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Puig y Boix, en una reunión del partido.
Las listas soliviantan al PSPV

Las listas soliviantan al PSPV

En el comité nacional se tildó de «nepotismo» la elaboración de las candidaturas

F. RICÓS

Domingo, 18 de octubre 2015, 00:32

El PSPV ha ganado por la mano al PPCV a la hora de presentar las listas con las que concurrirán a las elecciones generales del próximo 20 de diciembre. Es habitual que los socialistas se apunten este tanto frente a los populares. En Ferraz los tiempos son distintos a los de Génova y suelen darse más aire a la hora de elaborar las candidaturas. Pero no por madrugar más las urnas se van a teñir con los colores de los puños y las rosas. Al menos eso es lo que indican las encuestas y lo que los propios dirigentes socialistas tienen asumido.

Si el 20 de noviembre de 2011 el PSPV obtuvo cuatro diputados en Valencia, otros tantos en Alicante, dos en Castellón y un senador por provincia, en este 2015 la previsión que manejan los socialistas valencianos es que van a sufrir el recorte de un representante en la Cámara Baja por provincia y mantienen el Senado como una gran incógnita.

Y ese es el primer gran reproche que distintos dirigentes del PSPV realizan a Alfred Boix y a José Manuel Orengo, los hombres de confianza de Ximo Puig en Blanquerías, y a quienes se les señala como urdidores de las candidaturas del 20-D porque han puesto nombres que no enganchan a la ciudadanía, especialmente en los primeros puestos, en los que puede fijarse el votante.

«No parece que sean unas listas muy elaboradas. No se han calentado mucho la cabeza. Y lo de Ana Botella es para ponerse a temblar», lamentaba un veterano dirigente socialista.

A Botella, además del escaso tirón que pueda tener entre la ciudadanía, se le reprochan otras dos cuestiones: que abandonase el equipo de Puig en noviembre de 2012 («nos dejó en la estacada») y que desde entonces haya permanecido desaparecida. «¿Dónde estaba Ana Botella durante la última campaña electoral», recriminó otro diputado.

Del número dos de la lista por Valencia, José Luis Ábalos, secretario general socialista en la provincia, no se dice ni una palabra más alta que otra. Se le reconoce el trabajo en el Congreso en esta legislatura. En todo caso, y al igual que con los otros dos líderes provinciales de Castellón y Alicante, que la dirección del partido les ha pasado por encima y no les ha dejado meter baza a la hora de poner nombres junto a los números.

Otro de los asuntos que soliviantan a la militancia socialista, especialmente en Valencia, ha sido la elección de la número tres, María Such Palomares, más conocida como la hija de Toni Such, veterano dirigente socialista que ha sido diputado nacional en parte de esta legislatura y actualmente es el director general de Administración Local del Gobierno que preside Ximo Puig. Durante la celebración del numeroso comité nacional del jueves por la tarde se llegó a escuchar la palabra «nepotismo», ante el silencio de la cúpula del PSPV.

Ciprià Císcar va por primera vez en su vida en un puesto que no es un seguro de vida: el cuarto. Incluso así hay dirigentes que cuestionan su presencia en la lista. «¿A sus 68 años, casi 69, es que va a estar ahí toda la vida? ¿Eso es vender una imagen de renovación? Está en primera línea desde 1982», se quejaba otra de las personas que asistieron a ese comité nacional en que se aprobaron las candidaturas.

El hecho de que el de Picanya vuelva a la lista del Congreso, una legislatura más, «seguro que puede haber sentado mal a Carmen Alborch, que de haberlo sabido quizá se hubiera pensado si daba un paso atrás», sostenía un exparlamentario curtido en la oposición.

«No tiene sentido que Ximo diga que necesitamos un partido fuerte y como muestra presentamos estas listas», lamentó otro dirigente.

Por lo que respecta a Alicante no se critica que el número uno sea para Julián López, actual secretario autonómico de Modelo Económico y Financiación, que demostró su valía en materia presupuestaria batallando en la anterior legislatura frente a los conseller José Manuel Vela -le tenía consideración- y Juan Carlos Moragues. Lo que sí se pone en cuestión es que se le haya dado la salida al Congreso por lo incómodo que se sentía junto al equipo de Vicent Soler, que ya fue conseller con Joan Lerma, en la conselleria de Hacienda, aseguran las fuentes consultadas.

«Pero lo peor de todo es que las listas no se aprobaron por mayoría ni por unanimidad. Se aprobaron sin votación, por asentimiento general. Y de todos los que somos, sólamente hubo una intervención», lamentaba otro de los asistentes al comité nacional. «Este partido, cuando ha tenido el poder, siempre ha funcionado así. No cambiamos».

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