El Ebro vierte al Mediterráneo una media de 9.200 hectómetros al año

El nuevo plan de cuenca señala que se mantendrá esta tendencia y que el cambio climático solo restará un 5% de lluvias

Manuel Buitrago

Martes, 20 de octubre 2015, 11:00

El río Ebro ha desaguado al mar una media de 9.240 hectómetros cúbicos anuales en el periodo comprendido entre 1980 y 2013, según revela el plan de cuenca aprobado recientemente. Este caudal es ocho veces superior a las transferencias previstas en el trasvase del Ebro que fue derogado en el año 2004. Indica asimismo que el cambio climático tendrá un impacto bajo en dicha cuenca, ya que prevé que las lluvias diminuyan un 5% en los próximos 25 años.

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  • hectómetros cúbicos anuales son las aportaciones totales de la cuenca del Ebro para el periodo 2015-2021. Son las más elevadas de la península.

  • hectómetros anuales suman todas las demandas del Ebro en nueve comunidades autónomas, la mayor parte en regadíos (7.680 hm3).

La desembocadura del Ebro en Tortosa no experimentará grandes cambios en el horizonte del año 2033. Las aportaciones medias estimadas en régimen natural, corregidas por el efecto del cambio climático, alcanzarán los 13.850 hectómetros anuales en Tortosa, cuyos registros son utilizados para calcular lo que llega al delta. En el régimen natural se contabiliza el agua como si no hubiera embalses para regularla, por lo que suele coincidir con las aportaciones totales de la cuenca, medidas en la desembocadura.

Reivindicación trasvasista

El Gobierno de la Comunitat Valenciana presentó en mayo alegaciones al plan de cuenca defendiendo la viabilidad del trasvase del Ebro, al considerar que hay más de 4.000 hectómetros cúbicos de excedentes en la desembocadura, una vez descontado el caudal ambiental exigible para la zona del delta. El Gobierno regional dijo que estudiaría la propuesta de la comunidad vecina para ver si se sumaba. El Ejecutivo valenciano mantuvo una postura más reivindicativa sobre el trasvase del Ebro, a diferencia del Ejecutivo murciano, que silenció su posición y su beligerancia sobre este proyecto cuando Mariano Rajoy llegó a La Moncloa.

El Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex) realizó un estudio para evaluar el efecto del cambio climático en las lluvias y en los recursos naturales de las cuencas hidrográficas, tomando en cuenta además las proyecciones climáticas establecidas por la Agencia Estatal de Meteorología. En el caso del Ebro, la disminución de precipitaciones para el periodo 2011-2040 será del 5%. Así quedó reflejado en el anterior plan de cuenca y se mantiene en el nuevo, en el que no se hace referencia al carácter deficitario del Ebro, sino que se detectan problemas localizados en algunas zonas de la margen derecha del río.

El informe del Cedex fue anterior a otro estudio de la Universidad de Zaragoza que concluyó que no estaban descendiendo las lluvias en el Ebro. Entre ambos, la Confederación Hidrográfica consideró que la mayor parte de los estudios «coinciden en señalar en que se producirá una disminución de las precipitaciones y un incremento de la temperatura», lo que incidirá en la evapotranspiración y en la disminución de los recursos naturales.

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El plan de cuenca certifica que en el periodo 1980-2013 se desaguó en el mar una media de 9.240 hectómetros cúbicos anuales. En el peor ejercicio se registraron 3.891 hectómetros; y en el más favorable se llegó a los 18.117. En el horizonte del año 2033, los caudales esperados en la desembocadura serán un 5% inferiores.

La cuenca con más agua

La cuenca del Ebro, que baña a nueve comunidades autónomas, no verá incrementadas las demandas de la población, según el plan de cuenca. En cuanto al regadíos, estima que hay unas 200.000 hectáreas «con dificultades de competir en los mercados y con tendencia al abandono, donde el riego es esporádico o inexistente». Prevé incrementar regadíos en otras zonas para potenciar el sector agroalimentario, pero con ciertas dosis de incertidumbre. Por otra parte, en Aragón se pretenden modernizar 250.000 hectáreas, que en teoría consumirían menos agua.

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La cuenca del Ebro en su conjunto tiene un saldo a favor de 6.436 hectómetros anuales, una vez descontados todos sus consumos, según el plan hidrológico recién aprobado. Las aportaciones globales son de 14.623 hectómetros, mientras que los consumos totalizan 8.186. Los regadíos del Ebro son los grandes consumidores, ya que absorben 7.680 hectómetros cúbicos, lo que representa un tercio del consumo total del país. El Ebro es la cuenca con más agua, seguida por las del Miño-Sil, Duero y Tajo.

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