PÉREZ PARDO
Lunes, 28 de septiembre 2015, 00:32
La Concejalía de Urbanismo está dispuesta a realizar un mapa acústico completo de los alrededores de la estación de tren para comprobar si, como dicen los vecinos, sufren ruidos por encima de lo permitido de continuo y reclamar a Adif, a Renfe o a Fomento que pongan paneles que les aíslen un poco de todo el trasiego de maquinaria que tiene casi a la puerta de sus viviendas.
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A raíz de la publicación en este periódico de la queja e indignación de los residentes en Bono Guarner, la Concejalía de Urbanismo se puso en contacto con los afectados para que les explicaran exactamente cuáles eran sus problemas y qué demandaban, dentro de las posibilidades municipales. Tras escucharlos, decidieron medir el ruido de la estación por lo que pidieron colaboración a los vecinos.
Urbanismo ya tiene un listado con una docena de voluntarios a los que no les importaría que les pusieran un aparato en el salón de su casa para medir el sonido. Esta semana tienen reunión otra vez para intentar sacar adelante el proyecto, según aseguraron algunos de los afectados. Por lo menos, parece que les escuchan a pesar de tanto ruido, pero falta por concretarlo todo, esperan que en esta reunión.
La última medición realizada por la Policía Local a instancias de un vecino de Bono Guarner marcaba 60.5 decibelios a la 1.15 horas del 28 de abril de 2012, según consta en el atestado que ha podido ver este periódico. Este nivel supera, incluso, el nivel sonoro permitido en el día y rebasa con mucho el del horario nocturno (entre 23 y 7 horas), establecido en 45 decibelios por la normativa municipal. Y es que los vecinos ya no lo aguantan más, puesto que viven al ritmo que marcan los trenes, desde las 4.30 horas que comienzan los trabajos de limpieza de los primeros convoyes que salen a las siete de la mañana hasta muy pasada la medianoche que llega el último. A esto ello, hay que añadir ruidos por la subestación eléctrica y un compresor, propios de las estaciones pero impropios de una zona residencial.
La pelea no es nueva. Ya enviaron 300 firmas a la anterior concejal, Marta García-Romeu, pero su mediación parece que no fue suficiente. Los vecinos escribieron entonces a Fomento para reclamar que pusieran alguna medida y su respuesta fue que la estación de Alicante no superaba las 30.000 circulaciones al año y que no era obligatorio. Ahora, el actual equipo de gobierno parece que quiere tomar medidas e intentar cambiar la vida de cientos de vecinos que están sufriendo un tormento.
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