Detalle del vaso del pantano de Amadorio a finales del pasado mes de mayo.

Incredulidad entre los regantes tras decir la consellera que no falta agua

El presidente de Asaja, Eladio Aniorte, asegura que «no me tomo muy en serio lo que afirma y creo que no lo hace de mala fe, sino porque desconoce la realidad»

Bernat Sirvent

Viernes, 25 de septiembre 2015, 00:39

Incredulidad y sorpresa. Son las dos reacciones que provocaron ayer entre los agricultores las manifestaciones, un día antes, de la consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, Elena Cebrián, en Les Corts. La consellera afirmó que no falta agua para la agricultura, que el camino está en la mejora de las redes de distribución y en recuperar al máximo las aguas de acequias y depuradoras que acaban en el mar y que y que no es necesario depender de los aportes externos de los trasvases para mantener la agricultura de la provincia.

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En plena polémica por los recortes que proponía en agosto el presidente de Castilla-La Mancha, García Page, para el trasvase Tajo-Segura, saltándose los plazos progresivos de recortes acordados en el Memorándum de hace un año, la consellera Elena Cebrián, que es una alta funcionaria del Ministerio de Agricultura, dejó ayer boquiabiertos a muchos agricultores y regantes alicantinos, que hablan de déficit estructural de agua desde hace décadas.

Una situación agravada cada año más por la sequía crónica, el cambio climático, el bloqueo del trasvase Júcar-Vinalopó y el encarecimiento del recibo del agua por las extracciones subterráneas y el coste energético que conllevan y por los procesos de desalinización.

Precisamente sobre este punto, Aniorte subraya que «es absolutamente inviable pagar un euro por un metro cúbico de agua, porque si el Ministerio tiene intención de fijar el precio del agua desalada para riego en los 0,45 céntimos de euro, hay que sumar otra cantidad idéntica por el coste energético y de otro tipo para el envío de agua hasta los bancales; al final, un euro que es totalmente imposible de asumir por el sector agrícola», mantiene.

«No me tomo muy en serio lo que dijo la consellera, creo que lo hizo de buena fe, pero por desconocimiento de las necesidades reales del campo alicantino, con reducción de caudales en los trasvases del Tajo-Segura en los últimos diez años», añade Aniorte. Insiste en que las desaladoras son inviables para la agricultura por dos motivos: por el precio, que no puede ser subvencionado por la Unión Europea, que sí pagó ya las instalaciones, y porque el precio actual es inviable. «Además, no confío en que la Generalitat trate de subvencionar al profesional agrícola el agua desalada, porque tiene otras prioridades», añade.

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El PP, muy crítico

«La consellera de Agricultura Elena Cebrián ha consumado en les Corts la rendición del PSPV a los pies del PSOE de Castilla-La Mancha en materia de agua». Así, se manifestó el secretario general del Partido Popular de la provincia de Alicante, Eduardo Dolón. «Está faltando al respeto a los sectores productivos y especialmente a los agricultores y a todas aquellas poblaciones que no tienen casi agua», añade Dolón. «Supone que Puig claudica», sentencia.

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