El Ayuntamiento exigirá al Puerto licencia para los graneles este mes

El vicealcalde y concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, anunció ayer en el Consejo de Administración del Puerto que va a reclamar a la Autoridad Portuaria que pida licencia ambiental para la actividad de descarga de graneles. Pavón explicó después que sus técnicos han culminado ya el estudio para dilucidar si el permiso que necesita esta actividad es licencia ambiental, que otorga el Ayuntamiento, o autorización ambiental integrada, que la da la Generalitat. «Están convencidos de que es licencia ambiental, así que se la exigiremos al Puerto antes de que termine el mes», señaló el vicealcalde.

Es un tema que Pavón presentó al Consejo, el primero de la legislatura, en el turno de ruegos y preguntas. No obtuvo respuesta clara por parte del presidente de la Autoridad Portuaria, Juan Antonio Gisbert, quien sí que acudió preparado sobre el particular, ya que presentó cifras de los picos de contaminación registrada por esta actividad. Se han dado, explicaron, 16 picos por encima de los valores máximos a lo largo de 2015, cuando el tope según la legislación es de 50.

Desde Puertos del Estado señalaron también que lo que los vecinos toman por polvo de clínker y otras sustancias puede ser en ocasiones arena del Sáhara. Una versión que no convence a Pavón, que asegura que «los vecinos recogen a veces de sus ventanas polvo negro, eso no es arena, es carbón».

Resaltó que, en cualquier caso, haya o no contaminación, «lo que está claro es que no disponen de licencia ambiental y tienen que obtenerla». Para ello, se les impondrán exigencias más estrictas sobre medidas de control de dicha contaminación, como la instalación de tolvas y silos cerrados de almacenaje.

El alcalde, Gabriel Echávarri, y el portavoz municipal, Naxto Bellido, (que acude como representante de la Generalitat) no hablaron de este particular Echávarri centró su intervención en ruegos y preguntas en reclamar al Puerto los contratos de las concesiones del galeón restaurante, el tiovivo y el Marmarela, con el fin de eliminar al menos los dos primeros y evaluar las condiciones en que se adjudicó el tercero.

Desde la Autoridad Portuaria no pusieron pegas, aunque sobre la eliminación de galeón y tiovivo destacaron que son una institución que debe «autofinanciarse» y que quitar concesiones supondría para ella un perjuicio económico.

En cualquier caso, se acordó celebrar reuniones bilaterales Puerto-Ayuntamiento para abordar estos asuntos de carácter municipal.

Dentro del orden del día se aprobó la valoración del concurso para la explotación del edificio de la antigua casa del mar como centro de desarrollo empresarial y la concesión de dos locales del antiguo varadero para un establecimiento de restauración.

El primer punto contó con cinco abstenciones, entre ellas las de Echávarri, Bellido y Pavón, por entender que el pliego debería haber primado la solvencia profesional de los antiguos trabajadores de la casa del mar, que la estaban gestionando ya como sociedad laboral.