nada. Es muy importante y más en las mujeres. El verse guapas y con un aspecto saludable hace que afronten la enfermedad de forma más positiva y eso influye en el tratamiento y sus resultados», explica la jefa del servicio de Oncología, Nieves Díaz.

A través de una paciente, la doctora conoció la labor de la Fundación Stanpa, que es la promotora de la iniciativa en colaboración con la Asociación Española Contra el Cáncer, y se empeñó en traerlo a Sant Joan y que se firmara el convenio con la Conselleria de Sanidad. El primer taller de dos horas de duración comenzó ayer con las siete pacientes. Cada mes se realizará uno y ya tienen lista de espera para participar en los próximos.

Dori Payá (65 años) es una de las beneficiarias de esta nueva prestación en la sanidad pública. Hace diez años le diagnosticaron un cáncer de mama, se sometió a una mastectomía y le reconstruyeron el pecho. Le cayó el pelo, pestañas, cejas y su piel se marchitó. Pasados cinco años de lucha y cuando creía que ya lo había superado y le iban a dar el alta, le diagnosticaron una metástasis en el pulmón y poco después, lesiones en las costillas. Lleva casi cuatro años de nuevo en tratamiento y en esta segunda vez lo lleva muy bien.

«Con la quimioterapia de ahora es fabuloso, pero la primera vez lo pasé tan mal... me hubiera gustado tener esta ayuda; el año pasado me quemé todo el cuerpo por la quimio y tuve que ir a un dermatólogo», recuerda con una sonrisa. Dori es optimista por naturaleza. «¿Para qué quiero derrumbarme? Si estoy mal no voy a levantar cabeza». Y se muestra entusiasmada con el proyecto: «Es que las mujeres somos muy presumidas y queremos que nos sepan dar esas cremas. La piel no es la misma por el tratamiento y todo esto nos va a ayudar mucho».

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La directora del programa, Pilar Cairó, también quiso estar ayer presente en el primer taller. Comenzaron en los hospitales públicos hace tres años y ya están presentes en 22 centros de toda España. El objetivo que persiguen es que las pacientes «sean capaces, a través de rutinas sencillas, tomar el cuidado de su propio cuerpo, recuperar rutinas y volver a verte guapa y quererte».

Este tiempo de trayectoria les ha permitido comprobar cómo disfrutan las participantes, que acuden al hospital no solo a curarse sino también a cuidarse. «Cuando salen del taller hay un clima de optimismo y de camaradería porque ven que no están solas y eso supone también un cierto estímulo», apunta.

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Al desarrollarse en el hospital público, con convenio con Sanidad, los mensajes que se transmiten son, según Cairó, «muy estrictos y no se hace ninguna práctica que pueda perjudicar, hay la máxima seguridad». De hecho, los voluntarios cuentan con la colaboración de médicos y enfermeros del servicio de Oncología y de voluntarios de la Asociación Española Contra el Cáncer. Esta misma semana, la asociación y la coordinadora del voluntariado en Sant Joan, Ana Isabel Martínez, han ofrecido formación específica a las esteticistas y maquilladoras sobre la aproximación al paciente con cáncer. A través de doce pasos esenciales, los profesionales dan las primeras instrucciones a Dori y sus compañeras, que abren el neceser, cogen un disco desmaquillante y empiezan a cuidarse.

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